Espiritualidad - la personalidad espiritual
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 23/07/2012 13:01:22
por Marcos Porto - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Según es ya de nuestro conocimiento, nuestra personalidad humana es la imagen proyectada por la personalidad Creadora divina.
El Ser Mayor Creador Dios nos ha dado una personalidad única para cada uno de nosotros, y asimismo nos ha dado un ADN con instrucciones específicas para nuestras propias y únicas huellas dactilares, timbre de voz, folículos capilares donde se localiza la raíz de los cabellos, color de ojos, entre otras importantes.
Todas estas características pueden ser científicamente medidas y se nos identifica por ellas.
Y en cuanto a nuestra personalidad espiritual, ¿cómo se manifiesta?
¿Vamos, entonces, a reflexionar sobre ese tema?
Muchas personas no saben y no procuran saber acerca de su propia personalidad. Esto es lamentable, pues en los textos sagrados prácticamente se nos exhorta a cambiar, crecer, amar y trabajar en ayudar a otros para nuestro propio crecimiento personal y espiritual.
¿Cómo podremos llevar esto a cabo de forma eficaz, si ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos, a quienes hizo el Ser Mayor Creador Dios?
El querer saber más sobre nuestra personalidad - quiénes somos, y cómo interactuamos con los demás - es ciertamente un anhelo honroso de Alma. ¿Forma sentido?
Según estudios psicométricos, los tipos de personalidad no fluctúan en la mayoría de las personas: esto revela, básicamente, que nuestro temperamento parece ser resultado de herencia genética y de experiencias precoces en la vida, lo cual confirma los dones recibidos del Ser Mayor Creador Dios. La personalidad es también dinámica, capaz de crecer, de expandirse - liberando talentos y dones que pueden incluso estar ocultos a nuestra percepción.
Si la personalidad no pudiese crecer, no podría ser moldeada por el esfuerzo de la comprensión, y no habría motivo para buscar el crecimiento personal y espiritual. Estaremos siempre "trabajando nuestra propia evolución".
De acuerdo con nuestra personalidad, el "trabajo" en nosotros será único en cada uno. Nuestra percepción de la realidad y nuestra forma de responder a la vida van a impactar toda la estructura de nuestra personalidad.
Viktor Frankl, (1905-1997), psiquiatra austríaco, superviviente del Holocausto en un campo de concentración nazi, período durante el cual creó y desarrolló la Logoterapia, técnica importante en la psicoterapia transpersonal, nos dice: "El amor es la única forma de captar a otro ser humano en la más profunda esencia de su personalidad. "Nadie podrá llegar a ser plenamente consciente de la esencia de otro ser humano, a menos que lo ame".
Un profundo crecimiento personal y auto-realización podrán ser el resultado. Por otra parte, nuestra personalidad también podrá causar angustia e inestabilidad emocional cuando no tenemos conciencia de que los eventos en nuestras vidas tienen la capacidad de moldearnos de un modo más allá de nuestro control.
El conocimiento de nuestro tipo de personalidad podrá ayudarnos a saber cómo enfrentarnos a situaciones difíciles.
De tiempos en tiempos será prudente examinarnos a nosotros mismos - para dar alguna atención a nuestro crecimiento, observar las relaciones con nuestros familiares, amigos, relación afectiva e incluso compañeros de trabajo, para entender cómo nuestra personalidad está interactuando con la de ellos. ¿Está claro?
Será aconsejable verificar si estamos empleando los dones, que el Ser Mayor Creador Dios nos ha dado, para incrementar la plenitud potencial de aquello que como seres humanos espirituales somos capaces: traer el Reino del Cielo a la Tierra.
A decir verdad, muchos de entre nosotros ni siquiera saben que poseemos dones. No perciben el potencial divino de que están dotados.
Por medio del autoconocimiento nos hacemos comprensibles - para nosotros mismos y para los demás.
Ya es de nuestro conocimiento que tenemos puntos fuertes y puntos flacos. Todos somos así. Cuánto más sepamos sobre las relaciones entre nuestros puntos fuertes y flacos, mejor nos desempeñaremos, tanto en observar como en comprendernos a nosotros mismos. ¿Correcto?
Cuánto más capaces seamos de comprender y obtener introspecciones sobre nuestros propios comportamientos, más capaces seremos de comprender las actitudes de otros y, con la ayuda del Universo, nuestra realización personal y nuestra eficacia podrán ser inconmensurablemente mayores - para confirmación y gloria de la obra del Ser Mayor Creador Dios.
Reflexionando acerca de este aspecto es importante resaltar que una de las citas simbólicas más potentes en las Sagradas Escrituras es la Travesía del Mar Rojo (Éxodo 14:15-26). Ese no es únicamente el registro de un evento milagroso de la historia de una nación, sino la descripción de una iniciación espiritual.
Una vez que el discípulo aspirante, representado por Egipto en la cita bíblica, ha dejado el viejo modo de vida y ha atravesado el mar de su compromiso con el autoconocimiento, ya no podrá regresar. Tendrá que enfrentarse al desierto psicológico interior, con sus rebeldías, sus indisciplinas, para su purificación y revelación en un Monte Sinaí Interior, siendo que el viejo esclavo del ego ha muerto, y el iniciado está listo para la nueva generación de actitudes, al entrar en la tierra prometida de la iluminación evolucionaria de Alma.
Moisés simbolizando el Plan Divino, entonces es la opción para llevar a los hijos de Israel esclavizados - representando nuestro psiquismo, o sea, nuestros procesos mentales conscientes o inconscientes con su masa propia de descontentamientos, hábitos, creencias y bloqueos arraigados - a la Tierra Prometida de la plenitud de la Espiritualidad.
¿Tendría nuestra psique otra opción, en vez de permanecer en un desierto de esclavitud del ego - en el caso representado por Egipto?
Queda la pregunta para nuestra reflexión.
Volveremos a la cuestión.