El tránsito por las religiones, camino de todos nosotros
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 22/01/2007 16:49:31
Traducción de Teresa - [email protected]
Me baso principalmente en el Espiritismo cuando realizo experimentaciones o cuando actúo como Terapeuta Holístico, porque ha sido en esa fuente donde conseguí recursos y herramientas para mi iniciación espiritual. No obstante, confieso que durante mi vida he añadido valores, informaciones y directrices de muchas otras doctrinas y religiones.
En la Umbanda aprendí mucho sobre la humildad, con las actitudes del Sr. José y Doña Mariquinha, dos criaturas extraordinarias que conocí en Guarulhos. Eran los dueños de un ‘Terreiro’ y siempre estaban prontos y disponibles para colaborar y esclarecer a todos cuantos acudían a ellos. Aceptaban mi participación en las sesiones, sin ninguna restricción. Fue junto a ellos como aprendí a trabajar mediumnicamente con los ojos abiertos y andando. Así, a primera vista eso puede parecer sencillo, pero no lo es. Exige mucho control y perfecta sintonía. En una actividad de cura y consciencia mediúmnica que hemos llevado a cabo en Itapeva, trabajaba conectado mediumnicamente con el Chinés durante varias horas, para atendimiento a los enfermos, sin ningún desgaste ni pérdida de conexión. En esta pareja yo he visto el ejemplo de una mediumnidad auténtica y volcada en el bien público.
Otra experiencia que ayuda bastante en mis actividades es el contacto con los evangélicos. Toda la familia de mi mujer es evangélica y en ella hay incluso pastores. Noemia, mi cuñada, es misionera. Ya hemos tenido algunos contratiempos, cosa de parientes, pero, a pesar de algunas diferencias, tengo absoluta confianza en su mediumnidad. Para ella, sin embargo, lo que tiene lugar es la revelación del Espíritu Santo, cuestión de palabras. Un día, jugando a la pelota con mis primos, me hice daño. Tan pronto como María, mi mujer, miró mi pierna, dijo: “estoy viendo (ella es vidente) una nube negra y si no te cuidas, eso se convertirá en una herida grande”. Hice todo cuanto aprendí, energización, unté con la pomada del abuelito Pedro (pomada espiritual), visualicé colores, etc. etc. Y el proceso estaba allí, sin transformarse. Decidí pedir a Noemia una oración. Mi cuñada vino rápidamente, pues esas peticiones, para ella, significan que mi fe está vacilante, frágil. Tan pronto llegó, miró mi pierna (ella también es vidente, pero dice que recibe revelaciones del Espíritu Santo). Dijo: hay algo extraño en esa herida, es cosa del demonio, y se puso a orar y a untar la lastimadura con aceite. Al día siguiente, mi pierna estaba limpia.
Allá por 1970 yo estaba recuperándome de una operación quirúrgica y al llevar una inyección la aguja quedó enclavada en mi brazo (en aquella época todavía no se utilizaban jeringuillas desechables, como hoy). Fui a una clínica de Vila María y allí el médico realizó una micro-cirugía para extraer la aguja, pero sin éxito. El objeto de acero estaba desplazándose y si transcurriese más tiempo podría afectar al hueso y de ahí surgir una situación más grave, hasta incluso la necesidad de amputación del brazo. Mis padres estaban en la sala de espera, mientras mi hermana, la enfermera y el médico intentaban encontrar la aguja. En un determinado momento, mi madre (es médium vidente y de audición) escuchó lo siguiente: “El Dr. Becerra de Menezes va a cuidar de este caso”. Tan pronto como ella “oyó” ese recado, mi hermana, en el quirófano ha venido corriendo a avisar de que la aguja había sido encontrada. Decía ella: “la enfermera estaba a mi lado y al girar el brazo de Wilson ha visto a la aguja asomar, como empujada de dentro a fuera”. No, no fue una coincidencia, fue una acción espiritual auténtica de un Espíritu muy bueno que en la Tierra ha sido denominado “el médico de los pobres”.
Estos acontecimientos mediúmnicos son importantes, demostrando que la acción de los Espíritus es eficaz y envuelve a personas de distintos credos, siempre procurando poner de manifiesto la verdad que el Espiritismo enseña desde 1857. Y por eso hasta hoy ejerzo la mediumnidad. Como Terapeuta Holístico pasé a entender con mas amplitud el concepto de integración cuerpo-mente-espíritu. En verdad, tal como hemos aprendido en la Doctrina Espírita, es importante dirigir nuestra atención hacia la vida espiritual, pero en la holística, he comprendido que el Espíritu difícilmente realiza una vida espiritual como encarnado en la Tierra, si no abre canalizaciones, si no modela sus ojos, sus oídos, su palabra y sus miembros para que pueda expresar su espiritualidad. Y tanto la apertura de canalizaciones como la modelación de actitudes fisiológicas también pueden auxiliar a la criatura en la vida después de la muerte, pues ese proceso de espiritualización del cuerpo, facilitará, cuando se verifique el desencarne, el desligamiento del Espíritu.
Más recientemente he conocido el Chamanismo, en una experiencia inusitada ocurrida en una sesión de experiencias mediúmnicas, en el Centro Espírita Evangelio en Acción, donde impartía cursos de Espiritismo. Una de las médiums, todavía principiante, sintió que alguien pasaba una pluma por su rostro, causándole una sensación buena, de relajación. Mientras ella me decía esto, ha venido María a informarme de que estaba en la reunión un grupo de Espíritus, con características indígenas. Ellos pedían autorización para observar la reunión y realizar algunas experiencias. Dije a la chica que yo no sabía el significado de aquel acontecimiento, que buscaría explicación y en el próximo encuentro traería la respuesta. A la semana siguiente, estaba en el centro de Sao Paulo y fui hasta un rastro (comercio de libros usados) y al entrar en la tienda vi en la estantería el libro Curandero Nativo. Me encanta leer, pero aquel libro como que me había hipnotizado, me fui al mostrador, lo compré y me marché. Al volver para casa, tan pronto me he sentado en el autobús, abrí el libro “al azar” y en la página abierta pude leer lo siguiente: en las experiencias chamánicas, los indios se sirven de una pluma de pavo real para tocar el rostro de los sensitivos y con ello facilitar el trance. Quedé feliz, la respuesta había venido más rápidamente de lo que yo imaginaba y a partir de ahí comencé a pesquisar y estudiar acerca del Chamanismo.Conocí a Tía Zaíra cuando ella realizaba en su casa en la zona Sur encuentros para tratar de asuntos de la espiritualidad. Ella no tenía religión, adoptaba para sí los conceptos de Sri Ramana Maharishi. Todos los sábados se reunían en su amplio salón personas de todo tipo, jóvenes y adultos, viciados e iniciantes religiosos, en fin, no había restricciones. Ella hablaba acerca de la vida espiritual, comportamiento y tantas otras cosas. De vez en cuando ella señalaba con cariño a uno de nosotros y decía que estaba “viendo” una energía procedente de nuestra alma y nos hablaba de cosas íntimas, sueños y decisiones necesarias para nuestra salud y paz. Insistía siempre en que nunca hiciésemos enjuiciamientos, diciendo que cuando señalamos con un dedo a una persona, los otros tres dedos están señalándonos a nosotros mismos. Era delicioso escuchar su voz y sentir aquella alma blanda y enérgica que nos guiaba hacia la consciencia espiritual. En aquella época yo estaba algo desligado del movimiento espírita, sin ninguna actividad mediúmnica y con interés en realizar otras experiencias. Un día ella me dijo: Wilson, queda tranquilo en lo que se refiere a tu mediumnidad y el Espiritismo, inclusive; cuando sientas la presencia de tus amigos del lado de allá, permite que ellos vengan a hablarnos de sus experiencias. Pero tu camino es el Espiritismo. Participé durante algunos años en esos encuentros, nunca tuve ninguna manifestación mediúmnica, pero he aprendido mucho con ella. Poco antes de desligarme del grupo ella me confidenció que todavía no era hora de que yo transitase hacia las doctrinas esotéricas.
En 1975 yo participaba del CMA – Círculo de los Misivistas Amigos, con sede en Volta Redonda (RJ) – dirigido por Denir Lopes. Éramos un grupo de amigos, la mayoría espíritas, pero la actividad era de amor fraternal, sin fronteras ni paradigmas o vínculo religioso. La meta del grupo era llevar una palabra de aliento y rescatar la dignidad en las criaturas que estuviesen cumpliendo pena en las cárceles o ingresadas en hospitales. Uno de los baluartes de ese grupo era la Hermana Mónica María, monja que residía en Londrina. Todos los casos más difíciles (motines en las cárceles, enfermedades terminales, inminencias de suicidio) se los enviábamos a ella. Un día, le pedí que diese asistencia a una mujer hospitalizada; ella me respondió al dorso de un folleto distribuido por la Sociedad Bíblica del Brasil: “Wilson, he aceptado con alegría mantener correspondencia con Joaquina. Hoy le he escrito la primera carta... Vamos a rezar, pues solamente la oración hará que el “pincelito de Dios” (nosotros los del CMA) alcance a las almas que sufren... Acepta de tu vieja hermana en Cristo, un abrazo muy amigo” Hermana Mónica.
Y en el mismo folleto, en el mensaje cuyo título es Sublime Ideal, ella subrayó en el texto lo siguiente: “Procura mantenerte siempre en ejercicio espiritual para progresar en tu vida cristiana”. Ella no lo sabía, pero en aquella época yo me encontraba en un gran conflicto relativo a mi actividad espiritual. Y esa señalización sencilla fue una respuesta importante para que yo pudiese, con coraje y humildad, definir mis futuros pasos.
Como se puede observar, la espiritualidad no tiene vestimenta religiosa, ella trasciende a todo y a todos y entiendo que las religiones y doctrinas organizadas en la Tierra por los seres humanos son apenas caminos a través de los cuales podemos descubrir nuestros talentos y crear la conciencia sobre Dios, para que podamos rescatar en nosotros la esencia divina que es un talento recibido del Universo. Corresponde a cada uno de nosotros descubrir este talento y desarrollarlo para que se transforme en un instrumento que nos aporte paz, coraje y salud.