El tiempo: Señor máximo de todas las curas
por Izabel Telles em STUM WORLDAtualizado em 25/09/2007 15:38:36
Traducción de Teresa - [email protected]
Enseñan los buenos maestros que debemos asistir a nuestra actuación en el mundo como si estuviésemos observando una pieza de teatro. En el escenario el desarrollar de nuestros papeles, en que actuamos como protagonistas de nuestras acciones y comportamientos. En la platea estamos nosotros también, pero sentados asistiendo al drama o a la comedia en que actuamos como personajes.
Facilita mucho también, si somos capaces de dialogar mentalmente con nuestro personaje en escena, llamándolo por nuestro nombre de bautismo, y dulcemente comentarle la escena, para que él perciba cómo está actuando.
Por ejemplo:
Te encuentras en la salita con tu pareja y la conversación toma un rumbo desagradable, en que “la Tú” que controla, exige y acusa, comienza a enseñar la oreja. En ese momento se inicia un clima de desentendimiento y es entonces cuando la “Tú que está asistiendo a la escena” debe puntualizar este movimiento diciendo mentalmente:
- Mira, Fulana (dices tu nombre de bautismo) está iniciando nuevamente su rosario de quejas y exigencias, sin permitir que el otro se defienda o exponga sus razones.
Con ello la mente se lleva un susto y puede provocar un profundo movimiento de respiración, liberando de esta forma los eslabones del patrón repetitivo.
Parece fácil cuando se lee. Pero es bastante más complicado cuando decidimos practicar este mecanismo que tanto ayuda en el control de nuestros patrones emocionales.
Cuando nos damos cuenta ya hemos hablado y expuesto todo, así, sin pensar, hemos lastimado al otro y solamente más tarde es cuando vamos a ponderar los resultados.
Pero si practicamos esta técnica en todos los momentos de nuestro día-a-día, llegaremos a darnos cuenta de que el tiempo nos va disciplinando, transformando en costumbre aquello que parece tan difícil.
Otra forma de controlar el nivel de nuestras reacciones emocionales es que tomemos conocimiento de que estamos hechos de distintas partes que son, muchas veces, totalmente opuestas.
Revelamos muchas veces nuestra parte angelical en los consejos que damos a los amigos, pero inmediatamente podemos exponer nuestro lado vengativo deseando que esta o aquella persona desaparezca de nuestra vida.
Suelo pedir a mis pacientes que estimulen estas partes a que conversen entre sí, o se pregunten durante una reacción emocional:
- ¿Cuál parte de mí está hablando de ese modo, o sintiendo de esa forma?
Identificando esa parte, se hace más fácil ayudarla a vencer el problema y resolver la situación.
No obstante, sea como fuere, una cosa es cierta: el tiempo con su gigantesca sabiduría podrá darnos cada día más lucidez y entendimiento.
Y aquí te queda otra forma de escapar de las “mariposas en el estómago” todas las veces que nos enfrentamos a situaciones angustiantes.
Hazte esta pregunta:
- ¿Qué va a significar este acontecimiento en mi vida de aquí a quince días, un mes o un año?
