El nuevo modo de ser mujer
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 11/07/2006 12:10:34
Traducción de Teresa - [email protected]
Hay artículos que escribo que suscitan muchas reflexiones, y aún críticas, que acepto con cariño. Quiero decirles a las criaturas que tornan disponible su tiempo para leer mis reflexiones, que escribo siempre con la conciencia de estar entrando en el Universo de cada una y, por tanto, procuro dar lo mejor de mi amplitud intelectual y sintonía con la espiritualidad.
Escribir es un arte, porque a cada frase podemos modelar emociones y abrir caminos. Y es verdad también que podemos inducir a comportamientos menos sanos, indeseables. El resultado depende de lo que se escribe y de quien lee. La contaminación sexual, por ejemplo, fue un estudio que realicé y transformé en artículo, originando muchos comentarios.
Acompañemos lo que dice Meg: “Me he quedado pasmada al leer tu reflexión sobre los problemas del útero y los miomas, y las consecuencias que puede provocar esto. A mi modo de ver, has generalizado demasiado… Yo son un ejemplo, porque no me incluyo en ninguno de los casos citados y conozco decenas de mujeres como yo. He tenido tan sólo dos hombres en mi vida: mi primer novio y el actual marido. Conozco innumerables mujeres que tienen miomas y son fieles”.
Tú, Meg, y otras muchas mujeres, mantenéis fidelidad a los compromisos del corazón, o sea, no sois promiscuas. Pero los novios, maridos y amantes, ¿cómo actúan allá fuera? En la actualidad, el índice de mujeres casadas que contraen SIDA es elevado, porque los hombres mantienen relaciones sexuales con otras mujeres, trayendo para la intimidad de su mujer ese monstruo, el virus VIH.
Pero no es solamente la promiscuidad lo que causa la contaminación. Hay otros factores, y entre ellos, la desatención de las mujeres con los exámenes ginecológicos, el mantener esquemas mentales deprimentes, la inseguridad de la mujer en una relación sexual, que la conduce a un contacto tenso y dilacerante. Y existen los casos de mujeres que realizan el sexo sin desearlo, sintiéndose como violadas por sus propios maridos, ya porque llegan a casa oliendo a alcohol o porque están enfadados.
Tela Donahue, del Lago del grupo nativo Yurok-KaruHupa-Chilula, es Chamán. Ella dice que el comienzo del ciclo menstrual es el período más importante en la vida de la mujer; a partir del momento en que la niña se transforma en mujer, se inicia en ella un proceso de purificación, descargando toxinas, elementos contaminados y energía negativa. Simultáneamente, las fuerzas cósmicas estarán revigorizándola con el poder.
En su tribu, la niña/mujer realiza la Ceremonia de la Luna, evitando sexo, alcohol, ciertas comidas, drogas e incluso quehaceres domésticos y culturales. Se dedica, durante ese tiempo, a realizar los rituales y a conectarse con la Madre Tierra y con las fuerzas cósmicas del Universo. Ella dice que, para la mujer moderna, la realización de ese proceso puede ser imposible. Pero la mujer debe estar consciente y sintonizada con este tiempo sagrado de su condición existencial. Sangrar todos los meses no es un castigo, ni es sucio. Dios ha contemplado a la mujer con esa posibilidad, porque ella es el vaso sagrado que se transforma en el canal divino para la manifestación física del ser. Inés informa que “no somos tan frágiles físicamente, y sí delicadas”. Estoy plenamente de acuerdo. Además, entiendo que la mujer en muchos aspectos es más fuerte que el hombre. En una separación, por ejemplo, observo al hombre mucho más desarbolado que la mujer. Ella dice que “le gustaría leer algo sobre la creciente masculinización femenina” y quiere saber “¿por qué la mayoría de las mujeres que pasan a tener relaciones sexuales y afectivas con otras mujeres tienen su cuerpo y gestos tan modificados?”.
En verdad, la mujer como ser social muy importante, ha descubierto otros y nuevos caminos, que le permiten sobrepasar las fronteras de los prejuicios que le impedían tener una actuación semejante a la de cualquier hombre. Ha abandonado el delantal, jubilado el pañuelo que llevaba en la cabeza, descalzado las chinelas y se ha transformado en una criatura distinta.
Actúa en la política, en la administración empresarial, trabaja como operadora de máquinas en la metalurgia, conduce autobuses, etc., etc., con igual talento que el hombre, sin perder la delicadeza de sus gestos y actitudes.
Sin embargo, cuando transita hacia el Universo de la homosexualidad, ocurre esta modificación a que se refiere nuestra amiga internauta. Entiendo que en ese caso, la mujer, cuando asume su “otro lado”, abre canalizaciones que hacen salir a la superficie un “estado” de ser macho que es predominante en su carácter, pero que se encontraba encubierto, lacrado. Entonces, cuando ella se permite esta transformación, este “lado hombre” se hace tan evidente que ella acaba por somatizar actitudes y gestos, y a partir de todo eso “deja de ser femenina”.
El efecto de esa transformación es tan intenso que ella comienza a producir una calidad hormonal diferente, que transforma su tez, su apariencia.
No poseo datos científicos sobre esto, pero hago el seguimiento de varias personas que realizan o han realizado ya esa travesía, y que presentan ese “olor de hombre”, después de incorporar la nueva sexualidad.
En el reverso de la moneda, se da lo mismo. El hombre que asume su “otra personalidad” adquiere trazos femeninos y también irradia su “olor de mujer”.
¿Por qué todo esto? Bueno, somos lo que pensamos y estamos en donde se encuentra nuestro pensamiento. Cuando estos dos procesos son obstruidos, el hombre o la mujer hacen inviable sus vidas.
Dejando de ser lo que piensas, fatalmente serás lo que tu familia o la sociedad deseen y, no estando en donde está tu pensamiento, permanecerás en el vacío del no ser. Ambos procesos significan la quiebra de la existencia de la criatura, la muerte del ser. Pues estaremos despojados de nuestro espacio y desintegrados, porque no vivenciamos nuestra historia existencial.
Por tanto, sé siempre tú misma, asume tu espacio, realiza tu historia, aunque para ello tengas que abandonar los trámites sociales, deshacerte de ídolos e idolatrías. Ciertamente habrás de enfrentarte a los amigos del conformismo, medrosos de carterita. No receles sufrir algunas derrotas. Vale la pena luchar para ser. El náufrago, dice Roberto Crema, no es el que se encuentra en alta mar, amenazado por las voraces olas. El náufrago es la criatura que permanece con los pies hincados en la arena de la playa, sin coraje de ir a las aguas, para realizar su travesía.
Esa reflexión nos remite a la Biblia, donde encontramos la parábola del hijo pródigo.
Leedla, y entenderéis esta reflexión nuestra.
