EVOLUCIONANDO CON LAS DIFERENCIAS
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/12/2009 13:51:04
por Maísa Intelisano - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Para mí, espiritualista no es aquel que cree en los ESPÍRITUS, ¡¡¡sino aquel que cree en EL ESPÍRITU HUMANO!!! Ese tipo de visión es lo que hace de las personas verdaderos espiritualistas, personas realmente interesadas en conocer para crecer, para despertar, para sumar.
De hecho, está muy bien estudiar, querer comprender, conocer para conocerse más y mejor, pero nada de esto tiene valor alguno si no es para usarlo en el medio en que vivimos, con las personas de nuestra convivencia, enseñando y aprendiendo, ayudando, dando la mano, abrazando, sonriendo, llorando y faltando a veces, pero elaborando mejor la criatura divina que somos.
Todo cuanto hay de más perfecto y de más bonito en este universo inmenso está en nosotros. No falta más que despertarlo y ponerlo a funcionar. Nada de lo que necesitamos alcanzar o aprender está fuera o lejos de nosotros. Por el contrario, está al alcance de un sentimiento elevado, está al alcance de un pensamiento cabal.
Somos todos UNO y todo está en todos, sin que cada cual deje de tener su individualidad. El secreto está, justamente, en mantener esa individualidad, desvencijándonos del individualismo, que nos hace ser fríos, egoístas, orgullosos.
Ser un individuo sin ser individualista... Este quizá sea el secreto que nos falta por desvendar, porque todavía confundimos mucho quién somos con lo que somos. El hecho de que seamos alguien único no nos hace diferentes de los demás. Por el contrario, en eso precisamente es en lo que somos iguales a todo el mundo: cada uno es uno y todos somos iguales en la esencia, en el origen, en la misión de perfeccionarse, en el deber de amar, en el derecho a ser amado, en el trabajo doloroso de crecimiento, en la búsqueda del conocimiento. La diferencia, si es que podemos llamarle diferencia, es que cada uno de nosotros puede elegir el modo en cómo quiere vivenciar todas esas cosas que forman parte del crecimiento de cualquiera.
Para llegar al piso de arriba tengo la opción de ir por la escalera común, por la escalera mecánica o en el ascensor y, sea cual fuere mi opción, llegaré allí. Una me lleva más deprisa y con menos “sufrimiento”. Otra me lleva más despacio y con mucho más “sudor”. Pero todas me llevan al mismo lugar.
No puedo elegir si voy a subir o no, pero puede elegir cómo voy a subir. Y tampoco puedo elegir si voy o no al piso de arriba, pero puedo elegir cómo voy a llegar allí. Y no importa el medio que yo elija, habrá algunas personas que van a servirse del mismo medio que yo y otras que preferirán los otros medios y quizá incluso inventar alguno más... A fin de cuentas, siempre estará aquel aventurero que gusta de emociones más fuertes y puede querer llegar allí colgado de una cuerda por la parte de fuera. ¿Y qué? Si llega, eso es lo que cuenta. Espero poder abrazarlo cuando nos encontremos allí. Y espero que podamos intercambiar ideas respecto de los medios que empleó cada cual para subir hasta allí. Y espero además que podamos explorar el piso de arriba juntos, con nuestros modos de ver distintos, incluso cuando miramos en la misma dirección. Y espero que podamos aprender mucho el uno con el otro. ¿Quién sabe si al siguiente piso no subiré yo con la cuerda y él de una forma menos emocionante? A saber...
Es esa riqueza de variaciones en un mismo universo único y uno lo que hace a nuestra experiencia evolutiva ser tan especial. Son esas diferencias lo que nos enriquece de verdad, aunque, a veces, se tenga la impresión de que ellas nos empobrecen, disminuyen, descoloren.
La verdad es que, cuanto más nos descolorimos por fuera, más brillamos por dentro. Y eso es lo que nos impulsa hacia lo “alto” de nuestra propia conciencia, pues nos libra de lastres que nos mantienen presos en el fondo oscuro de nuestro ego.
