La llave de la libertad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 12/04/2016 09:47:00
Autor Nathalie Favaron
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Traducción de Teresa
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Abrir mano del poder mágico que nuestro niño interior fantasea tener es la llave para la libertad. O al menos una de ellas.
No somos inmunes al dolor, al sufrimiento o a las dificultades de la vida adulta. Tendremos desafíos durante toda nuestra existencia aquí en la Tierra.
¡Es un hecho!
Pese a todo, al comprometernos con el camino de la evolución del alma, se vuelve urgente la despedida a la inocencia infantil del héroe o heroína dentro de nosotros.
Sí, pues intentamos inconscientemente salvar a nuestros padres, o a otros miembros de la familia, del sufrimiento en que viven, aliviando sus fardos, trayendo a nuestra vida sus dolores y sus llagas. Sacrificamos nuestra felicidad y alegría con la idea errónea de que así llevarán una carga menor.
Al sentirnos tristes, enfermos, abatidos, o quizá luchadores, guerreros sin descanso, reproducimos una vez más las dificultades que ellos han vivido en sus propias historias. Un ciclo interminable de desaliento y desencanto.
Esa es la dinámica más simple y más profunda que encuentro en el trabajo de Constelación Familiar.
Es esencial que podamos vivenciar durante el proceso el atender a la consciencia de cómo vivimos esto en nuestra vida. La despedida, la reverencia, el reconocer, el honrar, son pasos sanadores para el alma de todos los implicados. Presentes y ausentes. Vivos y muertos.
Pero es en el día a día, en el despertar de cada mañana, cuando alimentamos la libertad de vivir la plenitud, o caemos en lo automático y ponemos en escena la vieja película nuevamente.
De nada sirve quejarse, profanar la técnica, echar la culpa al terapeuta o a otro conocido. El trabajo diario es tuyo.
La práctica de mantenernos despiertos y presentes en la consciencia plena no puede ser delegado en otra persona.
No puede ser olvidado o pasado por alto.
Es tuya también la elección de cómo hacerlo.
Medita, escribe, canta, enciende una vela, ora, respira, danza, camina.
Cambia cada día la forma de hacer esa conexión.
Innova, inventa, crea. Sé breve o demórate horas.
Pero honra la presencia divina dentro de ti.
Encuentra tu alma y tócala con amor.
Ese es el camino.
El camino de la libertad.
No existe nada allá afuera.
La llave para la libertad reposa a tu espera dentro de tu corazón.
Y sólo tú tienes permiso para entrar allí.
