El milagro de la atención
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:00
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Vivir en un estado de plena atención es una de las cosas más desafiantes de la vida, y sin esto, es imposible iniciar el proceso denominado de autoconocimiento.
¿Cómo podemos conocernos si no estamos atentos a lo que pasa en nuestro interior? El problema es que durante toda nuestra vida, hemos sido enseñados a vivir permanentemente atentos a lo que sucede en el mundo exterior.
Prestamos atención a todos los fenómenos a nuestro alrededor y, principalmente, al comportamiento ajeno, ya que, por regla general, éste acostumbra a dirigir la mayoría de nuestras actitudes.
Aprender a observar a si mismo, no apenas en el sentido psicológico, sino también lo que sucede con el cuerpo físico, es el primer paso para que se pueda comenzar a vivir de modo consciente.
Los actos mecánicos que acabamos realizando la mayor parte del tiempo nos quitan la chance de volvernos plenamente vivos, alertas y capaces de reaccionar a cada situación de acuerdo con nuestra naturaleza.
Cuanto mayor sea la capacidad de observar sentimientos, emociones y reacciones instintivas que suceden en nosotros todo el tiempo, más a fondo adentraremos en nuestra verdadera esencia. Y, de a poco, la ansiedad, la angustia y el miedo serán reemplazados por una nueva realidad, donde el silencio, la paz y la serenidad definirán nuestro modo de vivir.
."Encontrar al observador en su pureza es la mayor conquista de la espiritualidad, pues el observador en ti es tu propia alma, tu inmortalidad. Pero nunca, por un único momento, piensa 'lo agarré', pues ese es el momento que erras el blanco.
Observar es un proceso eterno; siempre vas profundizándote, pero nunca llegas al fin en el cual puedas decir: 'Yo lo agarré'. En realidad, cuanto más a fondo vayas, más serás consciente de que entraste en un proceso eterno, sin ningún comienzo y ningún fin.
Y las personas están observando solamente a los otros, ellas nunca se interesan en observarse a si mismas. Todo el mundo está observando -este es el observar más superficial- lo que el otro está haciendo, lo que el otro está vistiendo, lo que él aparenta.
.Todo el mundo está observando; el observar no es algo nuevo a ser introducido en tu vida. Este apenas precisa ser ahondado, sacarlo de los otros y direccionarlo a tus propios sentimientos interiores, pensamientos, estados de ánimo y, finalmente, al propio observador.
.Usa ésta energía de la observación para una transformación de tu ser. Eso puede traerte tanta buenaventura y tanta bendición que ni siquiera tú mismo puedes soñar al respecto. Un proceso simple, pero una vez que comiences a usarlo en ti mismo, se vuelve una meditación.
Puedes hacer meditaciones a partir de cualquier cosa. Cualquier cosa que te lleva a ti mismo es meditación. Y es inmensamente significativo encontrar tu propia meditación, pues en éste propio encontrar encontrarás inmensa alegría. Y porque es tu propio encontrar, y no algún ritual impuesto sobre ti, te encantará entrar a fondo en esto.
Cuanto más a fondo entres, más feliz te sentirás, tranquilo, más silencioso, más integrado, más majestuoso, más agraciado.
Todos ustedes conocen el observar, entonces, no se trata de aprenderlo, es apenas una cuestión de cambiar el objeto de observación, haz eso.
Observa tu cuerpo y te sorprenderás. Puedo mover mi mano sin consciencia y puedo moverla con consciencia. Tú no percibirás la diferencia, pero yo puedo sentir la diferencia. Cuando la muevo con consciencia, hay una gracia, una belleza en ella, una serenidad y un silencio. Puedes caminar estando atento a cada paso, eso te dará todo el beneficio que el caminar puede darte como ejercicio, más el beneficio de una meditación simple fantástica.
.No deberías dejar pasar inconscientemente ni un único momento. La observación aguzará tu consciencia. Esa es la religión esencial y todo lo demás es apenas charla.
.si puedes hacer solamente la observación, nada más es necesario.
Mi esfuerzo aquí es hacer la religión lo más simple posible. Todas las religiones hicieron justamente lo opuesto: ellas hicieron las cosas muy complejas, tan complejas que las personas ni siquiera al menos intentaron".
OSHO - The Golden Future