El poder de la aceptación
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/03/2018 10:12:09
por Andre Lima - [email protected]
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Siempre que surge en nosotros alguna emoción negativa, stress o cualquier tipo de malestar emocional, es una señal de que, en algún nivel, entramos en un proceso de no aceptación de la realidad. Las cosas suceden y reaccionamos internamente contra la realidad causándonos sufrimiento.
Los pensamientos de no aceptación son de lo más diversos. Algunos nos dicen sobre cosas que están sucediendo en el momento presente y otros se focalizan en situaciones ya pasadas: no debería haber hecho eso, fulano debería haber hablado conmigo de otra forma, las personas deberían comportarse de tal manera, yo debería haber hecho otra cosa y no lo hice, el mundo debería ser más justo, no acepto lo que me pasó, no soporto la manera de hablar de fulano (pensamiento que deja implícito que fulano debería ser de otra forma), el avión no debería estar atrasado, etc...
Inmediatamente al entrar en conflicto con la realidad, surge la molestia. Dictamos internamente como deberían ser la realidad y las personas. Pero ellas son siempre de la manera que son y no hay pensamiento en el mundo dentro de nosotros que pueda cambiar la realidad de la manera que está mostrándose en aquel momento o cambiar lo que ya pasó.
Una de la formas más comunes de no aceptación de la realidad es el hábito de reclamar. Existen personas que reclaman continuamente de todo lo que sucede y que no encaja con su ideal imaginario. Reclaman del tránsito, de la fila, del atraso, del salario, de las actitudes de alguien y aún del clima, lo que las deja eternamente estresadas e insatisfechas.
Existe una creencia que está profundamente enraizada en el inconsciente colectivo que dice que si aceptamos las cosas como son, no vamos a hacer nada y así todo quedará de la manera que está. Esa creencia deja implícito que solo vamos a actuar si estamos infelices o estresados, lo que ayuda a alimentar el estado de no aceptación. Lo que sucede es que la mayoría de las personas continua reclamando, generando mucho malestar para si y para la colectividad y no toma providencias prácticas para mejorar la realidad.
¿Será que es posible entrar en un estado de aceptación y aún así actuar para cambiar algo? Si, claro que es posible. Aceptación es diferente de comodismo. Aceptación es apenas el fin de la guerra interna con la realidad, el fin de la dictadura interior que dice que la realidad debería ser de otra forma mientras esta es de la manera que es, simplemente causándonos stress. El comodismo sucede cuando podemos hacer algo y no lo hacemos. Podemos aceptar la realidad, o sea, dejar de estar peleando internamente con ella ya que eso no ayuda y apenas nos causa malestar y al mismo tiempo hacer lo mejor que podemos para tornar esa realidad más placentera.
El comodismo es siempre reflejo de miedos, inseguridades y procesos de auto sabotaje. No tiene sentido poder hacer alguna cosa y simplemente no hacerla. Un ser humano en perfecto equilibrio emocional consigue aceptar en paz la realidad y al mismo tiempo actuar de la mejor forma que pueda si hay algo que pueda ser mejorado con su ayuda. Si haces un pedido al mozo y te trae la comida equivocada, es posible simplemente aceptar el error que cometió (y así no se sentirá estresado) y al mismo tiempo pedir que traiga el plato correcto.
Una persona acomodada siente miedo, pereza, vergüenza y acaba no tomando los recaudos necesarios. Ya un persona que está en el modo de la no aceptación, toma providencias, pero acaba generando mucho malestar para si. Como todos sabemos, el stress afecta nuestra salud emocional y física, genera tensiones en el cuerpo y diversas otras somatizaciones.
La acción que viene de una persona en un estado de aceptación es más eficiente pues está libre de cualquier tipo de negatividad. Así no hay exageraciones, dramas o distorsiones. Es una acción lúcida, que viene de alguien que sabe lidiar bien con la realidad.
Los mejores diplomáticos, negociadores y conciliadores son personas que no se quedan peleando internamente con la otra parte, aceptan y hacen lo mejor posible y así consiguen resultados muchas veces sorprendentes.
Pero en muchos casos, no hay nada realmente por hacer. Reclamar del transito, por ejemplo, no lo hará ir más rápido. En esos casos la única cosa sensata por hacer es entrar en el estado interior de aceptación. Lo mismo es válido para cualquier hecho que haya sucedido en el pasado.
Toda la negatividad que creamos en torno de la no aceptación, además de generar stress, ayuda a atraer más situaciones desagradables. Atraemos hacia nuestra realidad aquello que estamos sintiendo y si nuestro estado interior es de malestar, más situaciones desagradables surgen. El estado de no aceptación nos hace quedarnos focalizados en las cosas negativas de la vida, consumiendo nuestra atención que podría estar dirigida hacia cosas buenas o para crear soluciones y transformar la realidad.
Tal vez hayas pasado por la siguiente experiencia. Al desapegarte de un determinado problema que intentaste resolver de varias formas y no lo conseguiste, surge una solución sin que sea necesaria tu intervención o que exige apenas una acción muy simple. El desapego es parte del estado de aceptación.
Cuando aplicamos *EFT (técnica de auto limpieza emocional, fíjate como conseguir un manual gratuito al final de artículo), removemos todos los sentimientos desagradables que surgen al pensar en situaciones del pasado, situaciones futuras y cualquier otro pensamiento. Eso nos pone en un estado profundo de aceptación. En ese estado de paz interior nuestra sabiduría aumenta y sabemos de una forma intuitiva si es posible actuar, y caso sea posible, la mejor acción a ser tomada.
André Lima - EFT Practitioner. *EFT - Emotional Freedom Techniques
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