Evolución Espiritual
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/01/2012 09:59:02
por Aurora de Luz - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Uno de los mayores problemas de la humanidad en general es el inmediatismo. Somos la generación fast food, todo tiene que ser muy rápido o desistimos.
El problema es que cuando se trata de espiritualidad esto no se aplica. Por allá, más es menos.
¿Cómo esperar conseguir la evolución espiritual en un chasquear de dedos si a nuestros propios mentores espirituales, en los cuales nos miramos como en un espejo, les ha llevado miles de años llegar a la evolución anhelada?
Evolución espiritual significa trabajar con ahínco y no desanimar nunca. Es perfeccionarse siempre. Es enfrentar las propias dificultades y dolores e ir puliéndolos poco a poco. Llevando linimento al alma y abrigo al corazón, extirpando sin duelo los propios defectos, perfeccionando el alma.
Día tras día, un paso de cada vez, siempre.
Al comienzo, la gruesa capa de errores seculares nos impide advertir cualquier avance, se ve mucho esfuerzo y poca compensación.
Pero poco a poco, después de retirada esa gruesa capa, empezamos a percibir alguna luz. Al comienzo, parecemos un cocuyo, una luciérnaga, que enciende y apaga una lucecita interna.
Pero con perseverancia, tranquilidad y un corazón abierto, seguimos adelante hasta que, un día, nuestra luz ya pasa a ser perceptible, y a partir de ahí empezamos a servir de instrumento al Padre y a la espiritualidad superior cumpliendo sus designios.
A partir de ese momento comenzamos a ver madurar los primeros frutos, empezamos a descubrir de verdad que aquello a que solíamos llamar amor era en realidad un concepto equivocado de cualquier otra cosa excepto amor.
Y la vida va siguiendo, vamos evolucionando, complaciéndonos en ayudar y en trabajar para la luz, para el Padre. Y los que antes llamábamos mentores de la espiritualidad superior, pasamos a llamarles compañeros. Y los contemplas con otros ojos, como a personas con cualidades humanas, que aciertan, pero también se equivocan, que aman y gozan de la vida como cualquiera.
Y entonces miras en derredor y percibes un universo entero para descubrir, para amar y para continuar subiendo en la escala evolutiva siempre. De corazón abierto, sin prejuicios, misticismos o cualquier otro concepto limitante, pues frente a ese universo somos más pequeños que un grano de arena. Y en un grano de arena no cabrían todas las bellezas y diversidades del universo, mucho menos todo el conocimiento.