El punto más importante de un buen profesional
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 28/08/2013 12:35:40
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La velocidad de los cambios en el mundo a veces llega a asustar. Constantemente hemos de tener una mente innovadora, actualizada y creativa. Esos elementos son fundamentales para la supervivencia en los tiempos actuales, principalmente en la vida profesional.
Lo que se ve en general es la falta de creatividad y el miedo a los cambios. A menudo se arrincona el proyecto y la creatividad para copiar lo que ya se ha hecho hace años. Lo que ha funcionado en el pasado ya no está garantizado que vaya a funcionar en el presente. Lo importante es estar atentos y tener la percepción de que a todas horas surgen nuevas ideas a las cuales no damos el debido valor.
Nuestra vida cambia a cada instante, el mundo cambia. Las dificultades aparecen todos los días, y con ellas vienen las ideas, decenas de ellas. El que viene haciendo siempre las mismas cosas rápidamente se está quedando atrás, tan deprisa como los cambios diarios en el mundo. Cambiar el enfoque para lo nuevo, para lo presente, y visualizar el mañana pasan a ser el punto más importante de un buen profesional.
Ya no habrá más campo para los que pierden el tiempo con palabras y reuniones en que las palabrerías quedan en el aire. Ya no habrá más campo para los superiores que aceptan chácharas inconsistentes. Total pérdida de tiempo en sus mentes poco creativas. Esos superiores deberían estimular la creatividad para impulsar las mentes de sus subordinados a crear alternativas para la productividad, la calidad, la seguridad y el medioambiente.
Esos son puntos importantes para la sostenibilidad de la empresa y la durabilidad del empleo. Sólo los creativos van a tener esa seguridad. Crear un buen ambiente de trabajo y buscar la productividad son puntos que motivan a un buen profesional. La pasión por lo que uno eligió realizar en su vida le aportará beneficios y buenas ideas.
Desarrollar la capacidad de aprender para aprender más. Ese nuevo perfil del profesional es flexible sin que, pese a ello, llegue a perder su personalidad, adquiriendo su estilo propio pero abierto a las ideas de los compañeros. El resultado final está en el mejoramiento de todos.
En esta nueva perspectiva, los cuidados con la propia salud, con la propia vida, con la propia fe, con las relaciones profesionales, habrán de estar en total equilibrio. El trabajo es el mejor lugar para crecer como seres humanos. Personas diferentes, ideas diferentes, vidas diferentes, alegrías y tristezas, estreses, presión, todo para enseñarnos a convivir con las diferencias. En el trabajo es donde encontramos los fanáticos, los traidores, los buenos amigos, los que nos apoyan, los que nos odian. Allí es donde perfeccionamos nuestro espíritu, pues Dios lo hizo religión para nuestro crecimiento.
Se hace necesario que trabajemos con pasión en lo que nos hemos propuesto hacer. De esa pasión van a surgir las ideas, los atajos para la productividad, para el reconocimiento. Hacer del puesto de trabajo un ambiente de cariño y de amistad es poner a disposición del prójimo lo que hay de mejor en uno mismo. Así estimulamos, con satisfacción, un ambiente de armonía, y como pasamos más tiempo en el trabajo, esa costumbre de estar siempre en equilibrio será llevada a nuestra familia, a nuestros vecinos y amigos, en una búsqueda constante del intercambio de experiencia profesional y perfeccionamiento personal.
Por muy difícil o sin salida que pueda parecer una determinada situación, nada es para siempre o insoportable. La vida está más allá del dolor material y de la desesperación. Está en la paz del espíritu, está en la conciencia libre de miedos y el corazón libre para ceder, para donarse y enseñar lo que ya ha aprendido, y aprender cosas nuevas con los compañeros. Nadie va a aparecer en nuestra vida si no es para perfeccionarnos, y todos vamos a conocer personas que también van a necesitar de nuestros conocimientos y de nuestra educación. Seamos el espejo de la buena convivencia, de la alegría, de la productividad, de la cualidad de hacer lo mejor con total seguridad.
Dios nos ha dado un día después del otro como una gran oportunidad para que recomencemos, para que recarguemos nuestras energías. Él nos muestra que es posible cambiar lo que aparentemente era inmutable. El ser humano que oculta que algo está hecho por otros, haciendo suyas las ideas ajenas es tan ladrón como cualquier otro, o incluso peor, pues oculta su incapacidad de crear.
La prosperidad y el éxito están en el equilibrio de la vida personal y profesional, y nuestro reto es mostrar que somos una sola persona en todos los lugares y situaciones, y sólo llegaremos a vencer con constante equilibrio y fuerza de voluntad.
Sabemos que no somos perfectos, como también sabemos que la perfección vive lejos y para adquirirla hace falta ir mucho más allá de lo que imaginamos, un viaje al centro de nuestro interior, lleno de sorpresas y trampas como si fuese el centro de la Tierra. Allí está el tesoro de la perfección. Todos nosotros sólo estamos buscando el tesoro del bien vivir, una vida digna, alegre y próspera, siempre con la intención de ser “un buen profesional”.
BNN
