¿Eres dependiente de la aprobación de otro?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:12
Traducción de Teresa - [email protected]
A algún nivel, todos dependemos unos de otros. Nadie vive solo y aquellos que insisten en permanecer en ese estado, las más de las veces acaban encuadrándose en aquellos tipos más extraños. Existe, no obstante, cierta frontera entre la dependencia en cuanto es saludable y cuando ya no lo es. Si acaso te reconoces en el aspecto no saludable de la dependencia emocional de la aprobación de otro, inclusive en las relaciones más personales, el primer paso es darte cuenta de que tienes una cuestión importante que resolver. Sólo así podrás buscar ayuda en la posibilidad de moverte hacia una vida cualitativamente mejor.
Muchos relatos son ejemplo de que la dependencia emocional se adueña de la persona en cuestión como si fuese una especie de enfermedad adictiva, que sólo se revela a partir del momento en que se inicia una relación. El otro, que supuestamente debería servir para llenar ese hueco afectivo, pasa a funcionar como si fuese el peor enemigo, precisamente porque activa los antiguos fantasmas del miedo al abandono. Por lo regular, las relaciones de ese tipo acaban por desembocar en sumisión, y si la otra persona es mínimamente perversa, fácilmente podrá instaurar una relación sadomasoquista. La víctima dependiente permanece en constante aflicción, ansiedad y angustia, como si la otra persona fuese en cualquier momento a abandonarla, dejándola en el peor de los mundos. Así, casi nunca logran terminar una relación, por muy dañina que pueda ser. Mientras el rehén de este tipo de clausura emocional no asuma que tiene una perturbación afectiva grave, y no preste a ello la debida atención, ciertas situaciones, que a lo largo de la vida han de ser dejadas de lado en nombre de la sobrevivencia, continuarán dolorosamente y de modo ininterrumpido haciendo sangre en la medida en que fatalmente serán activadas en las relaciones afectivas. Alucinados por el terror a perder el vínculo, que también puede entenderse como conexión, viven bajo la amenaza de un enloquecedor sentimiento de soledad, lo cual les lleva a agarrarse a mil estrategias de sujeción y supuesto control del otro. La manipulación está en ser sumiso, por ejemplo, suponiendo que pueden así retener al compañero.
Solamente pasando por un viaje terapéutico interior de búsqueda de significados se podrá reprocesar las angustias, y la persona adicta al otro podrá reconocerse profundamente dentro de la relación tóxica en que está, pudiendo así liberarse.
Estas son las principales características de las personas con dependencia emocional; mira a ver si te encajas:
1. Dificultad para estar solo y necesidad de estar con alguien en todo lo que se hace.
2. Tendencia a satisfacer el deseo de los demás en detrimento de sí mismo.
3. Inseguridad constante.
4. Falta de confianza en sí mismo en las decisiones, necesidad de la aprobación o autorización del otro. Son rehenes de la mirada del otro por temor al rechazo. Y, debido a eso, pierden su propia identidad.
5. Dificultad para establecer límites personales cuando los percibe necesarios.
6. Suelen funcionar como camaleones adaptándose a todo y a todos.
Si te encajas en ellas, busca ayuda terapéutica. Recuerda que tu vida es tu bien mayor. Sé feliz, pleno y vivo. ¡Tú lo mereces!