Eraldo, la magia del captador
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:29
Autor Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El día 16 de agosto se cumplieron 10 años desde que el terapeuta holístico Eraldo Manfredi volvió para casa. Leonardo Jun Ono envió mensaje recordándonos ese acontecimiento. Encontré a Eraldo en el momento más difícil de su vida, había contraído cáncer de pulmón. Y en ese primer encuentro, conocí personalmente a Sergio Scabia, ellos son dos seres espirituales de alta envergadura a quienes admiro.
En esa época organizamos en casa de él un grupo de trabajo espiritual para buscar su curación.
Además del dolor físico, tuvo también el dolor de la indignación, porque pese a la extraordinaria percepción que tenía y con apoyo en su actividad de personas sensitivas, la dolencia surgió intensa y sin aviso previo. Yo admito el derecho a la indignación por parte de quien sufre. Lo entiendo como recurso del Espíritu para defenderse. Confieso que me fue difícil, estando aún en los primeros pasos de los estudios de Espiritismo, comprender y aceptar un texto del Evangelio que dice: el dolor es una bendición que Dios envía a sus elegidos.
¿Elegidos para sufrir? ¡No! ¡Escogidos porque ya están listos! Con el tiempo y las experiencias, Eraldo se fue ablandando. Y curiosamente se convirtió en fuente transformadora, en la Santa Casa.
De decía allí que el efecto de su presencia era extraordinario cuando iba a recibir la quimioterapia. Salía de él una onda vibracional curativa que suavizaba a los pacientes.
Hace días viví esa experiencia cuando fui a visitar a Myoko, madre de una cliente, en un hospital de la zona sur de São Paulo. Dije a sus hijas: quedad en paz, ella está aquí también en misión, su energía se expande. Ellas confirmaron: sí, Wilson, los pacientes y acompañantes que vienen hasta aquí a verla salen en un estado de levedad impresionante. Eraldo tenía poder de captación del inconsciente expresivo. Miraba a la persona, indicaba el tiempo y lugar donde el paciente había adquirido la enfermedad o el estado psíquico alterado. Decía: PERDÓN. 1. 2. 3. ¡YAAA!!!!
Y como por arte de magia, se desprendía la energía mórbida y la persona respiraba aliviada y curada. Un día le pregunté por qué se demoraba cuarenta minutos en ese proceso. Me contestó con su buen humor peculiar: ¡cinco minutos no es tiempo suficiente para que la persona acepte que está curada! Y nos reímos. Él era alegre. En el mundo espiritual continuó siendo así, dispuesto para ayudar. La indignación se diluyó. Y alguna que otra vez surgía en el grupo espiritual que María y Baltazar dirigen en mi casa. Es un Espíritu lúcido, activo y feliz. Él irradia un factor vibracional con un poder increíble de transformación. Su ADN era diferente. Aprendí con él que debía contar los casos que suceden en los procesos que realizo. Viene saliendo bien. Contar casos es delicioso y agradable de oír. Jesús hizo lo mismo, con inteligencia y amor: "Un hombre bajaba de Jerusalén para Jericó..."
Hasta hoy la humanidad guarda en la memoria esos casos y procura practicarlos. Entre tantas captaciones realizadas por Eraldo, hubo una muy interesante. Angélica, en esta vida, era una niña de 10 años cuyas actitudes en la escuela, en la convivencia social y junto a la familia eran desajustadas. Médicos consultados, medicamentos tomados y toda una serie de providencias, nada dio resultado positivo.
Entonces, Eraldo, con el apoyo de una captadora espiritual, consiguió entrar en el Universo existencial de Angélica, descubriendo que en una vida anterior ella había sufrido acoso sexual en la escuela. A causa de eso, ella como Espíritu, antes de renacer, provocó varios abortos, resistiéndose a la idea de los hombres de blanco (amparadores espirituales superiores) de que ella debía "entrar" en otro cuerpo y volver a la vida terrena. La vida terrena era para aquel Espíritu un escenario peligroso. Se resistió cuanto pudo hasta aceptar, por fin, el reto de retornar a la vida física, lo cual hizo asumiendo la personalidad de Angélica y trayendo consigo las secuelas inevitables. Para felicidad de la niña y de su familia, el apoyo y la orientación del investigador Eraldo y de la captadora tuvieron éxito. Angélica hoy es una joven de vida normal, se graduó en Periodismo y actúa en ese campo. Consigno aquí mi homenaje a Eraldo, por haber sido el protagonista en la reconstrucción de la vida terrena de esa muchacha y también a su madre, por la dedicación que tuvo.
Participé en ese proceso más tarde, con el Proyecto Mutación, y vi la desenvoltura con que Angélica encaraba los obstáculos naturales, en la existencia de un Espíritu que viene comprometido con traumas intensos.
Angélica es una prueba concreta de cuánto un captador consciente y de calidad puede hacer, y demuestra que el ser humano, cuando decide hacer una historia de vida buena, puede tener éxito. Su madre también tuvo participación expresiva porque creyó y utilizó su amor e inteligencia, apoyando incondicionalmente a su hija. El padre suplió el aspecto financiero.
Eraldo viene siendo visto y sentido, siempre dispuesto a hacer el Bien. Percibo bien la presencia espiritual de él en mis actividades de lectura del alma, procurando captar los detalles más íntimos del alma humana, y reverencio con gratitud el paso luminoso de ese Espíritu por este Planeta Azul, escenario de almas bellísimas y teatro de desafíos grandiosos.
Angélica fue la heroína. Eraldo es el caballero de la Esperanza que apaciguó los miedos de la niña y la incertidumbre del Espíritu. ¡Y juntos hicieron la alianza del Amor! ¡Gratitud, Amigo!