Evolucionar para vivir más y mejor
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/09/2013 10:40:16
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El ser humano necesita desarrollar en sí mismo la capacidad de evolucionar y que también el mundo evolucione por sus actos.
Lo que necesitamos hacer para fortalecernos no es tan sólo mantenernos enfocados en el éxito o en el poder, sino en el deseo y en la alegría de seguir construyendo un futuro mejor para todos. Aun con los grandes adelantos científicos a todos los niveles para mejorar la vida y el modo de vivir del ser humano, estamos siempre bajo amenazas constantes.
Con base en esas amenazas se hace preciso mantenernos alertas, pues si la ciencia ha ido siempre por delante y con previsiones de un futuro de grandes avances, sin embargo no se puede decir lo mismo sobre la evolución del ser humano. Vamos a paso corto, y a menudo incluso retrocediendo, cuando la cuestión es la armonía con uno mismo y con el prójimo.
Desde la edad primitiva hasta la nueva era, la humanidad poco ha evolucionado en cuanto a sus actitudes personales. No somos flexibles con el prójimo como deberíamos. No hemos aprendido a vivir en comunidad. Y eso que hasta los animales nos ofrecen ejemplos de vida en comunidad, en armonía.
Une a tu familia en torno a la armonía, trae a tus amigos para compartir esa armonía, crea en el trabajo un ambiente de armonía. La verdadera evolución del ser humano tiene mucho que ver con la armonía, con el placer y la alegría de vivir compartiendo ideas y experiencias, conocimientos y amor.
¿Para qué podría servir el conocimiento de la evolución pasada, si no es para iluminar el camino del futuro? Aun después de tantas luchas y ejemplos de personas que recorrieron caminos extremadamente erróneos e inhumanos, no hemos aprendido nada para nuestra evolución. Deberíamos, a la vista de los ejemplos, interesarnos más en la construcción de un nuevo camino para desarrollar una ciencia nueva, donde el ser humano aprenda a vivir en comunidad; hemos salido del capullo para disfrutar de las maravillas electrónicas, de las máquinas, de los objetos que llenan los ojos de satisfacción y la mente de asombro, pero no llenan el alma de felicidad ni el corazón de amor.
El éxito total de esa gran evolución científica sólo depende de nosotros. Depende de nuestro coraje y determinación cambiar nuestro interior y ser más flexibles, amables y solidarios y, de hecho, preocupándonos más por nuestro modo de vivir y por la vida de toda la humanidad. Si no cambiamos nuestro modo de ver la vida como un todo, no vamos a contribuir con nada para la evolución, y a partir de ahí ya nada colmará el vacío de nuestras almas y corazones.
Tenemos ejemplos de personas triunfadoras y popularmente conocidas que se fueron mediante suicidio, por no sentir ya la satisfacción de vivir, aun disfrutando de todas las comodidades que el dinero puede proporcionar. Ellas no llenaron su corazón de amor hacia sí mismas. Fueron amadas, pero no desarrollaron la capacidad de amar verdaderamente al otro, vivieron una vida llena de éxitos, pero sin amor, rodeadas por la multitud pero con el corazón en soledad.
Podemos fácilmente llegar a la siguiente conclusión: que no hay triunfo sin el verdadero amor y que éxito no representa felicidad, no hay otro camino a seguir para una vida de total alegría más que el del amor, o sea, entregarse al deseo de ver al prójimo feliz. No tiene sentido alguno vivir solamente para alcanzar el éxito. La chispa divina que reside en nuestro interior ha de ser tocada por el amor, pues en caso contrario todo se vuelve artificial y no llegamos al lugar deseado por nuestros ojos, por nuestras mentes, por nuestras almas y por nuestros corazones. Una chispa que prenda la luz de nuestro interior e ilumine nuestro camino hacia una vida plena de paz, alegría, éxito y amor.
Debemos buscar constantemente el despertar de esta divina luz que traemos dentro de nosotros. Esta luz se forma por la realización y por la madurez que la evolución nos permite. En ella, la fuerza universal ha de estar impregnada en toda nuestra alma y la dirección que hemos de tomar será la del amor a todos y a Dios. Es difícil imaginar la grandeza de ese amor divino, es difícil comprender la grandeza de ese amor, es difícil saber vivir ese amor. Me parece que no hay palabras que lleguen a comprender ese sentimiento de amor por el prójimo, por la evolución del ser humano.
Es simplemente impensable que algo tan fuerte y sublime como es el amor pueda ser sustituido por la evolución material, que lo hace desaparecer en una sombría autodestrucción.
BNN