El Vínculo
por Simone Arrojo em STUM WORLDAtualizado em 12/12/2014 11:13:15
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando el hombre y la mujer se aceptan mutuamente como tales, la consumación de su amor crea un vínculo. Ese vínculo es indisoluble. Esto nada tiene que ver con la doctrina moral de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio. La realización del amor crea un lazo, independientemente del matrimonio y de cualquier rito externo.
La existencia de tal lazo es percibida por sus efectos. Por ejemplo, el hombre que se separa livianamente de una compañera a quien estaba vinculado de esa forma mediante la consumación del amor, por lo regular no logrará conservar una segunda compañera en otra relación. Pues ésta percibe su vínculo con la compañera anterior y no osa tomarlo plenamente. Cuando un hombre abandona a una mujer y se casa de nuevo, quizá su segunda mujer se considere mejor que la primera y diga: “Ahora yo lo tengo para mí”. No obstante, ella lo perderá. En ese propio triunfo lo pierde, pues reconoce el vínculo de ese hombre con su primera mujer.
Siendo así, ella no lo asumirá completamente. En las constelaciones familiares se puede percibir que una segunda mujer se distancia un poco del hombre. Ella no osa colocarse cerca de él, por el hecho de no ser su primer lazo, sino el segundo.
La profundidad de tal vínculo puede ser evaluada por su efecto. La separación del primer amor es la más difícil de conseguir. Es la más dolorosa. Cuando un segundo lazo se deshace, el dolor es menor. En un tercero, todavía menor.
Ese lazo no es, sin embargo, sinónimo de amor. El amor puede ser pequeño y el vínculo profundo. Inversamente, el amor puede ser profundo y el lazo pequeño. El vínculo se origina del acto sexual. Por eso él también nace de un incesto o de una violación. Para que más tarde un nuevo lazo sea posible, hace falta que el primero sea correctamente resuelto. Éste queda resuelto cuando es reconocido y cuando es honrado el respectivo compañero. Quien maldice el primer vínculo impide un lazo ulterior.
Hombres y Mujeres
Quiero también decir algo más sobre el orden del amor en la relación de la pareja. Este tema nos habla desde más cerca. Muchos se avergüenzan de eso, como si fuese algo que se debe ocultar. Aquello que diferencia a los hombres de las mujeres, lo que realmente los diferencia, está escondido. O, se podría decir también, está protegido. Puesto que es el lugar donde cada uno es más vulnerable. Es el lugar propio de la vergüenza. Vergüenza significa, en este contexto, que yo guardo una cosa, para que nada malo le suceda. Y es el lugar donde nos sentimos más entregados.
Algunos hablan despreciativamente del instinto sexual y olvidan que es la fuerza real y más profunda, que a todo mantiene unido y dirige, que toma a cada persona a su servicio, sin que ésta pueda defenderse. Por la pura razón nadie se casaría o tendría hijos. Sólo ese instinto lo consigue. Y es a través de él como estamos en sintonía más profunda con el alma del mundo. Ese instinto es lo más espiritual que existe. Todo entendimiento y toda consideración racional palidecen ante la fuerza que actúa por detrás de ese instinto.
El orden del amor entre hombre y mujer exige por tanto, en primer lugar, que el hombre admita que le falta la mujer, y que él, por sí sólo, jamás podrá alcanzar lo que una mujer tiene. Y exige igualmente que la mujer admita que le falta el hombre, y que ella, por sí sola, jamás podrá alcanzar lo que el hombre tiene. Entonces ambos se experimentan como incompletos y lo admite así.
Cuando el hombre admite que necesita de la mujer y que sólo a través de ella se convierte en un hombre, y cuando la mujer admite que necesita del hombre y sólo a través de él se convierte en una mujer, entonces esa carencia los liga el uno al otro, justamente por el hecho de admitirla. Entonces el hombre recibe lo femenino como regalo de la mujer, y la mujer recibe lo masculino como regalo del hombre.
Imaginad ahora un hombre que desarrolla en sí lo femenino y una mujer que desarrolla en sí lo masculino, como muchos consideran ideal. Si ese hombre quiere ligarse a esa mujer, ¿cuál será la profundidad de esa relación? En el fondo, ellos no necesitan el uno del otro. Inversamente, cuando el hombre renuncia a lo femenino y la mujer a lo masculino, entonces ellos necesitan el uno del otro y esto los mantiene juntos.