El exceso de información nos idiotiza
por Acid em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:58
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando el escritor norteamericano Nicholas Carr empezó a investigar si Internet estaba arruinando nuestras mentes, tema de su nuevo libro, restringió su acceso a la red, se apartó por un tiempo del correo electrónico y desactivó sus cuentas en Twitter y en Facebook.
En su nuevo libro The Shallows: What the Internet is Doing to Our Brains, dice que la red nos está privando de la capacidad de razonar profundamente.
Carr levantó en 2008 la controvertida cuestión de que "Google podría estar idiotizándonos" y decidió profundizar su investigación sobre cómo la red afecta a nuestro cerebro. Su libro examina la historia de la lectura, y la ciencia de cómo afecta a nuestra mente el empleo de los diferentes medios de comunicación. Explorando cómo pasó la sociedad de la tradición oral a la palabra escrita y después a Internet, detalla cómo se reprograma nuestro cerebro para adaptarse a las nuevas fuentes de información. Leer en Internet ha cambiado fundamentalmente la forma en cómo nos servimos de nuestro cerebro.
La cantidad de textos, fotos, vídeos, música y enlaces a otras páginas, combinada con incesantes informaciones en forma de mensajes de texto, correos, actualizaciones de Facebook y suministros de RSS han hecho que nuestras mentes se acostumbrasen a catalogar, archivar y buscar informaciones. Así, desarrollamos habilidades para tomar decisiones rápidamente, en especial las visuales. Por otra parte, cada vez leemos menos libros, ensayos y textos extensos - que nos ayudarían al enfoque, a la concentración, introspección y contemplación. Dice que estamos volviéndonos más bibliotecarios - aptos para encontrar informaciones de forma rápida y elegir las mejores partes - que académicos que pueden analizar e interpretar datos.
La ausencia de enfoque obstruye nuestra memoria de largo plazo y nos hace más distraídos. "No nos envolvemos con las funciones de interpretación de nuestro cerebro", dice. Afirma además que, durante siglos, los libros han protegido nuestro cerebro de las distracciones, al hacer que nuestra mente enfocase un tema de cada vez.
Pero al hacerse corrientes los aparatos como el Kindle o el iPad, Carr prevé que los libros también cambiarán. "Nuevas formas de leer requieren nuevas formas de escritura".
Si los escritores suplen la necesidad crónica de una sociedad distraída, inevitablemente evitarán argumentos complejos que requieran atención prolongada, y escribirán de forma concisa y fragmentada, prevé Carr. Incluso sugiere un ejercicio a aquellos que notan que Internet los ha vuelto incapaces de concentrarse: aflojad el ritmo, desconectad la web y practicad habilidades de contemplación, introspección y reflexión.
(Nicholas Carr)
Ciertos científicos dicen que hacer malabarismos con el correo electrónico, los teléfonos móviles y otras fuentes de información, modifica la manera de pensar de las personas. Nuestra concentración está siendo perjudicada por el aflujo intenso de información. Ese aflujo causa un impulso primitivo de respuesta frente a oportunidades o amenazas inmediatas. El estímulo provoca excitación - liberación de dopamina - que crea adicción. Cuando falta, sobreviene el aburrimiento.
Mientras muchos dicen que hacer varias cosas al mismo tiempo aumenta la productividad, las investigaciones demuestran lo contrario. Las multitareas dificultan la concentración y la selección, necesarias para pasar por alto informaciones irrelevantes. E incluso después de que la persona se desconecta, el pensamiento fragmentado continúa.
Para ciertos estudiosos de Stanford, la dificultad de concentrarse solo en lo que interesa pone de manifiesto un conflicto cerebral, que viene de nuestra evolución. Parte del cerebro actúa como una torre de control, ayudando a la persona a concentrarse en las prioridades. Partes primitivas, como las que procesan la vista y el sonido, quieren que ella preste atención a las nuevas informaciones, bombardeando la torre de control. Las funciones bajas del cerebro pasan por encima de objetivos mayores, como montar una cabaña para advertir sobre el peligro de un león rondando. En el mundo moderno el ruido de un e-mail que llega pasa por encima del objetivo de escribir un plan de negocios o jugar a la pelota con el hijo.
Pero otros estudios muestran que el cerebro también se adapta. Los usuarios de Internet tienen más actividad cerebral que los no usuarios. Aquellos están adquiriendo nuevos circuitos de neuronas. Eso no es necesariamente bueno, porque no significa que nos estamos haciendo más inteligentes. Nuestros niños nacen sabiendo programar el microondas y ajustar las configuraciones de la TV, pero al crecer tendrán menos sentido crítico e independencia que las otras generaciones. Estarán TERRIBLEMENTE acostumbrados a tenerlo todo listo, masticado, desde las palomitas de microondas hasta las noticias que reciben. Cada vez nos parecemos más a los gorditos de la película Wall-E, inmersos en la información hasta tal punto que hablan con los compañeros que están A SU LADO vía MSN (¡y esto ya ocurre en las empresas!). Destruidas las relaciones sociales tradicionales, y sustituidas por una virtual, quienes detentaren el control de los medios de tráfico virtual controlarán las relaciones sociales. Y ¿creéis que los gobernantes no están ya enterados? ¿Por qué sería que Obama tuvo una reunión con todos los dueños de las "autopistas de la información"?
La música también es una forma de inducir cambios en el cerebro. Ayuda a que el "ganado" siga siéndolo, y esto es muy interesante para quienes controlan los engranajes.
Ciertos científicos han llevado a cabo un estudio en un grupo de ratones para averiguar los efectos de la música rock. El grupo de ratones que estuvo expuesto a la música rock iba estando progresivamente más desorientado en los tests, y por fin llegaron a ser incapaces de completar el laberinto. Cuando los cerebros de estos ratones fueron disecados, se verificó que habían sido sometidos a modificaciones estructurales anormales. Las neuronas en su cerebro (en especial la zona del hipocampo, conocido por su importancia en el aprendizaje y la formación de la memoria) habían crecido de forma descontrolada en todos los sentidos, sin formar conexiones con otras neuronas. También se halló aumento significativo en el ARN mensajero, implicado en la formación de la memoria. Esa noticia me pareció algo exagerada, y por no tener el NOMBRE de los investigadores, me decidí a buscar más, y encontré lo siguiente:El estudiante David Merrill repitió el experimento y llegó a parecidas conclusiones, pero no pudo ir muy lejos ya que los ratones que escuchaban rock se mataron unos a otros. El estudio de G.M. Schreckenberg y H. H. Bird (1988) demuestra que ratones expuestos a música inarmónica (o sea, sin armonía) desarrollaron daños en los nervios cerebrales y "degradación del comportamiento".
Es decir, la configuración del cerebro SÍ va a cambiar, especialmente los niños expuestos a eso (como hemos visto al comienzo del documental Zeitgeist: Moving Forward). En los EUA el 20% de los niños padecen algún tipo de disfunción mental, mientras que 5 MILLONES de niños y adolescentes padecen trastorno mental GRAVE.
No es mi intención culpar al rock - incluso porque me gusta y considero que es únicamente UNO de los aspectos del problema - sino la exposición a un determinado tipo de sonido. Éste cambia, en función del país y el grupo social, pero somos BOMBARDEADOS por tipos de sonido que tienen en común ser estresantes, tener extremada percusión y estar lejos de cualquier armonía. Cada vez más nuestras "musas" y "musos" pop van promoviendo sonidos más y más bizarros, alejados del tipo de música que nos cautivó al comienzo de sus carreras y acercándose mucho a los sonidos que se emplean para simular drogas (y no creo que sea una mera coincidencia). Llamadme teórico de la conspiración si queréis, pero no dejéis de meditar en lo que habéis leído, y de observar con cierto distanciamiento las "informaciones" que brotan como setas a vuestro alrededor.
SALUD
Pasar más de cuatro horas al día frente al televisor aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, e incluso de muerte, revela un estudio divulgado hoy por la prensa australiana.
La probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares es un 80% mayor que la de quienes pasan menos tiempo, y la de morir aumenta en un 46%. Incluso porque mirar la TV engorda.
Concretamente, cada hora frente a un televisor, representa un riesgo de muerte un 11% mayor, según la investigación llevada a cabo con 8.800 personas, divulgada en la publicación científica "Circulation: Journal of the American Heart Association". El científico David Dunstan afirmó que el problema está causado por la falta de movilidad, que impide que el organismo procese de manera adecuada los azúcares y las grasas. No importa que se hagan ejercicios diarios - el daño viene por el tiempo prolongado que se pasa sentado frente a una pantalla, según Dunstan.
Las 8.800 personas estudiadas, entre los 25 y los 50 años, que se unieron al proyecto entre 1999 y 2000, hacían entre media y una hora de ejercicios diarios, y sin embargo, 284 murieron en seis años.
Dunstan indicó que la investigación enfocó particularmente los casos de gente que se pasa la vida frente al televisor, pero las conclusiones son aplicables a cualquier otra actividad sedentaria, como la de aquellos que pasan el día jugando con el ordenador. El investigador recordó que "el cuerpo humano está hecho para el movimiento".
Tres de cada cuatro norteamericanos serán obesos en 2020. Ese canon de belleza no lo ves en los medios de comunicación, ¿o sí?
Al igual que los pasajeros de Wall-E, no tenemos interés por el mundo que nos rodea, ni por lo que nos reserva el futuro. No mientras tengamos distracción suficiente para llenar nuestros días vacíos y "modelos" que satisfacen nuestros deseos por nosotros. ¿De quién es la mano que nos "alimenta"? ¿Quién manda en el "capitán" de este buque? Tengo pensado hacer una publicación sobre los efectos de lo que comemos y bebemos diariamente, y sobre cómo las grandes industrias están por detrás de un lento envenenamiento que nos hace débiles, enfermos, estúpidos y favorece el lucrativo comercio de los medicamentos y planes de salud.
Fuentes (en portugués):
Mirar la TV eleva el riesgo de muerte;
Concentración y distracción;
El abuso de los aparatos electrónicos causa conflicto cerebral