El lado oscuro de los trastornos mentales y de comportamiento
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/03/2013 11:57:31
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
“Conoce todas las teorías, domina todas las técnicas, pero al tocar un alma humana, sé únicamente otra alma humana”. (Carl Jung)
Sobre la penumbra que envuelve el conocimiento científico asociado a los desequilibrios psíquicos surge un foco de luz, que viene poco a poco clareando horizontes para que nuevos saberes, basados en la experiencia psicoterapéutica, añadan informaciones, teorías y prácticas en el campo de los trastornos mentales y del comportamiento humano.
No es un conocimiento invasivo, que atropelle experiencias consolidadas, sino un movimiento natural, que al sumarse a la mentalidad vigente, muestra que el camino del tratamiento – y de la curación – puede ser más iluminado para la humanidad.
En esta dinámica, contextualizada por lo nuevo, que avanza en busca de espacio y de respuestas en relación a lo que hay o no hay en forma de tratamiento en el ámbito de las psicoterapias, se expresa la ciencia humana como personaje principal en el escenario de la vida.
Pequeñas verdades que, cuando sumadas, se convierten en aliadas en la búsqueda de la verdad inserida en cada caso de desequilibrio psíquico-espiritual que la química de los medicamentos intenta controlar o curar. Sin que, no obstante, en la mayor parte de los casos, logre obtener el resultado deseado.
A la búsqueda de la salida del laberinto mental y sus desequilibrios, que se manifiestan en forma de conducta, se encuentran todas las líneas psicoterapéuticas, si bien unas aún alejadas de otras por una cuestión de divergencia entre creencias, saberes y valores.
Pese a ello, el horizonte que se ensancha e ilumina el amanecer del tercer milenio informa que la “salida del laberinto” se encuentra en la fusión entre el nuevo y el viejo conocimiento, donde el ego, el yo de resonancia física, material, y el yo inmaterial, extra-físico, se convierten en objetos de estudio, análisis e investigación vía inconsciencia y memorias (cerebral y extra-cerebral). Tendencia que apunta a las psicoterapias de planteamiento interdimensional como vías de acceso que necesariamente pasan por la infancia de la vida actual en conexiones (sintonías) con vida(s) pasada(s). Energía oculta que actúa silenciosamente en el inconsciente, de una forma más o menos dañina para la salud mental.
En esta lógica, la asociación de conocimientos y experiencias se hace imprescindible para que el lado sombrío de los desequilibrios psíquico-espirituales quede definitivamente iluminado por el foco de los nuevos tiempos de transformaciones. Lo cual indica que, a pesar del considerable avance de las ciencias y de la tecnología, aún tenemos mucho que aprender en el estudio de la mediumnidad y su relación con la depresión, la bipolaridad, la esquizofrenia y el síndrome del pánico. Casos en los cuales la regresión de memoria extra-cerebral, o el contacto espiritual del mentor de la persona, cuando es permitido, pueden aportar valiosas informaciones para el proceso psicoterapéutico.
En esta dirección, las ciencias del comportamiento humano van hacia una visión más amplia y profunda de las causas de los trastornos mentales y de la conducta. Camino que pasa por trechos difíciles de superar, como la certeza de la inmortalidad del espíritu y la aceptación de que el hombre posee una memoria extra-cerebral que registra acontecimientos ocurridos en otras vidas, y que pueden contribuir a la desarmonía psíquica que el individuo presenta en la vida actual. Y en el contexto vital, comprender que las respuestas en lo que atañe a la demanda infantil son tan importantes como lo que se refiere a la demanda vinculada al remoto pasado.
Hoy sabemos que los síntomas de la mediumnidad en desequilibrio pueden ser confundidos con síntomas depresivos, trastornos de humor, síndrome del pánico y esquizofrenia, entre otros. Situaciones en que las personas no necesitan de tratamiento a base de sustancias químicas para alcanzar un relativo equilibrio psicológico, pues la mediumnidad no es una enfermedad y tiene que ser comprendida separadamente de la sintomatología patológica. Esto ya ocurre en las líneas psicoterapéuticas de vanguardia.
Otra generalización que se verifica es el caso conocido como el “amigo invisible”, explicado por la psicología como una experiencia infantil por la cual el niño ejercita su imaginación a través de la fantasía. Pese a ello, la experiencia de la psicoterapia interdimensional revela que la generalización es un error, ya que en varios casos que tuvieron cierto seguimiento los niños implicados eran médiums, que continuaron contactando con espíritus en la fase adulta, si bien en la condición de médiums que trabajan voluntariamente en centros espíritas o espiritualistas, y que disfrutan de una vida con salud.
No obstante, la mayoría de los niños médiums que contactan con sus amigos invisibles no tienen la misma suerte y quedan marcados por una infancia aterrorizada por la interferencia espiritual en sus vidas. Esto les deja secuelas para la vida adulta, que exigen psicoterapia, seguimiento profesional preparado para abordar la cuestión, sin prejuicios y con la visión necesaria para ayudar a la persona a lidiar mejor con su experiencia de sufrimiento, resultante de traumas infantiles.
Por tanto ya se vislumbra, en este amanecer de Nueva Era, el lado cada vez menos oscuro de los desequilibrios psíquico-espirituales. Movimiento que abre caminos para el auto-descubrimiento de nivel avanzado, o sea, aquel que en su punto de encuentro aúna conocimientos en beneficio del propio hombre.
