En el Punto de Mira del Predador Emocional
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 16/05/2015 09:00:40
Traducción de Teresa - [email protected]
La sensación de libertad cuando ya no estás en el punto de mira del predador emocional
Te das cuenta de que estás totalmente libre de la mira de tu secuestradora de alma cuando el tiempo pasa a ser totalmente tuyo nuevamente. Cuando percibes que nadie tiene mando sobre ti, ni en pensamiento. El miedo a estar todo el tiempo alerta, sobre lo que debes o no hacer, ya no está presente, y de pronto te percibes totalmente libre de aquel conocido clima tenso y sombrío en que te encontrabas. Era como si en cualquier momento pudieses hacer algo muy equivocado, que haría enojarse mucho a tu pareja. Y aunque no lo hicieses, la idea es que sería tan sólo cuestión de tiempo el que ocurriese algo desagradable. Como resultado, aparte del malestar causado por la ira del compañero, aún tendrías el miedo de sufrir con el castigo de sus represalias afectivas.
Fíjate en que, para haber llegado hasta este punto, el mérito de esta liberación es totalmente tuyo. A estas alturas ya debes haber pasado por todas las etapas de conocimiento sobre dónde estabas y sobre los procesos que envuelven las artimañas de tales predadores para mantenerte bajo secuestro. Los predadores emocionales, por mucho que amenacen con abandonar definitivamente a sus víctimas, como estrategia de sus manipulaciones perversas, jamás toman esa determinación por su propia cuenta.
Si, desde este momento de liberación en adelante, incluso puedes recordar lo que ocurría en tu relación, pero felizmente ya no te conectas sentimentalmente a los acontecimientos, entonces es que estás libre de verdad.
Para llegar al punto de percibirte de vuelta a ti mismo, muy probablemente tu abusador ya ha retirado por completo los ojos predadores que tenía clavados en ti. También ya te ha retirado de su foco de atención y de sus pensamientos. Y sólo a partir de este momento será cuando estés totalmente libre, tras una larga jornada de cárcel, con independencia del tiempo que hayas permanecido en esa relación.
No importa el tiempo que haya durado. Haz un brindis por ti y por tu vida que está de vuelta. Tú tienes el ahora totalmente libre para ti mismo. Tu vida nuevamente te pertenece. Estás de vuelta. Date la bienvenida a ti mismo y a esta nueva etapa de vida que se inaugura. Más maduro y con muchas más posibilidades de ser feliz. Ten en cuenta que este factor no implica obligadamente la elección de un nuevo compañero. Este momento sólo te concierne a ti. A partir de ahora puedes y debes ejercer tu libertad, como quien pasa por una batalla y sale de ella no sólo vivo sino victorioso, todavía con una vida por vivir en lo sucesivo.
Alerta para dos situaciones que aún pueden producirse en el desarrollo de la trama:
1) Si por ventura vosotros aún no estáis totalmente desconectados, o sea, si ella aún no ha retirado absolutamente todos los hilos de la conexión emocional que la ligan a ti, y si de algún modo aún estás intoxicado, todavía en medio del conocido entorpecimiento perceptivo que envuelve esas relaciones, es probable que puedas mostrar signos de recaída buscando ciegamente el rescate de la relación. Cuidado, ya que esa vuelta, si acaso ocurriese, suele ser mucho más dolorosa que las anteriores y viene con la ira velada de la pareja, por tu denuncia y tentativa de soltarte.
2) Otra cosa que puede ocurrir es una última tentativa tuya de rescate de aquello que, por malo que fuese, ya habías incorporado. Podrás recibir como respuesta una actitud de total repulsa del predador, evidenciando que tú no has sido más que otro cuerpo que pasó por su vida. En ese momento puedes apostar a que él ya tiene otra víctima en su punto de mira.
Sé feliz.
