Iniciación a la Metafísica II
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 25/10/2011 10:52:46
por Helena Gerenstadt - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Cuál es la explicación plausible para lo bueno o perjudicial que sucede en nuestra vida?
La respuesta es:
"¡Tú eres la causa de todo! Eres el centro de tu vida y el dueño de tu propio destino."
Si las condiciones de tu vida no te satisfacen porque está repleta de impedimentos, relaciones difíciles, escasez de recursos económicos, enfermedades, etc., esto indica que no estás haciendo uso adecuado de tus poderes naturales, los que comandan tu destino.
Acatar la conciencia metafísica es abandonar el pretexto de atribuir a lo externo tus frustraciones interiores; es reconocer en ti mismo el referencial manifestador que crea la realidad, atrayendo hacia ti todo lo bueno o malo que te ocurre en la vida.
La ventaja de ese cambio es que rescatas el poder natural y pasas a tener capacidad para transformar las situaciones desagradables de tu entorno, alterando el curso de tu vida para mejor.
Si por una parte pierdes la coartada que justifica tus inhabilidades, por otra adquieres el poder interior de intervenir en las situaciones externas. Esa postura te sacará de la pasividad y de la dependencia de los demás o de la concesión de las fuerzas naturales, proporcionándote las condiciones interiores necesarias para edificar una vida nueva.
Al principio puede que extrañes esa nueva concepción de vida.
A muchos se les hace difícil pensar así, aceptar como verdad el hecho de que son ellos quienes ponen en movimiento todo cuanto les sucede, y no responsabilizar ya a nadie - ni siquiera a Dios - por lo que les pasa.
¿Estás dispuesto a mirar la vida a través de un nuevo prisma? Esto exige dejar de situarte como víctima y darte una oportunidad de estudiar los acontecimientos desde otro ángulo. Esta es una tarea que requiere tiempo, observación y dedicación, pero los resultados serán halagüeños.
Poner empeño en la reformulación interior es un importante paso para el triunfo y la realización personal. Esa conducta opera significativas modificaciones en tu forma de pensar y de proceder.
Renovado interiormente, serás más perspicaz para comprender el motivo de tu vida, para seguir un camino y no otro, y el significado de tantas adversidades. La vida no es estúpida ni inconsecuente, tampoco somos víctimas, sino conductores de nuestro propio destino.
Por esto no has de sentirte culpable. Si tu postura a lo largo de la vida ha sido de omisión, asume la responsabilidad. Ser responsable es tener habilidad natural para crear respuestas, pasando a conducir la vida de forma consciente. Lúcido respecto de tu derecho a elegir, procederás con más seguridad, pudiendo evitar disgustos y alcanzar más pronto la felicidad.
"No confundas responsabilidad con obligación".
Obligación es forzarte a hacer algo contra tu naturaleza, y responsabilidad es la conciencia de tu poder de causar reacciones en el mundo.
Ser responsable es reconocer y respetar los propios sentimientos, usar de buen sentido y asumir el derecho de elegir, pudiendo dar o quitar importancia a lo que ocurre alrededor. Puedes optar entre lo positivo y lo negativo de una situación. Encarar los acontecimientos con optimismo es considerar las perspectivas favorables, y con pesimismo es aceptar la derrota por anticipado. En cualquier momento puedes creer o descreer, solo depende de ti.
Por tanto.
"¡CUIDADO CON LO QUE CREES!"
No es fácil admitir esa verdad. Reconocer que nosotros mismos somos la causa de aquello que ha salido mal. Es como creer que la vida no es buena, que los demás son responsables por nuestra infelicidad; lo difícil es admitir que no estamos haciendo lo mejor por nuestra parte.
Cuando tomamos conciencia de esto, nos vemos en una encrucijada. Podemos hundirnos en la culpa, deteriorando nuestra capacidad de actuar, o bien fortalecernos con la conciencia de que podemos cambiar el curso de nuestra existencia por medio de una actuación diferente en la realidad, dando lo mejor de nosotros a fin de obtener lo mejor de la vida.
Por una parte, la conciencia metafísica nos quita la coartada para los propios reveses; por otra, nos faculta el poder de alterar el curso de nuestra existencia.
Puede que no tengamos un total control para determinar los acontecimientos que nos rodean. De inmediato, no podemos evitar, por ejemplo, que una persona querida se vaya o que los demás procedan de cierta manera que nos desagrada.
"Nuestro poder está en nuestra forma de reaccionar frente a todo lo que se procesa alrededor".
Las situaciones presentes reflejan nuestro desempeño en el pasado, aquello que hemos cultivado otrora. El modo en cómo reaccionamos a lo que se desarrolla en nuestro entorno determina las condiciones futuras.