Espiritualidad - el arte del desapego y de la elección consciente
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/01/2012 10:05:32
por Marcos Porto - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
En esta primera reflexión del año 2012 será importante examinar dos conceptos espirituales – el arte del desapego y la elección consciente.
Dedicar atención personal será un criterio importante para cualquiera de nosotros, al envidar esfuerzos en este sentido; sin embargo, para muchos de nosotros que buscamos niveles más elevados de iluminación espiritual evolutiva, esas tareas, aunque revestidas de mucha sinceridad, nos instigan también a una minuciosa indagación interior.
¿Vamos, entonces, a reflexionar sobre el tema?
Un principio espiritual del más alto aprecio es que nuestra paz interior y nuestra alegría no deberán estar en la dependencia de cualquier factor, persona, lugar o conjunto de condiciones, sino que han de brillar dentro de nosotros incondicionalmente.
La idea es que, como el mundo físico a nuestro alrededor es inherentemente no permanente, se hace imposible garantizar su control.
Esta circunstancia significa dependencia y, por consiguiente, nuestro empeño y necesidad de controlar resultados – ya sea para nuestra felicidad o para otros estados de humor – será totalmente inútil, y solo nos conducirá a la insatisfacción.
Esto no solo en función de su imposibilidad, sino además porque nuestro apego está basado en el miedo, que bloquea, tanto el flujo del Espíritu como la orientación de los anhelos del alma, para fluir a través de nosotros.
Siendo así, el deseo de condiciones particulares no podrá llevarnos a estados incondicionales y permanentes de paz interior y de alegría. ¿Forma sentido?
El teorema de difícil demostración elogiado por los Maestros Espirituales es, conscientemente crear a nuestro alrededor un ambiente y estilo de vida de alta vibración, propiciándonos las mejores oportunidades posibles de experimentar estados espirituales elevados de paz, alegría y felicidad.
Por ejemplo, el “Libro Tibetano del Vivir y del Morir” de Sogyal Rinpoche, nos orienta a promover estados de meditación a través de la creación de una atmósfera adecuada en nuestros propios ambientes.
El Feng Shui, una técnica milenaria china de armonización de los ambientes para traer paz, alegría y prosperidad a nuestros hogares o ambientes de trabajo, defiende ideas sobre cómo invertir nuestro tiempo en la naturaleza, manteniendo el despacho, el lugar de trabajo o la casa, libre de las confusiones y colmada con objetos espirituales que atraigan energías positivas, y cada uno de nosotros pasando siempre que posible más tiempo con personas de inspiración positiva.
En nuestro trabajo de atención terapéutica individual o en las reuniones de los Grupos de Reflexión, también hemos venido siendo orientados, por nuestros Maestros Espirituales Amigos de los reinos más elevados, a reciclar nuestras energías corporales, de la casa y del lugar de trabajo, eliminando áreas obscuras.
La solución obvia y ampliamente ejecutada que nos proporciona explicación para conciliar los dos principios – el arte del desapego y la elección consciente – es crear cierto estilo de vida, a través de la apreciación de aquello que representa mejoras espirituales, de modo que, cuando las situaciones se vean inesperadamente alteradas o perdidas, no se produzcan reacciones emocionales profundas, y sí la aceptación de – ‘lo que es, es’.
Esta solución equilibrada no es tan sencilla cuando se trata de cuestiones de encontrar y seguir nuestros propósitos de Alma en vida. ¿Está claro?
Ciertamente será mucho más difícil mantenernos separados cuando seamos conscientes de que no estamos en alineación con nuestros propósitos de Alma.
El camino hacia el propósito de Alma a menudo dependerá de que comprendamos las circunstancias de lo que no es acertado en nuestras vidas, escuchando la intuición y siendo fieles a los sentimientos del corazón.
Sentirnos inquietos podrá, por lo tanto, ser una parte valiosa – o al menos una manifestación transitoria aceptable – en este reconocimiento y motivación de búsqueda de nuestra verdadera vocación, lo cual podrá llevarnos a unos cambios con elecciones conscientes.
Es no-espiritual permitirnos ser infelices a causa de las circunstancias de la vida, aunque esta infelicidad sea sugerencia para un cambio positivo, para desarrollar una conexión más fuerte con quienes realmente somos, y para el Espíritu. ¿Correcto?
Podemos decir que lo nuevo se resumirá en el equilibrio y la armonía de la Orientación Divina.
En caso de que el Espíritu por medio de nuestra intuición nos esté indicando que nuestro propósito de Alma es, en verdad, nada menos que simplemente no ser dependientes de nuestros deseos, hay que aceptar la liberación de la dualidad de la Tercera Dimensión, sintiendo profunda alegría en el camino hacia la iluminación evolutiva.
Constantemente la intuición nos alimenta con ideas e instrucciones sobre qué estamos destinados a hacer y cómo hemos de hacerlo – al mismo tiempo que nos recuerda permanecer conscientes, sin llevarlo todo tanto a lo racional y a lo serio, porque al Ser Mayor Creador Dios pertenece todo el Poder, el Reino y la Gloria por siempre.
Nuestro objetivo habrá de permanecer identificado con el Espíritu – y no influido por las circunstancias – escuchando nuestra intuición, creando con nosotros el arte del desapego y de la elección consciente, lo cual será siempre expresión de lo que somos.
En esto reside el malabarismo, o Dicotomía Divina: en el esfuerzo de escuchar las apelaciones del Alma y responder a ellas, para crear los cambios necesarios en nuestra vida, que constituirán nuestra verdad interior.
La pregunta que permanece es: Cómo nos sentimos reflexionando acerca de estos aspectos en este 1º de enero de 2012. Quizá sea un buen comienzo. ¡Feliz Año Nuevo!
Volveremos sobre la cuestión.
