Espera Confiada
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 27/03/2008 12:33:44
Traducción de Teresa - [email protected]
La diferencia fundamental entre aquel que confía en la existencia de manera absoluta y cree que ella sabe exactamente qué es lo que él necesita, y otro que pasa todo el tiempo deseando frenéticamente y ansiando la concretización de sus deseos, reside en la capacidad de relajarse y esperar.
Saber esperar en confianza es una de las más difíciles actitudes para el ser humano. Aprendemos desde muy pronto que tenemos que hacer con que las cosas sucedan. De hecho, las más insignificantes cosas de la vida pueden ser realizadas a través de nuestras acciones.
No obstante, lo que de más grandioso podremos experimentar, la verdadera plenitud, que es al fin lo único que realmente importa, ésta, sólo llegará cuando aprendamos a entregarnos en total confianza a la sabiduría de la existencia.
Visto que la voluntad de Dios siempre se sobrepondrá a la nuestra, ya que ella está directamente relacionada con nuestro destino y con las lecciones que necesitamos aprender, lo mejor que podemos hacer para vivir en armonía es pedir a nuestro yo interior que guíe nuestros deseos y nuestras acciones, para que actuemos siempre en sintonía con el propósito divino.
Cuanto más confiados y relajados logremos mantenernos frente a los desafíos de la vida, más bendiciones y abundancia se derramarán sobre nosotros. Solamente aquellos que han aprendido a confiar en los milagros que el Universo realiza cada día, tendrán la posibilidad de disfrutar de las bendiciones que él siempre reserva a los que se entregan sin resistencia.
Querido Osho,
Desde que he comenzado a meditar, hace cuatro años, mi vida ha cambiado tremendamente. Las modificaciones se suceden; no es que yo tenga alguna percepción y en seguida me ponga a hacer cualquier cosa. Todo ese tiempo está siendo un tiempo de espera. Existe una sensación de que algo quiere expresarse por si mismo, y que yo lo tengo que permitir. ¿Será que estoy esperando por algo para crecer fuerte lo bastante, o es que solamente estoy perezoso? ¿O será que estoy esperando a Godot? Querido maestro, te agradezco por estar aquí.
“Amrit Sagaram, las cosas están creciendo.
Desde que has empezado a meditar, mucha agua ha pasado por el Ganges, y mucho se ha modificado en tu conciencia. Pero no clames por más; deja que la existencia tenga su propio tiempo. Acuérdate de Ta Hui – cuanto más te apresuras, más te retrasas. No logras hacer nada mejor que aquello que la existencia ya está haciendo. Simplemente entrégate en manos de la existencia.
Las personas relajadas son siempre mal comprendidas como perezosas. Eso no es pereza. Eso les parece pereza a los que tienen el vicio del trabajo, los que no logran sentarse, los que tienen siempre que hacer alguna cosa, pues tienen miedo del momento en que, al parar de hacer algo, tendrán que conocerse a si mismos. Y ese es su miedo - ¿quién sabe lo que ellos son? Es mejor evitar el encuentro.
El relajamiento es sentirse a gusto. Lo que te esté sucediendo, está perfecto.
Así es como debe ser. Tu mente está preocupada con lo que está ocurriendo, porque lo que está ocurriendo va a dejar todas las funciones de la mente fuera de control. De ahí, ella crea los cuestionamientos: ‘¿Será que estoy esperando por algo para crecer fuerte lo bastante, o es que solamente estoy perezoso? ¿O será que estoy esperando a Godot?’ Tú no estás esperando a Godot alguno.
La meditación es simplemente una espera por lo desconocido, por lo imprevisible, por lo incomprensible. Y cuanto más pura sea la espera, más gracia surge con ella. Ninguna prisa, ningún deseo, ninguna expectativa; apenas espera, y millones de cosas sucederán. En verdad, las cosas que van a ocurrirle a un meditador son tan vastas que no logras concebirlas, no logras siquiera soñar con ellas; están más allá de la capacidad de concebir de la mente.
Simplemente espera y deja que las cosas sucedan – no de acuerdo contigo, sino de acuerdo con la propia existencia. La existencia no tiene que estar de acuerdo contigo; tú eres quien tiene que estar en sintonía con la existencia, de acuerdo con ella. Esta es la única diferencia entre el meditador y el no meditador. El no meditador quiere que la existencia esté siempre de acuerdo con sus ideas y naturalmente cae en estados miserables, porque la existencia es grande en demasía; ella no consigue seguir tus ideas, tus plegarias, tus expectativas, tus exigencias.
Es verdadero el proverbio que dice: el hombre propone (sugiere la hechura) y Dios dispone (deshace) – pero no hay un Dios para deshacer. En verdad, en la propia proposición, tú ya deshaces. Tú mismo has creado el fracaso por haber querido el triunfo.
No hay ninguna cosa respecto de la cual tener expectativa, o a la que desear. La existencia es tan abundante que si tú simplemente permaneces esperando, ella empezará a derramarte flores. Una vida de espera, sin cualesquiera expectativas, es la única vida religiosa que yo conozco.
Tan sólo espera por el mañana. Mi propia experiencia es que todo día trae tanto que, cuando pienso retrospectivamente, no consigo concebir que yo pudiese haber esperado aquello - ¡y él siempre trae en abundancia!
La existencia es muy compasiva y comparte mucho, pero solamente con aquellos que no exigen. El no-deseo es la base de todos los grandes acontecimientos.
Sagaram, simplemente espera en confianza, y todo cuanto posee la existencia te será revelado.
Es mejor no clamar por cosa alguna, caso contrario siempre habrá frustración.
No pidas, y serás atendido. Tan sólo confía silenciosamente y espera, y a los meditadores siempre ocurren milagros. El mayor de los milagros es la revelación del misterio de si mismo.
Estás perfectamente en el buen camino. Cuidado con tu mente – ella intentará perturbarte, desviarte, crear dudas. Simplemente déjala a un lado. Esta gran tarea nada tiene que ver con la mente.”
OSHO – The Invitation