Fe, Aceptación y Resignación
por Miriam Carvalho em STUM WORLDAtualizado em 23/09/2010 12:36:17
Traducción de Teresa - [email protected]
ACEPTACIÓN es acatar. Estar de acuerdo “con”, pues si estás de acuerdo, no hay duda, aceptas porque crees. Estás conforme porque pasa a ser tu verdad. Basta recordar lo que dice el cura a los novios en la ceremonia: “Lo aceptas, por tu libre y espontánea voluntad”, o sea, no hay dudas.
ACEPTACIÓN es algo a que reconocemos un sentido, en lo cual hay una razón. Percibir el hecho con amor y respeto así no nos agrede. No entra el enjuiciamiento y la culpa. Hay serenidad porque reconocemos el Todo o nos reconocemos dentro del contexto como una parte de la Unidad - Dios.
La RESIGNACIÓN es un “aceptar” aun no estando conforme, pues quien manda no deja opción, verdaderamente, es conformarse “con”, a pesar de no aceptar, no estar conforme, no acatar; se te obliga a resignarte, a abdicar en favor de algo, aunque no tengas la misma visión, opinión o punto de vista. Tu voluntad ha sucumbido.
RESIGNACIÓN es el acto de someterse. Está más cercana a una actitud de pasividad ante determinada situación, ya sea familiar, profesional o personal.
Como no hay comprensión, este acto nos agrede. Nos parece no tener control o salida y acabamos haciendo lo que otros esperan de nosotros, pero no encontramos alegría en esto. ¡Nuestra alma se vuelve profundamente infeliz!
Ejemplo: una madre que acepta y ama a un hijo que se droga, cuando ve agotados todos los recursos y tentativas de recuperación a su alcance – se resigna.
Ejemplo 2: un empleado que se somete a humillaciones por parte de un jefe déspota para no perder un empleo por ser el sostén familiar.
RESIGNARSE implica una fuerza interior del reconocimiento de impotencia ante un hecho o una situación. La humildad.
¡En este punto exactamente entra la FE y la búsqueda del milagro!
La FE asegura que todo es posible siempre que estemos comprometidos. Es la luz que disipa las sombras y rescata nuestro poder interior, es la Llama Sagrada de la esperanza.