El perdón - Cómo entender y aplicar esa máxima de Jesús
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 02/05/2011 12:15:06
por Mauro Kwitko - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Muchas personas afirman que ya han perdonado a un desafecto. A decir verdad, decidieron entregar el caso a Dios, alejarse de la persona, como se dice en la jerga "pasar de todo." y seguir adelante con su vida, dejando al Tiempo decidir lo que está bien, lo que está mal.
Las personas de buen corazón tienen la capacidad de aceptar las actitudes de aquellos que les hicieron daño o aún se lo hacen. A menudo son incluso incomprendidas por esa capacidad de amar y perdonar. Son Espíritus más antiguos y elevados en su grado de consciencia y discernimiento, y saben que el perdonar hace bien principalmente a ellos mismos, entienden que no vale la pena permanecer aferrados a un resquemor, a un enojo, a una aversión, pues eso es como un veneno que se ingiere diariamente y va destruyendo los pensamientos, los sentimientos y el cuerpo físico de aquel que suele permanecer rumiando acontecimientos pasados. Otros dicen que quieren perdonar a alguien pero les parece imposible, y que tan solo un Ser Superior como Jesús sería capaz de perdonar. Son Espíritus en un grado algo menos elevado de consciencia, pero que ya tienen la suficiente elevación como para querer perdonar, ya han comprendido que el más beneficiado es el que perdona, conocen las Leyes Divinas de la atracción por los cordones energéticos e incluso contemplan la posibilidad de, en encarnaciones anteriores, haber procedido mal, haber perjudicado al actual "villano".
Otros dicen que no quieren perdonar a un enemigo porque tienen razón en su resentimiento o en su odio hacia esa persona. No olvidan lo que se les hizo, o lo que dejó de hacerse, en fin, se creen con absoluta razón para decretar que aquella persona es un villano, que es malo, que no merece su perdón y que tendrá que habérselas con Dios.
En fin, en esa cuestión del "Perdón", se encuentran las más variadas opiniones, los más diversos razonamientos, dependiendo del grado de elevación espiritual de la persona que ha sufrido o sufre un daño. Si somos un ser espiritual de cómo mínimo 500.000 años de existencia, en las pocas décadas de nuestra persona actual cuán arriesgado es tener una opinión firme respecto de eso.
Cuando alguien siente resquemor o enojo contra su padre o su madre, por lo que le hizo o dejó de hacer, en su infancia, cómo puede afirmar que está en lo cierto y que tiene razón en ese sentimiento, si no recuerda dos cuestiones importantísimas, a saber:
1. ¿Por qué su Espíritu "pidió", o en otras palabras, por qué necesitó ese padre o esa madre?
2. ¿Qué puede haberles hecho, a él o a ella, en encarnaciones pasadas, de la misma especie o peor?
Si el resentimiento o el enojo es con relación a su marido o ex marido, su esposa o ex esposa, otro familiar, un amigo que le ha traicionado, le ha engañado, en fin, un acontecimiento durante la vida, si piensa en esas mismas dos cuestiones, ¿podrá afirmar con convicción que tiene razón?
Somos un ser, que llamamos Espíritu, muy antiguo, hemos vivido cientos o miles de encarnaciones; durante todo ese tiempo, todo lo que ocurrió, lo que hicimos, lo que nos hicieron, ha quedado guardado dentro de nuestro Inconsciente; solo recordamos lo de esta vida actual, pocas décadas de vida. no os parece extremadamente arriesgado decidir cosas tales como "¡No voy a perdonar!", "¡Él (o ella) me hizo (o hace) daño, soy (o fui) su víctima!", "¡Él (o ella) no merece perdón!".
En el Mundo Espiritual hay algo que en la Tierra todavía no existe: la Gran Pantalla. Cuando volvemos a Casa, durante nuestra permanencia en el período de entre vidas, en cierto momento, se nos invita a asistir a una peliculilla de nuestras vidas pasadas, lo que hicimos, lo que no hicimos, cómo éramos, y, al revés de la Regresión Terapéutica realizada por nosotros aquí en la Tierra durante un tratamiento de Psicoterapia Reencarnacionista, en el cual está vedado estimular el reconocimiento de personas en el pasado, allá, en esa sesión de Gran Pantalla, los Mentores posibilitan ese reconocimiento, tanto de la "víctima" como del "villano", y el resultado de ese viaje en el tiempo es una escena impactante de arrepentimiento, de vergüenza y de frustración, por no haber, en la vida encarnada anterior, alcanzado lo que nos habíamos propuesto a nosotros mismos: el rescate y la armonización con aquel Espíritu con el cual sabíamos que nos íbamos a encontrar aquí en la Tierra a fin de hacer las paces con él, y, por el contrario, hemos mantenido nuestra tendencia anterior, arcaica, de enfadarnos con él, de odiarlo, de sentir aversión por él. Y en ese momento, cuando la verdad está allí, descubierta de par en par ante nosotros, percibimos que hemos perdido una gran oportunidad de reconciliarnos con aquel antiguo desafecto y así elevar nuestro grado espiritual; y, a menudo, de redimirnos de lo que le hubiésemos hecho, que incluso pudo ser peor, en encarnaciones pasadas.
A veces, por detrás del hábito de fumar, beber, consumir drogas, se encuentra la amargura, el rechazo, el enojo y, entonces es muy importante traer ese mensaje, de que es extremadamente peligroso juzgar a alguien, condenar a una persona, decretar quién es el villano y quién la víctima, considerando que 20, 30, 40, 50 años de vida es muy poco tiempo, comparado con miles y miles de años, que es la edad de nuestro Espíritu.
En un tratamiento con Psicoterapia Reencarnacionista, del cual forman parte las "sesiones de Gran Pantalla", realizadas por el terapeuta, pero totalmente comandadas por los Mentores Espirituales de los pacientes, es relativamente frecuente encontrar, después de la visita a las encarnaciones más recientes, vidas anteriores en que se intercambian los papeles, y la actual "víctima" se descubre "villano" y el actual "villano" su víctima. Y la persona que fumaba, bebía, consumía drogas para mitigar su amargura, calmar su enojo, para vengarse o para agredir al "villano" (a menudo su padre o su madre), ¿qué hace ahora, con ese descubrimiento?Podemos hacer dos cosas:
1. Aguardar a la muerte de nuestro cuerpo físico y a nuestro desencarne y asistir a las sesiones de Gran Pantalla en el Mundo Espiritual y encajarnos en la estadística oficial del 99% de frustraciones, arrepentimientos y vergüenza.
2. Asistir a esas sesiones aquí, durante la encarnación, cuando aún estamos "vivos" y podemos, mediante la radical modificación de nuestro razonamiento, percibir nuestro error de interpretación, y decidir reevaluar completamente nuestra infancia y nuestra vida, sustituyendo la "versión persona" de nuestra historia por la "versión Espíritu", y así suavizar nuestros sentimientos inferiores, elevar nuestro grado espiritual y reconciliarnos con antiguos desafectos con los cuales hemos "pedido" reencontrarnos.
Y cuando dejamos de sentirnos "víctimas" ya no necesitamos siquiera perdonar, sino pedir perdón por lo que le hicimos en nuestro pasado al actual "villano(a)", que Dios, en Su Absoluta Justicia, nos ha concedido reencontrar. Ese cambio de razonamiento, ese nuevo tipo de enfoque, esa apertura hacia la verdadera historia de conflicto entre Espíritus contrincantes desde hace siglos, opera verdaderos milagros, pues en vez de saberlo allá arriba, para dejarlo para la próxima encarnación (cuando probablemente nos equivocaremos nuevamente.), podemos hacerlo ahora, ya, aquí en la Tierra, en esta misma encarnación, corrigiendo nuestro rumbo, rectificando nuestro pensamiento y sentimiento, y aprovechando la actual encarnación para alcanzar el crecimiento espiritual anhelado desde hace tanto tiempo y desde hace tanto tiempo aplazado.
Y, entonces, pedir perdón a Dios y al villano(a) y seguir nuestro camino, como aconsejó Jesús: "¡Ve y no peques más!"