Especial STUM: ¡Sí, nosotros podemos hacer el cambio!
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 13/11/2008 14:50:50
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando, el domingo del GP de Fórmula 1, asistí al desenlace tan emocionante que coronó, precisamente en la última curva, al joven Hamilton como campeón del Mundo, percibí que el Universo estaba en acción. Massa hizo con brillo y categoría su parte, venciendo en Interlagos, pero dependía de otros factores y la lluvia “providencial” se encargó de solucionarlo todo: le dio durante una vuelta la corona y se la quitó exactamente en la última curva… Hemos sido testigos de un momento histórico, sin lugar a dudas.
Finalmente, el martes, día 4, tuvimos la gran elección presidencial en los EUA, tras dos años de enconada campaña electoral.
Por una parte, McCain representando a los conservadores y sus viejas ideas: el lema “Country first” (primero nuestro país), la palabra-clave “terrorismo” siempre presente en el guión de sus obsoletos y encorsetados encargados de marketing, que llegaron a tachar al oponente de “internacionalista” y “redistribuidor de rentas” – como si esas virtudes fuesen un crimen – en costosas campañas en la TV, donde la mayoría de las cadenas le dieron apoyo explícito, juntamente con los acostumbrados grupos de presión y contando masivamente con los “grandes (o muy grandes) donantes”…
Por la parte de acá, Barak Obama, un joven senador radicado en Chicago, conciliador, brillante y auténtico, rebosante de espíritu comunitario, calor humano, sencillez, humildad, predisposición al diálogo y deseo de construir puentes. Los “Change - Yes We Can” (Cambio – Sí, nosotros podemos), “One World, One Dream” (Un Mundo, Un Sueño), fueron los lemas de la campaña, ideales basados en la Unidad y la Integración... Esos valores del Alma movilizaron a miles de voluntarios que hicieron de sus casas comités de campaña, dieron sus direcciones electrónicas y números de teléfono a personas indecisas o que tal vez ni siquiera tuviesen pensado votar, para informarlas sobre el candidato y su programa de gobierno.
Y entonces entró Internet con la exitosa utilización de las Webs de relaciones, que funcionaron a nivel mundial, incluso, simulando además cómo votaría el mundo en la contienda, y la victoria fue total, aplastante.
¡Bueno, quizá lo más importante haya sido el apartado de las donaciones!
Más de tres millones de personas físicas han contribuido, la mayoría con pequeñas cantidades, a partir de 5 dólares, garantizando al final una recaudación arrasadora (¡más de 1.5 billón de dólares!). ¡Algo hasta entonces absolutamente inédito! (Los especialistas afirmaron que sin la Net Obama no hubiese sido elegido). Haz Clic aquí y visita el Website de Obama donde está su programa de gobierno con total transparencia y comunicación abierta con quien lo desee, personas como tú y como yo… (En inglés). Gracias a esa enorme participación popular se hace menor el comprometimiento con los intereses particulares de los grandes grupos de poder.
¡Sí, fue posible! El resultado, todo el mundo lo conoce.
Observa bien, la consagración de Obama por las urnas es algo simplemente inimaginable, si pensamos que fue solamente en Julio de 1964 (me acuerdo como si hubiese sido ayer – yo tenía 19 años), nueve meses después de la muerte de John Kennedy – que lo inspiró –, cuando entró en vigor la “Civil Rights Act” (La Legislación de los Derechos Civiles), acabando al fin con la abominable segregación racial en las escuelas, en los lugares públicos y en el trabajo…
Un nuevo hito en el camino de la Humanidad.
Otros momentos mágicos, inolvidables, que esta vez he tenido la oportunidad de acompañar en vivo, se produjeron a continuación…
- Estuve sufriendo como hincha hasta las 2 de la mañana cuando, por fin, los sondeos a pie de urna de la CNN le dieron la victoria con aplastante margen, pasando por el discurso final del derrotado McCain, que demostró impar nobleza al decir:
“El pueblo ha elegido. He tenido el honor de saludar al nuevo Presidente de los Estados Unidos. Es un día histórico.”
- Se demoró finalmente Obama en aparecer ante el inmenso público que atestaba el Grant Park (descubrí más tarde por las fotos que estaba atendiendo al pronunciamiento de su antagonista); me quedé ligeramente decepcionado por su expresión algo cansada, seria, al fin y al cabo él había triunfado llevando consigo la mayoría absoluta en la Cámara, en el Senado, en los Gobiernos de los Estados… tal vez por el peso de tener ahora que llevar a cabo una tarea abrumadora y compleja, más que nada por la situación desastrosa de la economía (cosa que, por otra parte, muy posiblemente le haya ayudado en las urnas).
El espectáculo. Era emocionante mirar los rostros de las personas de todas las razas y edades, que reían, lloraban, botaban, se abrazaban conmovidas y felices, o que simplemente estaban allí formando parte de la historia.
¡Cuántas personas, no solamente en los EUA, sino en África, aquí en el Brasil, en Europa con sus millones de extra-comunitarios clandestinos, lograron al fin mirar hacia arriba y elevar las manos al cielo, extravasar su felicidad sintiéndose también por fin contempladas con un merecido “título mundial”, algo que efectivamente no hay dinero que pague!
El discurso de la victoria fue extraordinario, empezando por agradecer principalmente a todo el personal de campaña que se movilizó incansablemente; lo que me impresionó fue la clara manifestación sobre el cambio de valores. Dijo:
“Esta noche hemos demostrado una vez más que la verdadera fuerza de nuestra nación no nace del poder de las armas o de las riquezas, sino de la vitalidad de los ideales: democracia, libertad, oportunidad y esperanza.”
La postura firme y serena, la oratoria sencilla, directa, transmitían aliento y fraternidad no sólo a los presentes, sino también a los que asistían a la celebración en todas partes del mundo. Los cortes de las cámaras mostraban la más vibrante alegría del pueblo en las más distantes regiones de la Tierra, aunque el huso horario a veces no ayudase mucho.
Yo fui uno de esos seres, agradeciendo al Universo esta nueva señal, cuando Obama, terminando su alocución, profirió estas palabras que me hicieron comprender por qué me había dejado quedar esperando tanto:… “and reaffirm that fundamental truth – that out of many, we are one”… (Y reafirmar aquella verdad fundamental – que, más que muchos, somos uno sólo)… Todos saben que la misión del presidente electo no será fácil, muy al contrario, pero solamente el hecho de que él haya llegado allá es de enorme importancia para todos y restituye a los EUA la antorcha de la esperanza para un nuevo orden de respeto a las minorías, al medioambiente y a los derechos humanos. La economía, durante algún tiempo aún, será el foco de la atención, pero ya nunca volverá a ser como antes; llegaremos muy pronto – lo espero de corazón – a vivir mucho más lo esencial, teniendo resuelto lo básico (vivienda, educación y salud), tras el inevitable derrumbamiento del sistema financiero, desplazando prioridades y energías, con el apoyo de la mayoría que desea cada vez más la paz, la justicia la igualdad y la equidad.
Comenzará de veras el rescate de nuestra naturaleza divina, de nuestra fuerza, de la manifestación de nuestra misión de vida, encajando nuestra contribución, pieza preciosa y única, en el rompecabezas infinito, un majestuoso mosaico en evolución permanente…
¿¡Te das cuenta ahora de lo mucho que hemos avanzado en pocas generaciones!?
Misión cumplida. ¡Gracias Miriam Makeba!
Pregunté a mis compañeros en el STUM si conocían a “Mama África” esta increíble cantante nacida en el África del Sur del apartheid... pero dio negativo; tal vez sean todos ellos demasiado jóvenes. Para mi ella fue tan importante como Nelson Mandela en la lucha por la igualdad de derechos, por la modificación de las pésimas condiciones de vida de sus compatriotas, convirtiéndose en la embajadora de todos los oprimidos por los gobiernos racistas del mundo.
Miriam ha ‘vuelto a la casa del Padre’ este último Domingo.
Quiso participar, ella que ya no cantaba desde hacía tres años (en 2005 había llevado a cabo una memorable gira de despedida por los más importantes países del planeta), en un concierto en Castel Volturno, en el sur de Italia, donde la Camorra (mafia napolitana) aún dicta las leyes y elimina sin piedad a quien osa desafiarla. Un testimonio de coraje, de compromiso con los valores reales, permanentes de la existencia. Recibió literalmente, en el escenario de la vida, el último gran aplauso y con su presencia y partida, tras haber terminado su repertorio, trajo a la superficie, ante el mundo entero, la situación insostenible de tantos hermanos que allá viven como si fuese el propio Soweto, el gueto en los suburbios de Johannesburgo. Ella, a los 76 años, entregó el testigo y su legado – ya feliz y realizada, ciertamente – a otros hermanos valientes y determinados que puedan ayudar a cambiar todavía más este pequeño planeta azul.
Sí, es posible tener un gran sueño y realizarlo. Aun perteneciendo a minorías, incluso habiendo nacido pobre… el Universo conspira, SÍ, cuando nuestro propósito es legítimo y nos disponemos a aceptar todos los desafíos que de él se derivan.
Podemos hacer nuestra parte aquí mismo, buscando nuestro camino, la misión real, no aquella que nos garantice solamente laureles o beneficios. Podemos diseminar la Unidad con nuestro ejemplo, construyendo puentes a nuestro alrededor, viviendo con coraje y determinación la Verdad. Somos, y tú también, si has llegado hasta aquí, Obreros de la Luz, aún recatados, un poco tímidos, pero estamos, sí, contribuyendo consciente y sutilmente a transformar lo que ahí está.
Celebremos con alegría este nuevo paso fundamental y fortalezcamos nuestra confianza en el universo, con la certidumbre de una cosecha abundante; ¿vamos a hacer nuestra parte, tal como los norteamericanos han hecho la suya? ¡Sí, nosotros podemos!
Námaste