Ho´oponopono y el Don
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 08/05/2009 14:37:23
Traducción de Teresa - [email protected]
Recientemente me he visto asistiendo a una situación en que era muy clara la memoria de no merecimiento en un grupo de personas. Parece que permitían que las cosas saliesen bien hasta un cierto punto, pero a partir de ahí, desistían… como si no fuesen merecedores. Y al ver aquel grupo he podido identificar claramente cómo el comportamiento de vencedores era sustituido por uno de derrota, de forma tan nítida que ni siquiera parecían las mismas personas.
Comprendí que, si yo estaba presenciando aquella escena y observando tan claramente el efecto de las memorias equivocadas actuando en aquel grupo, yo también traía esas memorias, y por la noche empecé a hacer el Ho’oponopono para limpiar.
Asumí el 100% de la responsabilidad por guardar memorias que contribuían a aquella situación e hice la petición de limpieza a la Divinidad.
Mientras decía mentalmente las frases… vino a mi mente un suceso que ocurrió hace algunos años y del cual ya me había olvidado hace mucho tiempo…
Intenté continuar con la práctica, pero… esa memoria insistía tanto que decidí darle atención.
Cuando hacemos el ho’oponopono, pedimos que se limpie la causa de la cual la situación que nos molesta es solamente un efecto… Entonces sucede que salen a flote otras situaciones relacionadas, para que también sean liberadas.
Esa memoria era de un día en que dos amigas y yo nos hallábamos en un lugar y cada una de nosotras perdió una cosa que era muy significativa y preciosa.
En aquella época nos pusimos muy tristes con lo ocurrido y lo relacionamos con el Don… estábamos las 3 buscando estar en el pleno ejercicio de nuestros Dones…
Yo por los dibujos… Janaína por la danza que es muy sagrada, y la otra amiga querida por el canto… con una voz maravillosa que toca nuestra alma.
Pocos días antes yo había soñado con un hombre muy extraño ligado a Francia… un hombre que de alguna forma controlaba el Don de un grupo de mujeres.
En el sueño aparecía su nombre y apellido, y… por muchas sincronías que se produjeron en aquella época, llegué a situar el origen de ese sueño en la ciudad de Estrasburgo. Lo cual se vio confirmado, entre otras muchas cosas, por el hecho de que una de las mujeres de ese encuentro había estudiado en una facultad de dicha ciudad, y había tenido un sueño que de alguna forma completaba el mío.
Hace algunos meses Janaína y yo conocimos por casualidad a un hombre que, no sé por qué… identifiqué como aquel del sueño de Francia, pero nunca más lo hemos visto…
El tiempo ha pasado y hemos acabado por olvidar el acontecimiento hasta esa noche en que volvió con fuerza total… mostrando que aún estaba vivo dentro de mí.
Entonces hice el Ho’oponopono para limpiar la causa de la pérdida de aquel objeto.
Después de hacerlo durante mucho rato, me dormí…
La noche del día siguiente, como me preparaba para la primera vivencia del Don en las montañas, empecé a hacer el Ho’oponopono para el trabajo… pero la voz de mi niño interior me habló para que primero lo hiciese para la pérdida del objeto.
Solo entonces hice la conexión percibiendo que, justamente ahora… preparándome para la Vivencia del Don, de una forma aparentemente indirecta, vino esa memoria para ser liberada, de algo que en aquella época habíamos relacionado con el Don.
Obedecí y así estuve haciendo el Ho’oponopono hasta adormecer…
Entonces soñé que llegaba a una ciudad donde descubro que hay un hombre que está en posesión de un coche que es mío. Un coche del que ya ni siquiera me acordaba.
En el sueño yo tenía un coche rojo y encuentro ese otro coche, que es de color beige y está siendo usado indebidamente por aquel hombre.
Ante esta situación, decido tomar posesión de mi coche…
Pido ayuda a una mujer que es abogada, a lo que ella me contesta:
- No hagas eso, no lo vas a conseguir.
Despierto con esta frase:
- No, no lo hagas, no lo vas a conseguir… mostrándome claramente una memoria equivocada que, en algún punto continúa limitando mis elecciones.
Muchas fichas han ido cayendo, aclarando y dando tanto sentido que me he dedicado con mucha determinación a limpiar aquellas memorias que habían venido en el sueño… cuando suena el teléfono.
Era Janaína, contándome que había soñado que ella y yo estábamos en un coche rojo, conducido por un hombre que nos mantenía bajo control… íbamos por una carretera y de repente, un montón de madera obstruye el camino lo cual hace que él desvíe el coche… Ella ve llena de pavor que el coche se va por un barranco.
En ese momento yo le digo:
- Entrega.
Y ella me cuenta que yo relajo completamente el cuerpo en una entrega total y con eso el coche vuelve nuevamente a la carretera y ella despierta.
Cuando me contó que el hombre del sueño de ella era el mismo que yo había identificado como el del sueño de Francia, no tuve dudas de la acción preciosa del Ho’oponopono, limpiando las memorias y sacando a la luz signos que no dejan ninguna duda de esa acción.
Hice mucho Ho’oponopono hasta que noté que ya estaba bien…
Sé que muchos de nosotros, en algún punto ya hemos experimentado la sensación de no ser merecedores, o de considerar si podemos tener esto… o aquello… como si no mereciésemos tener todo lo que es nuestro por Derecho Divino… Abrimos mano de lo que nos haría felices, por creer que no lo merecemos.
Especialmente cuando buscamos nuestros Dones, muchas memorias equivocadas pueden limitar esa expresión plena.
¿Cuántas veces ya hemos sido punidos y controlados por servirnos de la intuición?
Pero el comprender que los obstáculos que nos impiden estar en el pleno ejercicio de los Dones… están en esas memorias, coloca en nuestras manos el poder mágico de limpiarlas con el Ho’oponopono y disfrutar de la bendición que es estar en el Don… teniendo acceso a todas las posibilidades.