El Tiempo del fuego...
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 29/08/2015 12:53:53
Traducción de Teresa - [email protected]
Dedicamos mucho tiempo a la búsqueda de nuestros Dones y conmigo no ha sido diferente… Sabía, allá en lo profundo de mi Alma, que había algo que cuando lo estuviese haciendo sería una bendición, y no exigiría ningún esfuerzo, ya que sería natural y placentero…
A lo largo de ese caminar he ido encontrándome en muchas cosas, como las mandalas, los diseños de las imágenes que representaban lo Femenino Sagrado, una parte que ha sido tan negada y denigrada a lo largo de la historia… y, al dibujar a esas mujeres siempre percibía, por mis experiencias tenidas mientras dibujaba a cada una, que ellas me ayudaban a sanar determinadas cosas, a veces muy claras, otras veces sólo más tarde se iban revelando, pero dibujarlas era para mí una fuente al encontrar en casa un lugar a donde podía ir cuando necesitaba recargar… que me alimentaba y me daba fuerzas para continuar… Entonces, esos dibujos son para mí un trabajo que es pura alegría y donde el tiempo parece detenerse…
Saber reconocer lo que ya has alcanzado es ya un gran paso, porque aquello viene a ser como un incentivo para continuar, ya que es como si me dijese sigue adelante, que es posible… puedes acercarte todavía más a ti misma…
Ya me había encontrado un poco, pero también sentía que faltaban más cosas… y mi búsqueda continuaba… y sé que siempre va a continuar porque siempre podemos ir más allá, aunque el ir más allá sea sólo permanecer…
Recientemente, durante mi último viaje a Copenhague, hice el dibujo de cuatro mujeres, si bien sólo terminé una… las otras las dejé para terminarlas y darles los últimos retoques aquí… y en una me faltaba una parte mayor…
Sólo no sabía que lo que aún no había dibujado en ellas, era preciso dibujarlo antes en mí…
Al llegar aquí, decidí poner las tres mujeres que estaban terminadas como portada de mi Facebook, y una amiga me comentó que era un hermoso trabajo y preguntó, ¿el agua, la tierra y el aire?
Solamente entonces me di cuenta de que realmente aquellas imágenes remitían a esos elementos y que… entonces, la última debía ser el fuego. Relacionar a las otras mujeres con el agua, la tierra y el aire era bastante fácil, porque era obvio en los dibujos, pero la del fuego no lo era tanto… La mujer que posiblemente representaría el fuego estaba quitándose una máscara que era igual a su propio rostro…
Pero enseguida la confirmación de que ella representaba el fuego, que era el elemento que faltaba para completar, me vino por signos tan claros que no tuve más remedio que aceptar que de veras era el fuego… Ya había trabajado mucho con un grupo de mujeres el hecho de que, cuando accedemos a nuestros Dones ligados a la intuición, a la visión, con ella vienen los miedos que a menudo nos impiden o dificultan la manifestación plena de esos Dones… y uno de los miedos más fuertes que se había manifestado y que estábamos limpiando era el miedo a la muerte relacionado con las brujas o las mujeres que un día fueron llamadas brujas y castigadas por ello…
El último día, antes del volver al Brasil, me encontré en Lisboa con una amiga muy querida, y fuimos a la Torre de Belén… Sugerí ir allí porque pensé que ese lugar remitía al nacimiento de Jesús por el nombre de Belén y al nacimiento del Brasil porque de allí partieron las carabelas, pero al llegar mi amiga relacionó aquel lugar con la unión de lo femenino con lo masculino porque la Torre remite a Magdalena y Belén a Jesús…
Allí pasamos por una experiencia muy fuerte relacionada con los cuatro elementos… y con otras muchas cosas que ya iré contando poco a poco…
La cola para entrar era tan grande y tardaba tanto en moverse que lo dejamos, y decidimos meter los pies en el agua; mientras, el sol muy fuerte nos molestaba un poco, aunque la sensación del agua en los pies era tan buena que no lográbamos salir de allí… El fuego, que en el caso estaba representado por el Sol, dejó una marca en mis ojos, que enrojecieron, y en la espalda de mi amiga, que llevaba un vestido con una gota en forma de ojo, indicando que algo aún estaba en desequilibrio en relación a ese elemento y la vista…
La experiencia de la tierra y del aire fue maravillosa, siendo que la del aire para mí y para mi amiga fue un milagro…
Cuando pasamos por lo que después comprendimos que era esa experiencia en los cuatro elementos, la cola para la Torre ya se había acortado sorprendentemente, y eso nos hizo cambiar de idea y entrar en ella. En cuanto nos pusimos a la cola, una mujer que estaba delante de nosotros deja caer al suelo las gafas y éstas resbalan por el puente para dentro del agua.
Como ya eran muchas señales las que estábamos recibiendo sobre la visión, entendimos que aquello representaba dejar ir un modo de ver todavía pasado por el filtro de las creencias equivocadas… y abrirnos hacia otra manera de ver.
Subimos a la torre por una escalera muy fatigosa y nos detuvimos a descansar en algunos pisos… fue una experiencia maravillosa y no sé explicar por qué me sentía muy libre y entera en aquella torre… como desde hace mucho no me sentía.
En uno de los pisos en que nos detuvimos se confirmó algo ligado a una nueva visión porque había una exposición de fotos que se llamaba 1515 Ojos de Ver.
Al bajar nos dimos cuenta de que habíamos dejado de parar en uno de los pisos, que tenía el suelo cuadriculado, pero decidimos seguir adelante, cada vez más encantadas con las muchas cosas que se nos mostraban y nos traían recuerdos que daban un gran sentido al pasado…
De vuelta en Brasil fui a averiguar algo sobre la Torre de Belén y encuentro en Internet que se trata de un baluarte cuya torre está formada por cuatro pisos, referidos a los Cuatro Elementos de la materia según la visión alquimista del mundo.
Y, por lo que he podido comprender, el piso en que no nos detuvimos podría representar precisamente el fuego… por la foto que vi, ya que el suelo coincidía con el del piso que dejamos de visitar.
Más tarde descubrí que la Torre de Belén tiene otra Torre gemela al otro lado del río, que se halla oculta y cubierta de vegetación; mientras una es reconocida como monumento de la Humanidad, la otra está completamente ignorada y olvidada, además de oculta por la vegetación…
Muchas cosas han ido aclarándose en ese tiempo y fui terminando la mujer del fuego, que poco a poco me fue explicando lo que estaba siendo trabajado en relación al fuego… y lo que ella en realidad representaba… y fue en uno de esos días cuando abrí un libro de mi madre, que por casualidad estaba sobre la mesa. El libro era El despertar de una Nueva Conciencia, de Eckhart Tolle, y mis ojos fueron atraídos por este texto:
Nadie tiene el número exacto, porque no se han guardado registros, pero se cree que a lo largo de 300 años entre 3 y 5 millones de mujeres fueron torturadas y muertas por la Santa Inquisición, una institución fundada por la Iglesia Católica Romana para reprimir la herejía. Ese acontecimiento se equipara al Holocausto como uno de los capítulos más sombríos de la historia de la humanidad. Bastaba a una mujer demostrar amor a los animales, caminar sola por los campos o los bosques, o recoger plantas medicinales, para ser considerada bruja, torturada y condenada a morir en la hoguera.
Lo sagrado femenino fue declarado demoníaco y toda una dimensión desapareció significativamente de la experiencia humana.
Estaba tan claro el miedo al fuego, indicado por medio de tantas señales, que me dediqué con Amor y Perdón a liberar en mí los rasgos que aún faltaban para dibujar a la mujer del fuego…
Pero esa es otra historia que aún estoy escribiendo...
