Especial: Al servicio de la Luz – Alma Gemela
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 12/05/2010 12:02:47
Traducción de Teresa - [email protected]
Hoy, después de mucho tiempo, al fin he logrado no ponerme angustiado o preocupado por la responsabilidad de escribir el quincenal, aunque falten pocas horas para el momento de pulsar la tecla “enter” que dispara de forma irreversible este texto hacia el éter, a personas queridas y en sintonía que viven en todas partes de nuestro planeta. La intención al teclear es seria, decente, honrada: transmitir algo que sea válido, útil, que nos ayude a sentirnos aún más unidos, confiados, capaces de enfrentar con renovado ánimo y equilibrio la jornada que nos llevará de vuelta para Casa.
No soy más que un mensajero, un humilde cartero que sabe que todo tendrá sentido solo si consigo conectarme con la Fuente, con los amados Guías, con el plano espiritual. No lograría tocar suavemente el alma de quien lee si fuese a buscar la inspiración y la información en el pequeño yo que, aislado, limitado, solamente sabe producir, o mejor, reproducir aspectos ya conocidos y trillados.
Estoy ahora en un período de gran calma interior, con el mar de las emociones en calma, he logrado relajarme bastante en el momento en que he pedido ayuda y he entregado toda la responsabilidad al Universo, que me transmitió – como en psicografía – un corto y sencillo mensaje para usarlo como mantra:
A partir de este momento mi corazón y mi mente están solo al servicio de la Luz.”
Listo... el alivio ha sido inmediato; solo he manifestado el deseo de formar parte de esa corriente que desea transmitir/recibir amor, belleza, paz, serenidad y reafirmar sin cesar el concepto de Unicidad en la Unidad; de recordar que formamos parte importante, indispensable del Todo, de todo cuanto existe en los muchos planos y reinos; individuos inmortales, que transportan por todo el siempre a la Divinidad en el corazón.
Sé que repito frecuentemente estos conceptos. En realidad siento que necesitamos recordarlos con cariño, con perseverancia y determinación, sin que tantos señuelos, reclamos, ruidos intensos y permanentes del mundo exterior se interfieran en nuestra sintonía, en nuestra capacidad de mantener alineado nuestro centro interno, así como la conexión sutil incluso en las condiciones más desfavorables y complicadas de nuestra existencia.
Es como si fuese indispensable repetir hasta la saciedad un mantra sagrado, una frase o un pensamiento que nos coloque y mantenga a un nivel de realidad en la cual los sentimientos son los del amor incondicional y la vibración de la Luz nos transporta suavemente, permitiéndonos actuar de forma iluminada, bienaventurada, en cualquier situación que se nos presente, ya sea en casa, en el trabajo, en nuestras relaciones, siempre.
Esta capacidad de lidiar de forma positiva y consciente con todo cuanto planeamos y realizamos marca toda la diferencia; la atmósfera en torno a nosotros se aclara, se transforma, afectando positivamente el ambiente, transformándolo en un rincón donde la armonía, la paz y la creatividad encuentran su morada. Conseguimos sentir en nuestro pecho algo que podemos llamar bienaventuranza, pasión por la vida, y fe, esa profunda, sana, sin culpas o pecados originales, escorada en tantos episodios, hechos y experiencias de vida que hoy nos balizan, esclarecen, sostienen, dejando claro que somos responsables por nuestra siembra y cosecha, los únicos dueños de nuestra vida, y además dándonos la clara percepción de que todo cuanto importa ya está a nuestra disposición y se encuentra guardado en nuestro interior. No es preciso buscarlo fuera, todo ha nos ha sido entregado al nacer; las herramientas, los instrumentos y también la maestría específica para utilizar cada aparato.
Sí, esta es una nueva invitación para que continuemos enfocados y confiando, aunque – aparentemente – las cosas no fluyan todavía tal como desearíamos.
En realidad, si logramos silenciar nuestra mente, observar y percibir la belleza y la perfección de la Creación, manteniendo la vibración amorosa de Unidad, estaremos por encima de las perturbaciones de la tercera dimensión, fortalecidos, libres, entrelazados energéticamente con la Fuente que nos alimenta el cuerpo emocional, el mental, el espiritual y, por consiguiente, el físico. Todo está en nuestras manos... siempre lo ha estado. Tenemos que recordar que es preciso y es bueno en extremo abrir nuestra caja de herramientas de la Luz. Siempre que sea necesario o nos apetezca.
A veces es suficiente enfocarnos en nuestra respiración; procurando realizar ciclos más lentos, más profundos, reteniendo el aire, utilizando toda nuestra capacidad pulmonar con empleo del diafragma y el abdomen, algo simple y muy relajante que puede marcar una gran diferencia en nuestro día-a-día.
- Otra técnica preciosa que puede practicarse en cualquier momento o ambiente para mejorar nuestro ánimo y ayudarnos en una infinidad de problemas... la EFT, técnica que ya fue tema de un especial y que consiste en dar golpecitos con la punta de los dedos sobre puntos energéticos específicos de nuestro cuerpo, mientras hablamos o mentalizamos el aspecto que deseamos curar o expandir.
- Para aliviar el fardo, enviar energía de cura a distancia, perdonar y pedir perdón, utilizo sin cesar el Ho'oponopono, que también entró para valer en mi vida y ahora es como el aire que respiro: indispensable. Es el Universo en acción directa que responde y actúa cuando el “Lo siento mucho, te amo, muchas gracias” finalmente es proferido y encaminado al destino correcto.
Hay otras muchas, muchísimas formas de saltar a un estado de confort inmediato; es difícil comprender cómo puede ser posible olvidar o dejar de lado algo tan bueno y tan simple que el Universo pone literalmente en nuestras manos – o en nuestros dedos, en el caso de la EFT – para aliviar o resolver de una vez nuestras desarmonías y ayudar a nuestros semejantes, como ee el caso del Ho'oponopono.
Estamos todos al servicio de la Luz, basta que lo reconozcamos, aceptando que los Guías actúen a través de nosotros con sus rayos, sus colores, sus dones y facultades. Para facilitar la aparcería, sin embargo, es indispensable ser auténticos, coherentes, conscientes de aquello que en realidad somos. No importa cuántas debilidades o fallos manifieste aún nuestra personalidad si aplicamos en nuestra vida leyes naturales, los valores reales, perennes. Si es puro el corazón lograremos crecer, y además ejercer influencia sobre la vida de cuantos entren en contacto con nosotros, inspirándolos de forma suave y duradera, aunque ellos se encuentren en las actividades más mundanas.Alma gemela, finalmente... ¿Un premio del Universo? Sí.
Todo cuanto ha sido escrito hasta aquí sobre que es preciso evolucionar más y más, dejando atrás características problemáticas de nuestra personalidad, aliviando el fardo, perdonando, liberando grilletes que atenazando sentimientos verdaderos nos mantenían en la infelicidad, es la clave para encontrar – o reconocer – el alma compañera. Los Guías recuerdan que solo estando abiertos, con la mente en paz y el corazón sereno, libres de posesión, de egoísmo, de prejuicios y turbaciones, manifestando aquel amor incondicional sublime, altruista, que irradia luz, que atrae, cobija, ayuda y ampara a otros seres, solamente entonces estaremos aptos para llamar, encontrar, reconocer y vivir en armonía con el ser magnífico que está esperándonos. Solo eso ¡Y todo eso!
¿Milagro? La vida es un milagro en sí.
¿Vamos a hacer nuestros deberes de casa? Mejorar un poco cada día, limar las aristas de nuestra personalidad, alimentar de Luz nuestra alma, aliviar nuestro corazón, vivir en sintonía con la Fuente...
¿Vamos a amar y respetar a nuestro prójimo como a nosotros mismos? ¿Siempre, a cada paso, a cada palabra, a cada respiración? Es el Camino.
Agradezco aquí a los queridos y pacientes Maestros y Guías y además a todo el grupo que permite que este Sitio exista: Rodolfo, Sandra, Teresa, Marcos, Anderson, Lidiane...¡y Tú!
Sí, somos todos uno solo. Yo soy el otro Tú.
