El Perdón y las Esencias Florales
por Thais Accioly em STUM WORLDAtualizado em 22/08/2007 08:36:57
Traducción de Teresa - [email protected]
Encontré en el Anuario Espírita de 1986 un texto sobre María, madre de Jesús, que relataba episodios de su vida después de la muerte, y entre ellos estaba uno acerca de cuando ella bajó al Umbral en busca de Judas para socorrerlo, a él que, suicida, estaba encadenado al sentimiento de culpa por haber traicionado a Jesús.
El final del diálogo entre los dos, en este encuentro de perdón y consolación, fue descrito por el espíritu María Dolores, a través de las manos de Chico Xavier, en un poema titulado “Retrato de Madre”, en el cual podemos ver el poder curativo del amor que comprende, perdona, supera y sigue adelante.
Cuando leí ese texto, emocionada, pensé acerca de todos aquellos que, como María, también han tenido a sus hijos torturados o asesinados y de la inmensa capacidad del ser humano para perdonar, como hizo María, y también para guardar odio, rencor y deseos de venganza.
Para perdonar, hemos de encontrar dentro de nosotros aquello que nos remite al amor que somos; para odiar tenemos que estar en contacto con los instintos animales que aún sobreviven en nosotros; y para mantener la amargura activa necesitamos distanciarnos del amor y de la posibilidad de paz interior, cultivando sufrimiento y dolor en nuestras almas, creando historias de guerra en nuestras mentes, turbulencias y tempestades emocionales, que culminan con el quebranto de nuestra salud y de nuestro bienestar.
El camino para el perdón no siempre es corto, y el tiempo, al contrario de lo que piensan muchos, por si solo no es capaz de hacer el trabajo por nosotros. He conocido a personas que muchos años después de haber sufrido una traición, una injusticia, un abandono o de haber sido víctimas de un crimen, relatan lo sucedido como si estuviese acabando de suceder, con una carga emocional de amargura y sufrimiento inmensos.
Perdonar envuelve nuestra capacidad de comprender y no juzgar, pero además, la de estar conectados con el amor en nosotros, que es la única fuerza capaz de romper las ataduras que nos encadenan a la amargura, al rencor, al odio, o a la cólera.
Y sí, todos nosotros tenemos ese inmenso manantial de amor que cuando puesto en acción es capaz de superar tanto dolor y amargura, y de impulsar nuestras vidas hacia caminos de mayor felicidad.
El perdón liberta, sabemos, nos liberta a nosotros mismos de nuestros dolores, nos liberta de nuestro pasado, nos liberta de aquel que nos ha hecho algo que consideramos ruin, nos liberta de las culpas y remordimientos, de la depresión y ansiedad que tantas veces acompañan a los procesos de rabia / amargura y culpa.
Y como es un proceso, comprende etapas por las que vamos pasando, a fin de dejar atrás al pasado con sus dolores; y las esencias florales son de gran auxilio para aquellos que buscan conseguir perdonar algo, a alguien o a sí mismos, porque entre ellas existen algunas que estimulan en nosotros esa energía del amor, de la compasión y del desapegarse del dolor, ayudándonos a recorrer la jornada del perdón.
Entre las diversas esencias florales existentes cito aquellas que más utilizo, como terapeuta floral, para aquellos que están en busca del perdón:
Mountain Devil – del sistema de esencias florales Bush Flower Essences, de Australia, que enseña el camino del desapego de las amarguras y del aprendizaje del amor, en el proceso del perdón. Es una esencia floral importante para aquellos que mantienen encendidos dentro de sí odios y resentimientos antiguos, sentidos más como una rabia diseminada contra el mundo y / o contra las personas, y que muchas veces viene acompañada de explosiones de cólera, pero que también pueden aparecer disimulados como envidia o celos. Esa planta es muy interesante, pues su semilla queda encapsulada en una cáscara que recuerda la cabeza de un diablo con dos cuernos, y permanece presa al árbol durante mucho tiempo, hasta que el fuego le haga abrirse y liberar la semilla. El productor de esa esencia floral traza un paralelo entre el fuego y el odio que consume a la persona resentida, y a mí me gusta también comparar el fuego con el amor que liberta y purifica.
Dagger Hakea – del sistema de esencias florales Bush Flower Essences, de Australia. La esencia floral Dagger Hakea estimula el perdón en aquellos casos en que se guarda bastante resentimiento o rencor contra alguien muy cercano. En este caso, no existen, por lo regular, explosiones de cólera, siendo más común el tono irónico, el uso de la palabra de forma ácida, o el silencio y la amabilidad disimulando la rabia. Esa esencia trata de un resentimiento, normalmente no expresado, que las demás personas ignoran. Aquellos que necesitan de esta esencia floral pueden, de esta forma, no aparentar sentir rabia, pero ésta los consume interiormente.
Pine – del sistema de esencias florales del Dr. Bach. Esta es una esencia floral para el auto-perdón. Especialmente indicada para aquellos que son perfeccionistas, para los que se culpan por todo, y además para aquellos que guardan culpas y remordimientos por cosas que han hecho o dejado de hacer a las que consideran errores o equivocaciones. Es una esencia floral para aquellos que necesitan hacer las paces consigo mismos.
Salal – del sistema de esencias florales Pacific Essences. Este floral nos ayuda a percibir que por encima de la justicia humana y del deseo de justicia existe siempre el amor. Ella posibilita el rescate de nuestra capacidad de perdonarnos a nosotros mismos, a alguien o a una situación, saliendo de la postura de aquel que juzga severamente, en la medida en que promueve la comprensión.
Estas esencias florales pueden ser utilizadas individualmente o en conjunto. Deben tomarse 4 gotas 4 veces al día, durante un período de 1 a 3 meses, y tras ese tiempo de uso es interesante reevaluar cuánto se ha conseguido perdonar y si todavía faltan pasos que recorrer en ese sentido. En caso de sentir que todavía no se ha completado el proceso, sería interesante tomar nuevas esencias florales eligiendo para sí mismo las que se deseen usar o buscando el apoyo de un terapeuta floral, que elegirá las esencias florales más indicadas para cada caso en particular.
Lecturas de apoyo que se sugieren:
-En busca del perdón – descubriendo el amor – James Van Praagh – ed. Sextante.
-El poder del perdón – Dr. Fred Luskin – Ed. Novo Paradigma.*”En bellísima y conmovedora poesía, titulada “Retrato de Madre”, María Dolores describe la asistencia maternal y efectiva prestada por el espíritu María a Judas, que se encontraba en las regiones del Umbral, ciego y solitario, mucho tiempo después de la crucifixión del Maestro.
Al final del diálogo con el discípulo suicida, en gran sufrimiento y presa de terribles remordimientos, la Bienhechora lo convence argumentando con profundo amor:
“Te amo hijo mío, te amo y quiero
Ver, nuevamente, tu vida
Revestida maravillosamente
De paz y luz, de fe y elevación...
Vendrás conmigo a la Tierra,
Perderás, poco a poco, el ánimo violento,
Tendrás el corazón
En aguas de bendito olvido.
En una nueva existencia de esperanza,
Te llevaré conmigo
A un remanso abrigado,
¡Te daré otra madre! ¡Piensa y descansa!...
Y Judas, en ese instante,
Como quien olvidase el propio dolor gigantesco
O como quien se desgarra
De una atroz pesadilla,
Preguntó: - ¿quién sois vos
Que así me habláis, sabiéndome traidor?
¿¡Sois divina mujer, que amor irradia
O ángel celestial cuya luz presiento?!...
Sin embargo, ella, mirándolo frente a frente,
Sencillamente respondió
-Hijo mío, yo soy María, soy la madre de Jesús”.
Versión libre del texto extraído del libro Anuario Espírita 1986, titulado Noticias de María, la madre de Jesús, de Hércio M. C. Arantes, ed. Instituto de Difusión Espírita.