FORMAS-PENSAMIENTO, LARVAS ASTRALES Y OVOIDES - Parte IV
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 23/09/2015 11:30:50
por Maísa Intelisano - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Ovoides
Parásitos ovoides son, como dice el Dr. Ricardo Di Bernardi, "espíritus humanos que por haber mantenido una idea fija y enfermiza (monoideísmo), acaban estableciendo una vibración de baja frecuencia y gran longitud de onda que, con el paso del tiempo, produce una deformación progresiva en su CUERPO ESPIRITUAL."
Los ovoides son, por tanto, espíritus en un estado de perturbación tan profundo que han perdido la conciencia de su naturaleza humana y asimismo la forma humana de su PERIESPÍRITU.
Por tanto, no pierden el periespíritu, no se manifiestan solamente en cuerpo mental, sino que han llegado a tener su periespíritu o cuerpo espiritual o psicosoma tan deformado, que éste ya no tiene la forma humana, sólo una forma ovalada.
Di Bernardi dice asimismo que "se trata de un monoideísmo de auto-hipnosis. Vibra de forma continua y constante, de manera desequilibrada, originando una energía que gira siempre de manera igual y repetida por el mismo pensamiento desequilibrado. Al vibrar repetidamente en la misma frecuencia y en desequilibrio con la Ley Cósmica Universal, genera este circuito redondeado que lo va deformando y volviéndolo ovoide".
Así, la insistencia del espíritu en, mediante auto-hipnosis, revivir pensamientos y sentimientos negativos, generalmente de apego, remordimiento y venganza, le hace perder la noción de tiempo y espacio y deformarse poco a poco, atrofiándose por falta de función los órganos del psicosoma, y asumiendo la forma del círculo vicioso en que vive mentalmente.
Cuando una persona entra en estado vegetativo con su cuerpo físico, ya no tiene capacidad mental para manifestarse por medio de él, pero no lo pierde, el cuerpo continúa vivo, si bien inerte. En el caso del ovoide y del psicosoma, sucede lo mismo. Por eso no podemos hablar de segunda muerte, como quieren algunos, así como el estado vegetativo del cuerpo físico aún no es la primera muerte, aunque pudiera estar en vías de serlo. O sea el periespíritu entra en una especie de estado vegetativo, pero no se desintegra ni desaparece. El ovoide no lo pierde. Es precisamente el periespíritu lo que se vuelve ovalado.
Todavía según Di Bernardi, este proceso de "ovoidización" ocurre porque el "psicosoma también está formado por moléculas, lo mismo que el cuerpo físico. Por analogía, imaginemos las moléculas del cuerpo astral semejantes a las moléculas de los gases: éstas son maleables y se modifican al sabor de la presión, de la temperatura e incluso del recipiente que las contiene. Las moléculas del periespíritu son moldeables por el pensamiento y por el sentimiento; toman forma conforme a la vibración del espíritu. Así, se vuelven brillantes, opacas, densas o leves."
Cuando esos ovoides se ligan a una conciencia en especial, encarnada o desencarnada, queda caracterizado entonces el proceso obsesivo por parásito ovoide. En este caso, la masa fluídica en que se convirtió el periespíritu del desencarnado envuelve sutilmente su objetivo y después se liga o adhiere a su cuerpo físico o astral, distorsionando sus ideas, pensamientos, opiniones y actitudes. El ovoide por sí solo es incapaz de manipular energías, desplazarse e interaccionar CONSCIENTEMENTE por su libre y espontánea voluntad, pero puede hacerlo en modo automático, por el instinto, atraído por la sintonía. Y para ello necesita del psicosoma, aunque sea en estado precario, al igual que nosotros mantenemos las funciones básicas automáticas, tales como respirar, orinar y defecar, incluso en estado vegetativo del cuerpo físico.
El ovoide puede llegar al aura de alguien solamente por la atracción que esa persona ejerce sobre él. Nada más es necesario como puente. Basta la sintonía entre ambos. Como imanes. Aparte de la influencia psicológica, los parásitos ovoides actúan también drenando energías del obsedido, pudiendo llevarlo incluso a desencarnar, si está encarnado.
Es importante notar, pese a todo, que como en cualquier proceso obsesivo la aligación del parásito ovoide con su "víctima" nunca se produce sin la anuencia o permiso de la propia víctima, aunque sea de forma inconsciente, por la costumbre de cultivar pensamientos de remordimiento, odio, egoísmo, deseo de venganza, apego excesivo a cosas y personas, etc.
Los ovoides también pueden ser hipnotizados por otras conciencias y no sólo auto-hipnotizados, lamentablemente. Existen espíritus que tienen profundos conocimientos de hipnosis y usan de esos conocimientos para manipular la mente de otros desencarnados, convirtiéndolos en ovoides y alojándolos en el aura o en el periespíritu de encarnados a quienes desean perjudicar. Esto, por desgracia, es más corriente de lo que se piensa.
Las citaciones del Dr. Di Bernardi pueden ser encontradas en el Sitio A Jornada y sobre ovoides puede leerse más en los siguientes libros de André Luiz:
- Nosso Lar, capítulo 31;
- Evolução em Dois Mundos, Parte I, capítulo 14
En cuanto a los ovoides que algunos denominan benéficos, creo que no podríamos llamarlos "ovoides", pues no son espíritus que estén padeciendo monoideísmo, sino, aquí sí, probablemente, espíritus en un grado tal de evolución y luz que se manifiestan sin el periespíritu, exclusivamente con su cuerpo mental, el cual no tiene forma humana y se nos presenta, a nosotros que estamos limitados por la percepción tridimensional, como bolas de luz, dando la impresión de que sean ovoides luminosos.
En este caso, ellos no están confinados a un círculo vicioso por haberse auto-hipnotizado en una única idea. Es precisamente lo contrario. Han expandido tanto sus horizontes espirituales que prescinden de la forma humana y del periespíritu para manifestarse y se presentan únicamente en su cuerpo mental.
Texto originalmente escrito en respuesta a dudas planteadas en el foro Amigos de Ramatis de Dalton Roque, de Curitiba.
