La Evolución de los Trabajos Espirituales
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 27/05/2018 18:35:48
Traducción de Teresa
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Autor Baltazar Neto
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Agradezco la oportunidad de compartir, perdón por la interferencia.
Últimamente, vengo reflexionando mucho sobre el camino que han tomado los trabajos espirituales que hago.
Todo está en constante transformación, en constante evolución y con mi trabajo no sería diferente. Aprendo, modifico, mejoro y reflexiono con cada asistencia, cada contacto con una persona nueva. La gratitud que percibo tras cada conversación y encaminamiento es enorme, pues siento florecer la semilla de la evolución.
El jueves pasado ocurrió una situación cómica que traduce esa nueva realidad.
Durante la reunión espírita que era coordinada por un gran amigo mío, éste pidió que yo incorporase, y atendiese a las personas con la entidad que trabaja conmigo. Hace mucho tiempo que no trabajo de esa forma, pues hoy prefiero hablar con ellos sin necesidad de la incorporación.
Transmito las imágenes y los mensajes que la espiritualidad manda para el que consulta y con eso aprendo yo también, ya que durante la incorporación mi mente queda embarullada con la mente del espíritu y después se hace difícil recordar todo con detalle.
Volviendo a la reunión, cuando estábamos preparándonos para incorporar, mi Mentor se apareció a mi lado, estaba bien arreglado y riéndose.
Le pregunto por qué se ríe y contesta: "tu amigo te la ha jugado, pero será bueno verte trabajando así de nuevo".
Le dije: "Pero tú vas a trabajar conmigo".
Él: "Sí, pero a tu lado. Yo ya no necesito incorporar para trabajar, podemos hacerlo de otra forma, pero estaré a tu lado observando".
Realmente mi Mentor no vino, pero sí tres diferentes espíritus que estaban disponibles e hicieron un excelente trabajo.
Me puse a pensar en mi Mentor, que cuando empezamos a trabajar juntos hace cinco años se quejaba de que yo quería trabajar sólo con la percepción y él con la incorporación.
Hoy él ya no necesita la incorporación para trabajar, lo hacemos lado a lado como amigos.
Esta situación me hizo pensar en todas las asistencias hechas a lo largo de los años y en cómo éstas estaban cambiando.
La gran mayoría busca milagros, situaciones maravillosas, deseando adivinaciones, soluciones con el mínimo esfuerzo. Vi mejoras temporales y soluciones paliativas.
Hoy mi trabajo se dedica exclusivamente al perfeccionamiento de la esencia de la persona. Ya no me preocupa si las personas buscan dinero, trabajo, amores o saber si algún ser querido todavía se encuentra en el umbral, etc. Mi foco se concentra en cambiar lo íntimo de quien busca ayuda, y por consiguiente, esto también me ayuda a mí a mejorarme como humano. Si continuamos trabajando la periferia del problema, siempre será algo paliativo y este no es el objetivo de nuestro trabajo.
De qué sirve componer la energía para conseguir un empleo si emocionalmente no conseguiremos administrarlo, y esto también vale para una relación amorosa.
Diferente de cuando preparamos la tierra para recibir la semilla, y con la tierra bien preparada o al menos lo mejor que podamos en ese momento, se hace más fácil el florecimiento de la cosecha.
Arar la tierra, abonarla y dejarla lista, requiere mucha labor externa e interna: poner en práctica buenas acciones y pensamientos, administrar la ansiedad, la dificultad, el pensamiento negativo y las decepciones.
Es preciso salir de nuestra zona de confort, adquirir conocimientos sanos para nuestra salud mental, material, emocional y espiritual.
La espiritualidad no es una máquina de refrigerantes, donde introducimos una plegaria y sale un milagro.
La espiritualidad actúa como nuestros profesores que nos acompañan desde los primeros años de escuela, enseñando, incentivando e indicando el camino, pero somos nosotros quienes debemos recorrer esa jornada, que empieza hoy, ahora, y trasciende la vida material que conocemos.
Vamos a estudiarnos, a conocernos y a hacer realmente el ahorro que nos aportará los beneficios imaginados.
Mi gratitud por la oportunidad.