EL PROPÓSITO DE NUESTRAS VIDAS
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 13/02/2015 09:37:52
por Sissi Semprini - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Vivir sin entrometerse.
Aprender a compartir.
Tener interés e interaccionar amorosa e incondicionalmente sin apiadarse.
Vivimos sin intromisión cuando entendemos que a cada uno cabe la experiencia de vivir según su fase evolutiva.
Cada uno de nosotros vibra en una franja frecuencial diferente, y esto no nos hace mejores, ni peores, ni diferentes. Por el contrario, nos hace iguales.
Somos caminantes de la jornada evolutiva, y como tales, los caminos son innumerables y compatibles con aquello que tengamos la capacidad de comprender, de entender, de asimilar y sentir.
En esos caminos de diversidad nos juntamos con los que están en el mismo nivel de frecuencia. Así hacemos amigos, participamos en grupos, construimos nuestras familias, dando continuidad a la misma energía frecuencial que vibra en nuestras familias de origen y repitiendo patrones de comportamiento y de conducta.
La no intromisión se produce cuando, con esta conciencia, percibo que hago lo mejor que puedo según lo que sé y puedo hacer en este momento.
Cuando esta conciencia se instaura profundamente en nuestro yo interior ya es posible el compartir.
Sólo conseguimos compartir serenamente cuando respetamos la manera de ser y de sentir la vida del otro con quien estamos interaccionando.
Con toda seguridad la percepción de vida que él tiene es diferente de la mía. La forma en que él siente la vida e interacciona con ella es diferente de la mía. Es de él. Si tengo algo para compartir, lo comparto y ya está; si el otro lo asimila, lo comprende y lo recibe, eso ya no es cuestión mía sino suya.
Recibir o no recibir ya no me concierne. Comprendo esto y sigo adelante.
Dado este paso estamos listos para interaccionar incondicionalmente sin apiadarnos de nadie.
La piedad es ese sentimiento que crea en ti la falsa idea de que eres mejor. La interacción incondicional permite que el flujo amoroso de la existencia sea la tónica de tus actitudes e interpretaciones, y contemplar con ojos de amor a todos y todo a tu alrededor.
Ya no te dejas capturar por el dolor y el sufrimiento que un semejante atraviesa, porque puedes mirarlo con respeto, puedes comprender que en este momento su trayectoria de vida le pide aquella incidencia; y sabes, sobre todo, que el camino de la Luz es inevitable, que algunos van más aprisa, otros más despacio, pero que todos van en la travesía de la jornada evolutiva camino de la Luz mayor.
Amando incondicionalmente comprendes que la verdad de cada cual es la gran verdad, y que la verdad mayor de la existencia es la regencia de la vida, esté nuestra verdad individual de acuerdo con ella o no. A su tiempo todo llega a esclarecerse y la verdad mayor es lo que prevalecerá.
En este momento has comprendido que ya no necesitas poner a prueba a nadie, únicamente seguir el flujo de lo que tu corazón es capaz de vibrar, de comprender y de amar.