La conquista de la plenitude
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 17/05/2019 07:35:43
Traducción de Teresa –
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El sentimiento de que, para tener la experiencia de la verdadera felicidad, es necesaria la conquista de objetivos externos a nosotros es común a la mayoría de los seres humanos.
Esto sucede hasta que nos tornemos capaces de percibir la ilusión que esa actitud representa. Ocurre que, cuanto más apartados añadimos a la lista de nuestros deseos, más difícil se hace alcanzar la plenitud con que soñamos.
Aunque consigamos satisfacer todas o al menos un buen número de nuestras necesidades materiales, no hay ninguna garantía de que eso nos hará felices.
Al contrario, cuando aún no somos conscientes de lo que de hecho nos garantiza la paz interior, un deseo enseguida es reemplazado por otro, pues al alcanzarlo nos invade la sensación del vacío y de la no completitud.
El Ser no es algo que pueda ser obtenido, por tanto, no hay riesgo de que nos sea arrebatado. La plenitud que sólo él nos puede traer, una vez conquistada, se convertirá en nuestro estado natural, independiente de las circunstancias de la vida.
Pero ¿cómo llegar a esa comprensión? El camino exige una total transformación en las expectativas que cultivamos en relación a las metas exteriores. No se trata de dejar de tener objetivos, éstos deben estar presentes en nuestra vida.
No obstante, es fundamental tener claro que llenarán únicamente una parte de nuestra existencia, aquella que concierne a nuestra expresión en el mundo material, esencial para la sobrevivencia.
La dimensión espiritual, esta sí, nos hará capaces de enfrentar los retos que la vida pueda traer, sin dejarnos dominar por el miedo y la desesperanza.
El Ser ya está en nosotros, forma parte de nosotros, no exige, por tanto, ningún esfuerzo gigantesco para ser conquistado, sólo tiene que ser reconocido.
Y esto sólo puede suceder mediante la práctica de la auto-observación y de la percepción clara de lo que realmente necesitamos para estar en paz.