La Cueva de los Amores Imposibles
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 01/12/2015 10:45:53
Autor Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
En 1969, inicié mi jornada en la espiritualidad. Y desde hace quince años atiendo a personas de todas las religiones, creencias y clases sociales, como Terapeuta Holístico.
He oído historias increíbles, conmovedoras. Esta, sin embargo, me ha sorprendido, me ha encantado y me ha hecho creer todavía más en Dios y que la universalización de nuestra visión y comprensión de la vida son el verdadero Camino.
Laura Lirius es de Duartina – MG. Evangélica, tiene una comprensión muy profunda de las palabras de Jesús y las aplica en su vida diaria, en el trabajo y en su casa, con su familia.
Es mujer de energía intensa y belleza física que encanta, irradiando con expresividad su inteligencia y el perfume divino de su alma.
Me siento privilegiado por Dios y por ella, por su confianza y amistad. Y sé que tú al leer su relato comprenderás lo que siento.
Aun ahora hace poco, yo pesquisaba sobre la acción de energías superiores que la humanidad recibe. Y aprendí que hay seres especiales que habitan la Tierra en frecuencia espiritual superior, cuya función es irradiar Luz e inspirar ideas nobles en la mente humana.
¡Son ángeles! - dice el texto que leí. Yo digo. Laura, con su belleza de alma, integra esa comunidad de seres especiales. Ella trae para todos nosotros esa experiencia que ciertamente será siempre un camino de luz para las mujeres que aman.
La imagen que ella muestra, de su jornada espiritual, se identifica con el mensaje irradiado por otra imagen, que guardo siempre en mi corazón y mi mente.
En casa de un apóstol, Jesús recibe a Magdalena, la cortesana. Ella le lava los pies con aceites perfumados y los seca con sus sedosos cabellos. El Maestro la recompensa expulsando los demonios que amenazaban su vida. Y afirma, para quien quiera oírlo: “¡Sus pecados han sido perdonados porque ella ha amado mucho!”
Dice Laura Lirius: “Viví un amor imposible, digo imposible porque no era correspondido, llevaba luchando cuatro años por alcanzar la atención de ese amor, y en algunas ocasiones hasta lo conseguía, pero era tan poco en comparación con mis anhelos, que al final acababa en lágrimas y frustraciones. Ya no podía más con aquel amor que inundaba mi ser, sin poder vivirlo en su plenitud. ¡Buscaba una solución!
Durante un paseo por la playa a finales del año 2014, en una conversación con Dios le rogué un camino.
Tuve una “visión”: me deparé con un lindo pote de oro, que me llamó la atención por su brillo casi cegador y, en ese momento, oí al viento susurrar en mi oído que tomase aquel pote de oro y pusiese dentro de él todo aquel amor que sentía, porque sería llevado a un lugar especial.
Entonces me vacié de aquel amor y lo coloqué dentro del pote de oro y el viento amablemente me llevó hasta lo más profundo del mar.
Allí me deparé con una cueva, y en su puerta de entrada, una placa inscrita: “CUEVA DE LOS AMORES IMPOSIBLES”.
El viento me invitó a entrar; al comienzo tuve miedo porque era un lugar oscuro, pero después de dar algunos pasos, empecé a distinguir algunos puntos luminosos, y cuando llegué al centro de la cueva pude percibir miles de potes de oro, cuidadosamente depositados en anaqueles de cristal, que iluminaban todo el interior de la cueva.
Dentro de ella había una linda sirena que tenía la función de guardiana de los potes de oro.
Ella con su dulce voz me llamó y preguntó el nombre de mi amor; lo susurré a su oído, entonces ella me pidió mi pote y con una bella caligrafía grabó el nombre de mi amor.
Como si cantase una canción, me dijo que eligiese un anaquel para colocar mi valioso pote de oro, y que ella sería la guardiana eterna de aquel amor y que de él yo solamente podría llevar los recuerdos.
Así, eternicé aquel amor y después de ese acontecimiento, cada vez que siento el impulso de ir a intentar rescatar aquel amor, me acuerdo de que él está guardado en un lindo pote de oro, en lo más profundo del mar, por toda la eternidad.
Ya no hay más lágrimas, anhelos, frustraciones y dolor, solamente un dulce recuerdo”.
Respondí a su testimonio: ¡caramba, Amiga! Has emocionado a este hombre de hielo, como me llaman…
Ese amor, amiga, no está perdido para la eternidad, sino guardado en tu corazón y va a nutrir y embellecer tu Espíritu de Dios. ¡Tú eres divina, inmensa!
