El MITO DE LILITH - SEGUNDA PARTE - LO FEMENINO - EL SENTIDO DE LA ACCIÓN
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 25/01/2012 14:42:01
por Academia Mental - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Reflexiones – Mito Lilith
Por Walkiria Rovai y colaboradoras: Adriana Spaulonci Politi y Sandra Soares Ribeiro
Lilith representa el lado rebelde de la mujer, cuando no emplea lo femenino para alcanzar lo que quiere, con lo cual se impide encontrar la satisfacción y la realización.
Eva, por otra parte, representa el aspecto vengativo de la mujer, cuando tampoco logra encaminar lo que quiere, y acaba sometiéndose a la voluntad del otro, sin conseguir la realización.
Estos dos aspectos ponen de manifiesto el desarrollo, que se verifica en la adolescencia, en la medida en que aún no se ha elaborado el aspecto de la voluntad.
En la madurez, la mujer debe asumir su lado femenino, que se expresa por medio de la pasividad, lo cual significa sentimiento, o sea, dejar que el sentir dirija la acción. A partir de ahí, debe lidiar con sus deseos, sin que sea preciso someterse ni rebelarse, pudiendo dar un sentido a lo que quiere.
El aspecto masculino en el mito, que significa acción en relación a su deseo, también se muestra de manera inmadura. Su acción es intentar llevar a cabo lo que quiere sometiendo o castigando al otro.
El mito traduce la necesidad de integración de los aspectos femeninos y masculinos, tanto en el hombre como en la mujer, precisamente para que haya una acción ligada a un sentido. Cuando se produce la integración, tanto el hombre como la mujer pueden ejercer su voluntad sin sentirse amenazados frente al otro.
Conclusión
La mujer, en realidad, tiene que aprender a utilizar la pasividad no como sumisión, sino como guía para sus sentimientos. Esas dos caras de la mujer, Lilith y Eva, de formas extremas, impiden su propia realización y la satisfacción tanto del aspecto femenino como del masculino. Lilith nunca consigue realizar la maternidad, siendo que este radicalismo le impide llegar a la realización y a la satisfacción.
Tenemos que aprender a usar el lado femenino como guía para los sentimientos, no como rebeldía ni como venganza. Lilith está en rebelión y Eva está vengativa, y esto les hace imposible evaluar lo que quieren y lo que sienten, haciéndolas vulnerables.
El aspecto femenino posibilita a la mujer que pueda, antes de actuar, determinar las consecuencias en términos de sentimientos. El lado masculino no tiene esa posibilidad.
La mujer busca, no solo la acción en su lado masculino, sino además una realización en términos de sentido de vida. Ejemplo: la mujer quiere tener hijos, pero quiere tener además la posibilidad de cuidar de ellos.
Entonces ella tiene que aprender a hacer lo que quiere sirviéndose del sentimiento y no de la rebeldía o de la venganza.
La mujer no debe perder de vista el sentido de lo que quiere. Tanto Lilith como Eva permanecen únicamente en la acción.
Lilith se mostró entera, Eva en un primer momento aceptó las reglas de Adán, pero después se rebeló, vengándose, por esa sumisión a que fue obligada.
La mujer trae dentro de sí a esa Lilith, muy temerosa de colocarse, y a una Eva que acaba vengándose.
Eva se impone por medio de la venganza y no de la voluntad. Por el contrario, Lilith colocó su voluntad y pagó un precio por ello.
Eva iba aceptando las determinaciones de Adán, pero después tomó venganza.
El hombre tiene mucho miedo en la relación con la mujer, pues piensa que ésta puede ser vengativa, pero esto tiene mucha relación con la inmadurez en que se establecen las relaciones entre el hombre y la mujer.
