Intolerancia: ¿Cómo lidiar con eso?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 19/06/2019 07:41:51
Autora Rosana Ferraz Chaves -
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Traducción de Teresa -
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La tolerancia no es muy diferente de la intolerancia. En exceso, ambas son bastante nocivas.
Cuando tú simplemente aceptas todo cuanto aparece en tu camino, sin siquiera cuestionar nada, eso indica que tu alma ya está muy alejada de ti.
Personalidad, todo ser humano la tiene. No existe falta de personalidad ni personalidad floja.
Personalidad es aquello que distingue a una persona de otra persona.
La persona que lo acepta todo, aun cuando le está haciendo daño, ya ha desistido de la vida. Eso no es ser humilde, es ser cobarde.
Es imposible que todo lo que te pasa sea siempre bueno y maravilloso.
Si así fuese, no habrían ninguna lección para aprender ni karma alguno o dharma para administrar.
Los problemas y el dolor existen, sí, y tienen un tiempo justo para durar. Los duelos tienen que ser vividos, al igual que las alegrías y el placer.
Alegría y dolor - la sal y la pimienta de nuestra existencia.
Asimismo, el no aceptar nada es indicio de descontrol, de mimos, de no aceptación de la individualidad de los otros, ni la vida.
Y no hay aquello de "A los otros les acepto todo, pero a mí no, yo tengo que hacer siempre lo mejor!" Esto se llama ego.
Si de veras aceptases las diferencias entre tus ideas y las ideas de los demás, claro que también aceptarías que elegir puede llevar a cometer errores.
No es erróneo luchar por tus derechos. Erróneo es el no aceptar y quedarte callado o fingir que estás de acuerdo, sólo para no destacarte en el rebaño.
El rebaño nunca te va a aceptar. Sólo te va a soportar, mientras seas de utilidad.
Hay muchos significados para la palabra tolerancia y yo tengo el mío particular.
Tolerancia es la capacidad de aceptar tus decisiones como tuyas, y las decisiones de los demás como decisiones de los demás. Sólo eso.
A su debido tiempo, el universo pondrá de manifiesto quién tiene razón.
Si en este momento estás conviviendo con una persona intolerante, tienes dos opciones.
O aceptas que cada uno tiene el derecho de ser quien quiera ser y, en ese caso, dejas de pelear y permites que el universo muestre quién tiene razón, o lo intentas en otra parte.
El problema de intentarlo en otra parte es que los conflictos mal resueltos tienden a repetirse.
Entonces, la mejor decisión es aceptar que siempre habrá pensamientos diferentes y que no son éstos los que te hacen daño.
Lo que te hace daño es el modo que has elegido para lidiar con ellos.
