La mediumnidad en la mujer
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/02/2015 11:05:29
por Nadya Prem (Nadya Prado) - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Las mujeres tienen una presencia mediúmnica muy fuerte, partiendo del principio de que la fisiología femenina es por naturaleza receptiva.
Cobijando en su útero la maternidad, el sexo femenino tiene la gracia de la co-creación en su cuerpo, el milagro de la generación humana en su vientre. No quitando, lógicamente, la importancia del sexo masculino en este proceso, ya que sin la presencia del espermatozoide esto no sería realizable. El compañerismo masculino es imprescindible en el contenido energético formado como núcleo de amparo a la nueva vida.
El espíritu que va a reencarnar es acoplado energéticamente a la madre y también al padre. Sí, el padre es partícipe en todo el proceso de crecimiento del individuo en la panza de la madre.
¿Sabes aquellos padres que están indispuestos juntamente con la esposa durante el embarazo? Pues eso mismo, el padre tiene un cordón fluídico que lo une al hijo.
La mediumnidad está en conexión directa con el sistema endocrino y las glándulas del cuerpo. En el caso de la mujer hay una constitución previa, apropiada para recibir un espíritu que, por medio de la gestación, tiene la oportunidad de reencarnar.
Muchas mujeres tienen su mediumnidad exacerbada con la gestación y padecen los desequilibrios provenientes de ese afloramiento. Casos de Depresión Posparto, por ejemplo, son típicos trastornos resultantes de la transformación fisiológica y para-fisiológica ocasionadas en ese período.
En consultorio he tenido ocasión de hacer el seguimiento de varios casos de mediumnidad desequilibrada en mujeres después del parto. Ha sido interesante percibir las peculiaridades de cada caso y verificar las principales características que acompañan a esa situación.
Las mujeres con más de un hijo pueden pasar por la Depresión Posparto en sólo una de las gestaciones.
Explicando todo esto energéticamente, cuando se aproxima a la madre, el espíritu trae su diapasón energético, su “firma energética”. En caso de haber reminiscencias de vidas pasadas entre ambos, lo cual es casi seguro, se producirá un malestar que acompañará a la maternidad.
No estoy dejando de lado aquí las características genéticas ni despreciando la tendencia de la madre al trastorno depresivo, que también son factores coadyuvantes.
Pero en este momento estamos hablando de las condiciones energéticas y espirituales involucradas en este período, en que hay la necesidad de llevar a cabo ese ajuste energético-espiritual.
La interacción con la dimensión espiritual se produce por medio de los chakras, centros psicoenergéticos comunicados con el sistema endocrino. Ellos están en relación con las glándulas y provocan estímulos en todo el sistema de liberación hormonal.
¡Todos los meses el cuerpo femenino se prepara para recibir una nueva vida!
Las mujeres que padecen problemas ginecológicos y que tienen problemas para quedar embarazadas tienen sus chakras inferiores desequilibrados. Su cuerpo vital, matriz del cuerpo físico, trae las peculiaridades del patrón energético de su espíritu, acumulado durante sus reencarnaciones, y conforme a su programación de vida, tendrá o no la posibilidad de ser madre.
Sin embargo, la condición femenina es por sí sola un potencial de donación amorosa y debe ser utilizada en el aprendizaje evolutivo. Algunas mujeres necesitan desarrollar su manantial amoroso por la vida y por las personas de forma grandiosa, sin atarse a la maternidad. En su ansia de ser madres, muchas mujeres se hacen rehenes de sus deseos, por medio de la maternidad forzada, que siempre vendrá por la reencarnación de espíritus que se prolongan en el camino de las sombras y que necesitan un hogar para retornar a la vida material, endeudados con su pasado.
Las alteraciones hormonales a que la mujer está sometida concurren al afloramiento mediúmnico desequilibrado, y la falta de esta comprensión y de unos tratamientos adecuados le acarrean diversos trastornos físicos.
Los miomas, quistes y nódulos ováricos, mamarios y de la tiroides son, normalmente, consecuencias de la no donación de su energía sanadora maternal. No necesariamente en la relación madre-hijo, sino en todas las relaciones.
La energía maternal que lo femenino acoge necesita fluir amorosamente para que no se produzca la acumulación de masa energética y la formación de dolencias físicas.
Incluso las madres que se consideran amorosas han de estar atentas respecto de en qué medida se donan. Cuando se espera algo a cambio, la donación sanadora no es auténtica, sino fruto del egoísmo.
Entonces, ante todo es necesario estar provista de mucho amor compasivo.
El Dr. Sérgio Felipe de Oliveira, médico espírita e investigador de la mediumnidad, dice que las hormonas reproductivas son las hormonas de la mediumnidad y la mujer está más expuesta a las influencias espirituales; y que en la menopausia la mujer tiene un aumento de su capacidad ectoplasmática para trabajar en la sanación.
Las variaciones y disfunciones hormonales en la mujer deben ser tratadas en su amplitud energética y espiritual.
Los tratamientos para los trastornos psico-mediúmnicos y físico-mediúmnicos exigen abordaje integral.
Es preciso comprender que la interacción entre espíritu y materia es constante y no es posible desmerecer la influencia mutua entre el cuerpo físico y los cuerpos sutiles.
La terapia pránica y la acupuntura, aliadas a la psicoterapia integral, a los cambios de hábitos alimentarios y a los cuidados con el cuerpo, son de extrema utilidad para la curación de los desequilibrios mediúmnicos, los trastornos psicológicos y las enfermedades del sistema endocrino.
La mujer tiene de modo natural la facilidad de captar las energías circundantes. La “intuición femenina” o “intuición de madre” traduce la mediumnidad que la acompaña.
¡Sé Amor!
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