¡La culpa no es del otro!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 05/10/2012 15:24:16
por Bruno J. Gimenes - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Sucede mucho en nuestros cursos encontrar personas que están viviendo conflictos intensos en sus relaciones, y que a causa de eso están pasando por momentos de profundo desequilibrio emocional, los cuales, a su vez, afectan a todos los aspectos de su vida, es decir, salud, finanzas, trabajo y otras relaciones.
LAS QUEJAS MÁS RECURRENTES SON:
“Mi marido es muy pesimista y escéptico, así no consigo evolucionar”.
“Mi esposa es muy negativa y no quiere evolucionar, así se hace difícil”.
“Si mi padre se porta así, no soy capaz de resolver el problema, se me hace muy difícil”.
¡Confieso que si tratase de anotar en este texto todos los comentarios que he recibido tan solo durante la última semana, me faltaría espacio!
Y ¿dónde está el fallo? ¿Mienten esas personas? ¿Será mentira que estos problemas existen?
No, no es mentira. Esas situaciones son corrientes y se producen en la mayoría de las relaciones, si bien la forma de lidiar con todo esto es muy equivocada.
1- Atraemos para nuestra vida a ciertas personas por lazos de afinidad y lazos kármicos negativos (porque el karma también puede ser positivo).
2- En el contexto de la evolución espiritual y de la misión del alma de cada ser humano, la misión de las relaciones es producir la armonización de los sentimientos;
3- Automáticamente, por la acción de mecanismos naturales, las otras personas son gatillos que pueden disparar las emociones ruines que hemos venido a curar. Por tanto, ellas no son la causa de las emociones negativas, sino únicamente reveladoras de los aspectos negativos que ya existían.
EL PODER QUE OTORGAS AL OTRO
El problema no es ni ha sido nunca lo que haga el otro ni el conjunto de su forma de comportarse, y sí cómo tú te sientes en relación a lo que el otro hace. A partir de esto, la clave de ese proceso es permitir o no que los sentimientos negativos aflorados te dominen negativamente o no.
En ese contexto, cuando alguien dice que no es capaz de evolucionar porque otra persona le influye negativamente, es porque está sucumbiendo al sentimiento aflorado y no necesariamente la persona que procede de un modo que a él le molesta.
LA CULPA ¿DE QUIÉN ES?
El otro puede incluso conducirse de modo insensato o condenable según las pautas morales medias de una sociedad, ¡pero la culpa nunca es de la otra persona! Debemos entrar en contacto con el sentimiento negativo que alguien puede ayudar a aflorar de dentro de nosotros, y así, actuar en el sentido de curar ese sentimiento negativo, o al menos reducirlo un poco. Nunca jamás es culpa del otro.
Echar la culpa al prójimo es determinar y anunciar a los cuatro vientos que tú no tienes fuerzas para reinventarte. Las situaciones normalmente son desafiadoras, porque piden que adoptes nuevas actitudes y que encuentres fuerzas para desarrollar el amor y la tolerancia sin sufrir con ello. En otras palabras, son situaciones repletas de “trampas emocionales”, aunque si tienes disposición bastante para vencer la acomodación, ¡ciertamente tendrás éxito!
El camino es hacia dentro de cada cual, en la construcción de la autoestima, de la conexión ensanchada con la propia esencia, en la espiritualización y principalmente en encontrar y realizar la misión de tu alma, que es el propósito de tu existencia.