El encuentro con la compasión
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/11/2013 11:38:11
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Nuestros pensamientos y discusiones internas son disipados en el momento en que nos entregamos en cuerpo y alma a la compasión.
No podemos desviar el camino del amor, existente en cada uno de nosotros. Ve al encuentro de tu propia espiritualidad, no sólo con tesis o teorías. Es en la combinación de buenos pensamientos y mágicas energías donde vivimos con compasión y por la compasión.
En las leyes del universo, ella porta en sí la palabra pura de la iluminación y de la evolución. En la riqueza inmensa y variada de las realidades y de las posibilidades, Dios está construyendo el verdadero paraíso dentro de cada uno de nosotros, para que este mismo paraíso individual se convierta en el mundo de la compasión.
Podemos observar por el corazón una realidad divina y servir compasión a todos, sabiendo que uno de los significados de este acto está en desear la felicidad del prójimo.
Puede parecer que en la nueva visión de mundo, la medida de la compasión sea grande en demasía. Ella debe ser practicada, imaginada y sentida en la intención de un mundo mejor para todos. ¿Seremos capaces de comprender y de centrar en nuestro corazón la figura familiar incluyendo a todos los seres vivos de la Tierra, e incluso fuera de ella? Pienso que a través de la compasión podremos tener la visión iluminada de Francisco de Asís, en la cual podemos vislumbrar en el mundo un camino iluminado de la más pura belleza por medio del dominio de los pensamientos, como practicaba Buda. Toda visión es fruto de los pensamientos, y la práctica de la compasión no abre espacio a los malos pensamientos. Esa práctica atrae para dentro de cada uno de nosotros una visión diferenciada y llena de luz. Una vida mejor para todos, que puede ser vivida aún en el mundo material.
La compasión vivida por quien la practica, con su forma tan humana y su personalidad concreta, es la misma distribuida por Dios, por la cual todo ha venido a ser y todo es conducido.
Una vez hayamos acogido la compasión en nuestro corazón, ella va a dirigirnos. Ella va a conducir nuestra historia y la de la humanidad. Historia cuya grandeza inconmensurable hemos empezado a vivir con el despertar de ese acogimiento.
Y ¿qué hicieron las mentes y los pensamientos de nuestros antepasados por el dolor del mundo? El dolor de hoy es reflejo de la falta de compasión en el pasado y será el de mañana si nos cerramos en nuestro pequeño mundo particular.
La compasión universal es la llama de nuestras miradas que ilumina el camino de la vida humana. La llama es la sostenibilidad y amor por el todo.
Compasión significa olvidar lo que sólo nos concierne a nosotros para preocuparnos con el dolor del otro. Es la comprensión del sufrimiento ajeno, es la capacidad de agradecer al Creador por toda su Creación, es lo que nos pone en armonía con la naturaleza, con las diferencias, con el todo y con nosotros mismos. Ella, frecuentemente, se funde al deseo de aliviar o encoger el sufrimiento de otro ser. Ella demuestra una especial amabilidad con todos y en todos los momentos.
Sentir compasión, agradecer, sentirse afortunado y hacer que el prójimo lo sea por la visión del amor. Ese camino nos lleva a merecer un estado de iluminación espiritual y satisfacción material.
Nuestro grado de placer, alegría, satisfacción, paz, éxito y amor, dependerá del grado de compasión que logremos acoger en nuestro corazón hacia nuestro hermano, hacia la vida, hacia el universo y hacia Dios.
Compasión: ¡Tienes que saborear ese sentimiento y donarte a lo más puro y libre que existe hacia el camino del amor!
BNN
