Juzgar
por Saul Brandalise Jr. em STUM WORLDAtualizado em 05/03/2009 15:31:59
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando el ser humano apunta con el dedo hacia alguien comete algunos fallos que pasan desapercibidos, porque muchas veces todo se hace en modo automático:
1. Estado Emocional. El comienzo de cualquier dolencia siempre sucede cuando tenemos nuestro estado emocional alterado. El acto de apuntar con el dedo se produce cuando nuestra emoción sale del estado de equilibrio. En este exacto momento perdemos nuestra capacidad de raciocinar.
2. Juzgar. Es una actitud de soberbia. Nadie, en este planeta, se encuentra en la condición de poder juzgar, porque TODOS estamos en proceso de evolución y, por tanto, sujetos a cometer equivocaciones, fallos y errores.
3. Pulgar – el dedo pulgar en vertical indica y crea un eje de energía con el Universo, haciendo que nuestras palabras potencien el sentimiento que emanamos. En teoría, estamos haciendo un signo de positivo. Es una forma de agregar más energía a la palabra. Sé que tú no te das cuenta de esto. Yo tampoco prestaba atención a este aspecto hasta que mi Maestro ND me lo ha mostrado.
4. Índice – sirve de dirección para que nuestros pensamientos y palabras alcancen el blanco de forma inequívoca. Mira para la nuca de una persona, apunta con el índice en la misma dirección y percibe sus reacciones… Nuestra batería tiene mucha fuerza. Nosotros la desconocemos solamente porque las religiones quieren que así sea. Cuánto más ignorantes seamos, mejor para ellas.
5. Retorno – No nos damos cuenta de que, al apuntar con el índice, dirigimos los otros tres dedos hacia nosotros, lo cual representa simplemente el retorno. Vamos a recibir la energía de vuelta, con carga aumentada.
Esta es una demostración de la ley de la Vida. Causa y Efecto.
No estamos aptos para interpretar estas cosas sencillas porque invariablemente buscamos explicaciones en lo imaginario, en lo exotérico, en la magia y en aquello que es incomprensible. Es más interesante buscar las verdades ocultas. Con ello olvidamos LEER e interpretar lo simple. La vida es simple. Hemos de saber pensar, controlar emociones, alimentarnos adecuadamente y saber cómo administrar el dinero. Listo, está dada la receta de la felicidad y de una vida saludable. Claro que, para mantener a las personas atentas, es más interesante crear misterios. Con éstos yo domino a los débiles y llamo o procuro llamar la atención hacia mis verdades. Esto ha de interpretarse como control de la mente externa. Las consecuencias son terribles en el estado emocional y en la vida de quien así procede.
Esto también genera otras complicaciones. Quien tiene seguidores crea para sí una responsabilidad muy seria con sus actitudes y ejemplos. Ya no se puede emplear el haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago.
Mientras ignoramos una verdad, no se nos exige. Una vez tomado conocimiento, éste ya no puede dejarse de lado en nuestras actitudes. Aquí está la causa de muchas vidas terriblemente embromadas. Sé, pero hago de cuenta que no sé. No confío, pero hago de cuenta que confío. Esta actitud es engañosa y el mayor perjudicado por ella somos nosotros mismos. Recuerda que siempre tendremos tres dedos apuntando hacia nosotros. El que miente mucho acaba acostumbrándose a sus mentiras, que luego se convierten en sus verdades. Pasa a vivir en un mundo imaginario. Irreal. Pronto la droga será compañera.
Así es la vida. Así somos nosotros, lo queramos o no. Lo creamos o no. Nadie va a resolver nuestros problemas. No hay milagros disponibles en el Cosmos o en el Universo. Nosotros los causamos con nuestras posturas. Nosotros los arreglamos con nuestras actitudes. Somos el problema y la solución de nuestra vida. CRÉELO.
Hace años, tuve un roce con una persona que atracó su barco al lado del mío. Él mantuvo una postura arrogante, porque tenía un barco más grande, de 32 pies. Sus marineros tenían que llevar uniforme, a fin de dejar clara la distinción de clase a las personas que frecuentaban su barco. Parecía decir así: Mira, éste trabaja para mí… Aquí yo comando y mando… Esta persona estaba financieramente muy bien de vida…
Pasaron dos décadas… lo encontré como cocinero y copropietario de un Mesón. Sin barco, sin herencia, sin empresa… es obvio que el culpable es el mundo ¡y no él!
El mayor problema del ser humano no es el ganar dinero. El mayor problema del ser humano es cómo gastar lo que gana. Cómo disfrutar lo que logra comprar.
Por tanto, el secreto de mantener bienes y propiedades no está solo en la generación del lucro, sino en cómo fue conseguido y en el disfrute del beneficio.
Con nuestra vida pasa igual. Somos, sí, una gran empresa. Pocos se dan cuenta de que esta empresa no puede tener socios. Que nadie tiene derecho a interferir en ella. Ni siquiera nuestra religión. Ni siquiera nuestra familia.
No apuntes con tu dedo a nadie ni te calles cuando alguien lo haga en dirección a ti. Callar significa aceptar. Tú eres el único dueño de tu destino.
Sé que nos veremos
Beso en el alma
