La esperanza es la seña
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/02/2009 07:46:38
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Madre Kwan Yin dice que “todas las veces que miras al núcleo central de la realidad de otro ser y respondes con emociones, sentimientos y pensamientos, emitiendo vibraciones que parten de tu creencia personal, estás ayudándole a alimentar su propia creación.”
O sea, todas las veces que observamos el alma de la otra persona, con los ojos del alma, del bien querer, esa sensación que tú produces en ti puede motivar al otro, induciéndole a también producir una energía de bien querer.
Dice Tarsila, sobre lo que está realizando por su hijo, con nuestro apoyo: “Ayer, en la visualización, Thomaz se me aparecía como un monje budista vestido de blanco y con la cabeza afeitada, pero bajo la apariencia de un niño de unos catorce años. Vi a los Maestros, sentados en círculo, en la hierba verde, en un día lindo de sol, y a Thomaz sentado en medio; y permanecieron así durante algún tiempo. ¡Y no lo vas a creer! La sorpresa fue que en un momento dado, algunos Maestros se levantaron, conduciéndolo hasta debajo de una catarata. ¡Vi el agua cayendo por encima de él, y cuando ellos regresaron al círculo, vi a dos maestros bañando a mi hijo! ¡Vi perfectamente cómo le enjabonaban la espalda, frotando con la esponja, incluso vi la espuma!
Esa noche, dice Tarsila, tuve una percepción… Vi a un maestro budista leyendo una sutra en alta voz, repetidas veces y me parecía que al oírlo, a Thomaz no le gustaba, se sentía torturado e incómodo. En otro momento, él se auto-flagelaba por no aceptar seguir su misión con voluntad y se culpaba por sentir como blasfemia el tener aquellos pensamientos de repulsa por el maestro y su doctrina. Él se esforzaba, pero todo era doloroso en su corazón y su mente entraba en turbulencia y decía: “tengo que esforzarme más”. ¿Qué te parece?
Respondo: vamos observando, juntando las piezas, para entender mejor y poder ayudarlo. En ese apoyo, no siempre busco desvendar las situaciones, si son de esta vida o de pasadas, me ocupo de ofrecer sostenibilidad para que todo se haga por el Bien y por la Salud.
“Hoy fue diferente. Thomaz ya no era un niño, y sí tal como es en la realidad (tiene 26 años). No hubo catarata, ni baño. Apareció directamente la Madre Kwan Yin y colocó una pequeña corona de flores y hojas verdes en la cabeza de él y después el manto azul sobre sus hombros. Él estaba algo más agitado que en los otros días, como si tuviese prisa por levantarse.
Sobre la percepción de él, de que “tenía que esforzarse más”, considero que esto está sucediendo de veras en su interior. Él tiene mucho deseo de trabajar y llevar una vida normal, como un joven de su edad, pero hasta ahora no ha sido posible. Siempre llevaba a cabo sus actividades entre grandes dosis de medicamentos y se caía de sueño, como efecto colateral.
Puedo decirte que cada día él parece estar bastante mejor. Ahora mismo acaba de salir para estudiar y antes de salir me ha dicho espontáneamente que iba de muy buena gana. Él estaba sonriente y feliz.”
“¡Sr. Wilson, no ha sido posible empezar con el Portal del Coraje hoy! ¡He permanecido hasta ahora esperando, pero Thomaz está tan mejorado que todavía no ha ido a acostarse! ¡Está instalando un programa nuevo en su computador, con tal energía que ni siquiera se acuerda de dormir! Me parece que estando él tan activo en estos momentos, no voy a conseguir nada. Le avisaré cuando vaya a empezar.”
Le expliqué: Dejemos que las cosas sucedan espontáneamente… A lo mejor él ya está anticipando el uso de la energía del Portal del Coraje, ¿no es cierto?
Claro que sí, con el tiempo el propio paciente va tomando las riendas de su cuerpo y sentimientos y, por sí mismo, toma iniciativas para su reajuste psicológico y espiritual.
“Mi hijo ha cambiado bastante, hasta parece otro. La semana pasada manifestó deseos de ir el domingo de excursión a una ciudad, a 100 km de aquí, donde nació y donde estudió en la Facultad. Salimos por la mañana temprano para hacer la excursión y solo regresamos a casa en torno a la media noche. Él lo pasó muy bien, se divirtió mucho con el paseo, comió bien, charló mucho, sonrió bastante, mató la nostalgia de los viejos tiempos en que había estado viviendo allí durante cuatro años en su época de estudiante, y dijo no estar ni pizca cansado. ¡Dijo incluso que debíamos hacer este tipo de excursiones más veces, y que estaba aburrido de tanto estar en casa!
¡Se le ha olvidado el dormir! ¡Increíble! Hoy marchó a clase y no dio queja alguna de cansancio o sueño. Estoy sometiéndolo a una discreta observación, a fin de intentar averiguar su real situación y si ésta es duradera, para saber si es preciso continuar con algún otro Portal. Por el momento, todo es positivo. Seguiré informando sobre las novedades que surjan. ¡No tengo palabras para describir el inmenso alivio que siento al observar el desarrollo de los acontecimientos de modo tan favorable, y no me canso de dar gracias a Dios por vuestra existencia y porque Él os ha puesto en nuestro camino! ¡Cuánto pueda yo decir, será poco!
Lo que está sucediendo con él es milagroso, a mí misma me cuesta creer en lo que mis ojos están viendo. Por eso le estaba dando algo más de tiempo, intentando no ser excesivamente optimista, esperando a ver si la mejoría es duradera, para no tener que llevar un “chasco” mayor después…
Sabes, pues te lo he comentado, que él dormía o dormitaba prácticamente todo el día. Esa circunstancia le hacía sufrir mucho, ya que no le dejaba hacer casi nada de lo que deseaba. Pues bien, esto se ha acabado después de que vosotros habéis entrado en escena. Y en la última semana, con el Portal Violeta, él parece haberse vuelto del revés como un guante. Viene durmiendo solamente 9 horas por noche; despierta temprano, se acuesta tarde (ahora mismo acaba de subir a su habitación, y casi son las 23:30 horas); va en el tren dos veces a la semana para estudiar, sale a las 16:30 y vuelve a las 22:30, sin demostrar el menor cansancio. Sale a paseo, lee libros sin cesar, se divierte con algún programa de humor en la TV, en fin, sería largo de enunciar, baste con decir que parece otra persona.
Se lo conté a algunas personas cercanas, y todos ven como él está mejor, pero cuando digo que el tratamiento se hizo a distancia y empiezo a dar detalles, las expresiones cambian, se me quedan mirando con incredulidad, sin decir nada, como si yo me hubiese vuelto chiflada”.
Le contesté con alegría: “No, amiga, tú no estás mal de la cabeza, tú solamente has creído en Dios y has aplicado todo lo que has aprendido, con el corazón, y la respuesta fue esta, el milagro de la cura.” Y, para finalizar, Tarsila me habla del interés de Thomaz por participar en un concurso público, rematando que lo apoyó en ese interés, porque al fin y al cabo, solamente el hecho de que él desee enfrentarse a una situación de esas, alegraba su corazón. Rebatí sus consideraciones, diciéndole que en vez de acomodarse en el miedo o en la conformidad, debería, esto sí, animarlo y mantener un patrón de pensamiento según el cual él sí, participaría, y podría tener éxito.
Y esto ha sido lo que ocurrió, me cuenta ella emocionada. Thomaz participó en el concurso y fue aprobado. Y con esa gracia conquistada, él se matricula en la universidad de la vida, con los derechos plenos de realizar aquello a que todo ciudadano tiene derecho, estudiar y trabajar. ¿La esquizofrenia? Ah, ésta se ha quedado en algún lugar del pasado, desalojada de su universo, porque en él, de ahora en adelante, solo habrá lugar para estudio, trabajo, alegría y salud.