El Efecto Esponja
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/12/2009 18:23:04
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Desde que una amiga internauta me mandó material sobre el Ho’oponopono, empecé una investigación y procuré acceder al Universo para encontrar una respuesta esclarecedora para ese proceso. Sentí que era interesante, verdadero, teniendo mucho que ver con el Proceso Esponja, que está explicado en el libro El Génesis, de Allan Kardec, una de las obras básicas del Espiritismo.
En esa obra se explica que al igual que una esponja se embebe de un líquido, el periespíritu (cuerpo que envuelve el Espíritu), asimila con facilidad los fluidos de un ambiente, de una persona o también de un Espíritu habitante del mundo paralelo.
Por su propiedad de irradiación y expansión fluídica el periespíritu penetra y es penetrado con facilidad. El fluido tanto puede ser emitido por el curador (médium, sensitivo o una persona cualquiera) como puede ser atraído por el deseo ardiente del paciente de curarse y también por su confianza y fe. A veces, es necesaria la simultaneidad de los efectos, mientras que en otras basta una de las acciones, la de dar o de recibir (El Génesis – Cap. XIV y Cap XV ítem II).
Este proceso explica situaciones como aquellas en que nos vemos envueltos cuando vamos a visitar a alguien o incluso cuando estamos en conversación con una persona y de repente nos acometen deseos de bostezar, sentimos el cuerpo pesado, somnolencia, y a veces incluso malestar. En ese momento, tu cuerpo energético está llevando a cabo el efecto esponja, tú estás asimilando un tipo de energía o calidad de pensamiento de esa persona o ambiente.
Por otra parte, cuando te dispones a visitar a un enfermo y aplicarle energía, hacer oraciones o practicar cualquier tipo de auxilio, puede verificarse ese proceso. Tú vas a irradiar al enfermo y éste va a atraer tu energía.
En la Biblia hay un caso de ese tipo. Jesús estaba en medio de la multitud, enseñándolos, y una mujer con hemorragia tocó la orla de su ropa. Él se volvió y dijo: Alguien me ha sacado “virtud”. Esa virtud a que él se refiere es la energía que él, como Maestro, irradiaba naturalmente. Y para completar se aclara: La mujer, ante lo que había dicho el Maestro, se identificó y él le dijo: Tu fe te ha curado. O sea, atribuyó a la mujer el poder de atraer y asimilar la energía curativa.
El psicólogo Dr. Ihaleakala Hew Len, 70 años de edad, está considerado como un “chamán abuelo” y actúa como terapeuta en Hawai. Es el creador del proceso Ho’oponopono.
En el Hospital Estatal de Hawai había un pabellón donde se recluían los locos criminales muy peligrosos. El Dr. Len nunca vio a los pacientes. Firmó un acuerdo para tener una sala en el hospital y revisar las fichas clínicas de ellos. Al cabo de pocos meses, los pacientes que estaban encadenados recibieron permiso para caminar libremente. Otros, fuertemente medicados, empezaron a ver su medicación reducida. Y aquellos, que no tendrían jamás posibilidad alguna de ser liberados, recibieron el alta.
Y un hecho singular: En ese sector del Hospital, antes era común que el personal se negase a estar con aquellos enfermos. Las personas que pasaban por aquel pabellón, simplemente caminaban con la espalda pegada a la pared, temerosas de ser atacadas por los pacientes. No era un lugar bueno para vivir, ni para trabajar, ni para visitar. Tras el proceso, al personal empezó a agradarle ir allí y trabajar.
Joe Vitale, autor de ese reportaje, preguntó al Dr. Len: “¿Qué es lo que usted hizo para producir semejante cambio en esas personas? Explicó el psicólogo: Ho’oponopono significa amarse a sí mismo. Si tú deseas mejorar tu vida, debes curar tu vida. Si deseas curar a alguien, incluso a un criminal mentalmente enfermo, tú lo haces curándote a ti mismo.
Pregunté al Dr. Len cómo él se curaba a sí mismo. Qué era, exactamente, lo que él hacía, cuando miraba las fichas clínicas de aquellos pacientes.
- “Yo, simplemente, permanecía diciendo “Lo siento mucho” y “Te amo”.
- ¿Será así de sencillo? Ciertamente. Porque cuando dice “Lo siento mucho” él está atrayendo hacia su Universo (efecto esponja) los dolores y desaciertos de la otra persona y cuando pronuncia esta palabra de poder (mantra): “Te amo”, está permitiendo o llevando a cabo el efecto transformación (cura) a que se refiere Jesús.
Yo entiendo que ese proceso – El Efecto Esponja – actualmente redescubierto y aplicado como Ho’oponopono, puede ser un paso decisivo para la humanidad.
Estás poniendo en práctica una enseñanza milenaria – el amor al prójimo – de una manera simple y objetiva.
No necesitas decírselo a la persona o al enfermo (ayudar sin ostentación) y tampoco acarrea cualquier tipo de consecuencia nefasta para tu cuerpo o alma, pues las actitudes de amor ocultas y sinceras se transforman en antibiótico divino.