Júpiter y Urano en Aries: ¿qué nos espera?
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 31/01/2011 16:00:42
Traducción de Teresa - [email protected]:
La semana pasada el planeta Júpiter ingresó en el signo de Aries y, pronto, a finales de Marzo, Urano también hará su ingreso en el mismo signo. El año pasado, ambos planetas estuvieron en Piscis, alineados, o sea, en conjunción, como se dice en Astrología. Unieron sus fuerzas contra Saturno, formaron cuadratura con Plutón, causando muchos sobresaltos, especialmente a mediados de 2010. Provocaron crisis de gran envergadura en muchos países. Y ahora que ambos ingresan en Aries, ¿qué esperar? ¿Qué cambios pueden sobrevenir de esto? recordando que la Astrología no ha cambiado y que no, no tenemos un signo nº 13, Aries sigue siendo el signo que marca el inicio del Año Solar, que este año empezará el 20 de marzo a las 20:20h cuando el Sol seccionará el Ecuador Celeste. Por tanto, el signo simboliza en principio, el ‘arranque’, la energía y el coraje (léase más sobre Los Signos y los Planetas en mi Web personal).
Pero vamos a examinar primeramente el efecto Júpiter, que estará en tránsito en Aries solamente hasta el mes de mayo, ya que siendo éste un planeta más rápido que Urano, esa conjunción terminará a finales de febrero y Urano ingresa en Aries a finales de marzo.
Júpiter suele estar asociado a las oportunidades y nos infunde osadía y optimismo en relación a nuestro futuro. Regente de Sagitario y co-regente de Piscis, ese planeta, que tiene como arquetipo al Dios del Olimpo, tiene la propiedad de causar expansión en nuestras acciones, en el sentido de que nos empuja hacia fuera de nuestras fronteras a fin de darnos la oportunidad de conquistar nuevos horizontes. Su ciclo de 12 años (tiempo que le lleva su órbita alrededor del Sol) indica siempre un ciclo de expansión y de oportunidades que aumentan nuestras posibilidades de conquistar una mejor posición en la sociedad en que vivimos.
De hecho, los jóvenes, niños y niñas, al llegar a los 12 años, abren sus horizontes hacia el mundo exterior, saliendo del “cascarón” donde la familia los había confinado para protegerlos. Empiezan a acudir a acontecimientos sociales, entablan nuevas relaciones, salen para descubrir el mundo de fuera, procurando romper los límites establecidos por el núcleo familiar. Esta edad presenta una gran oportunidad de crecimiento y no raramente esos jóvenes empiezan a lanzarse a arriesgadas aventuras, en actividades deportivas o en los intercambios que les llevan a viajar lejos de casa. Un entusiasmo muy evidente invade a esos jóvenes que les lleva a desafiar los límites (impuestos por Saturno) para destacarse en sus habilidades específicas: danza, lucha, música, bandas de rock, todo sirve para que ellos encuentren una identidad propia; aunque sea en grupo, dentro de su propia pandilla.
Desde luego Júpiter tiene esa propiedad de expansión (es el planeta más grande del sistema solar) que lleva a la persona a romper los límites para ultrapasar las fronteras de su campo de acción. A los 24 años, el hombre y la mujer se sienten maduros y, al salir de la facultad, se lanzan a la conquista del mundo profesional, con un entusiasmo y un optimismo impar en relación a su futuro. En este momento también se amplían las relaciones sociales y se inicia un nuevo período de conquista del mundo material. ¡Cuánta osadía, cuánto optimismo! Pero cuidado: ¡este planeta no es solo positivo! De hecho, los excesos – de cualquier especie – llevan a la persona a proceder de forma arriesgada, sin planificar las acciones, actuando de forma imprudente y exponiéndose demasiado, a veces con desastrosas consecuencias. Es en este período de la vida (entre los 24 y los 28 años) cuando ocurren la mayor parte de los accidentes mortales. Desconsiderar los peligros es una acción como mínimo imprudente, ¿no es cierto? Por eso mismo, al abrir nuevos negocios o lanzarse a nuevas conquistas o aventuras, no debemos dejar de lado la prudencia. Con todo, hemos de convenir en que ‘quien no arriesga no saca tajada’, diréis. ¡Permaneciendo siempre en el mismo lugar no conquistaremos el mundo! Por tanto, el ingreso de este planeta en Aries puede realmente llevarnos a iniciar algo nuevo, superando fronteras, abriendo nuevos caminos, ¡al modo de los antiguos Pioneros que llegaron a desbravar el Brasil! La osadía, en este caso, sería ciertamente algo benéfico.
En mayo este planeta entrará en Tauro, signo relacionado con el área financiera: los proyectos lanzados ahora traerán ciertamente recompensas financieras. Por esa razón los emprendimientos iniciados en este período tendrán muchas posibilidades de llegar a buen término.
¿Y el efecto Urano? Como puede leerse en los artículos ya publicados en mi Web, ¡Urano es un planeta libertador, osado, rebelde y excéntrico! Las revoluciones se producen bajo la acción de este planeta y sus efectos ya se están reflejando mundialmente. Asistimos en este momento a las primeras rebeliones (Albania, Egipto, Túnez) y todavía tendremos otras muchas en el futuro cercano, a medida que él avance en el signo. Aumentarán los movimientos separatistas y también los conflictos y la violencia en el mundo entero. Las personas se harán bastante más osadas, mucho menos pacientes, incluso más arrogantes y sus acciones se tornarán incluso peligrosas, ya que difícilmente aceptarán limitaciones y reglas impositivas, y buscarán más libertad de acción y más independencia e individualidad. A medida que Urano avanza en Aries, que corresponde también a una determinada casa en nuestro mapa natal, los temas relativos a esta casa serán objeto de cuestionamientos, de descontento y de inquietud, llevándonos a una creciente frustración. Nuestra necesidad de libertad causará cambios bruscos y repentinos en nuestra vida, cambios ocasionados por nuestra tentativa de encontrar nuevos ideales en sustitución de algo que consideramos antiguo, limitador y estancado. Bajo esa influencia ciertamente procuraremos romper o remendar aquel sector de nuestra vida que está en cuestión, yendo en busca de algo nuevo y mejor, que colme nuestros ideales. Sin embargo esa búsqueda no estará exenta de riesgo y tendremos que asumir las consecuencias de las elecciones que hagamos: ¡si rompemos con las estructuras existentes en busca de algo nuevo, desafiando el status quo, puede que lleguemos a ‘hacer sangre’! ¡En astrología Urano está considerado un planeta violento que tiene gran poder de destrucción!Al mismo tiempo que estamos destruyendo algo que no nos satisface, incomodamos a otros, aquellos que quieren mantener el orden establecido, que podrían revolverse contra nosotros, atacándonos sin piedad. Por ejemplo, cuando rompemos una relación amorosa que no nos satisface, atizamos la ira del otro, que sintiéndose rechazado podrá reaccionar con violencia. Y los que se sientan amenazados por las acciones rebeldes de los uranianos arrojarán su furia sobre ellos, segándolos sin piedad, de la misma manera que Saturno segó los testículos de su padre Urano, arrojándolos al mar. Con todo, hay siempre una nueva semilla brotando de esta acción: una promesa de vida. Nuestra osadía será recompensada. Este es el momento propicio para subirnos a este tren de alta velocidad que pasa por nuestra estación: no lo perdamos, pues él se detendrá en nuestra estación nada más que unos breves minutos. Cualquier distracción nos hará perder las buenas oportunidades.
Nuevos descubrimientos científicos ayudarán a la humanidad a resolver los atolladeros en que el desarrollo industrial ha hundido a nuestro planeta. El tiempo urge. Ya no podemos esperar: todo se acelera; si no hacemos una revolución en nuestra vida y permanecemos cristalizados y rígidos en nuestras posiciones, no llegaremos impunes al final de este tránsito planetario. ¡Y esto podemos hacerlos juntos, muy a la manera uraniana! ¡Al fin y al cabo, estamos en el amanecer de la Era de Acuario! ¡La solidaridad ha de salvar el mundo, SOMOS TODOS UNO!
¡Deseo una semana muy productiva a todos, llena de ideas nuevas y originales y espero que esta semilla haga brotar en nuestra comunidad muchos árboles llenos de maravillosos frutos!
São Paulo, 27 de enero de 2011.