LA MUERTE NO ES EL FINAL
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 05/11/2011 11:29:17
por Márian - Marta Magalhães - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Tener miedo a la muerte o sufrir por la muerte de alguien es más que natural.
Como la mayoría no tenemos acceso a otras dimensiones, es natural tener miedo de aquello que no se conoce, que no se puede ver ni sentir. Pese a que la cuestión es bastante discutida hoy día, con películas, libros, y que asimismo muchos experimentos científicos estén confirmando aquello que enseñan algunas filosofías y religiones, es decir, que hay vida más allá de la muerte, muchos todavía tienen miedo y dificultades para lidiar con eso.
Lo cierto es que el apego que creamos respecto de otras personas, y nuestros sentidos, que nos vuelven frágiles frente a la muerte, y a pesar de que oímos decir siempre que somos eternos y que la muerte en realidad no existe, nos hacen sentir vulnerables y temerosos frente a ella.
Para suavizar nuestro dolor y superar nuestro miedo, es preciso tomar conciencia de que la muerte solo es una etapa de nuestro proceso evolutivo, un paso hacia otro plano, lo mismo que nacer. Nacemos y morimos muchas veces, cuantas sean necesarias para vernos libres de la rueda de las encarnaciones, para evolucionar y liberarnos de la ignorancia y de los karmas creados por nosotros mismos.
Estamos encarnados aquí en el plano físico, envueltos por emociones y sentimientos, tanto positivos como negativos, creamos tanto lazos de amor y fraternidad como igualmente de odio y enemistad. También tenemos dudas y anhelos, alegrías y tristezas. Todos esos sentimientos y deseos se convierten en apegos, pues lo cierto es que no queremos separarnos de los que amamos, no queremos abandonar nuestros proyectos ni tampoco dejar de sentir los placeres que nuestros sentidos nos proporcionan; y además, hay personas que se apegan incluso al sufrimiento.
Esos apegos nos debilitan y nos llevan a tener miedo a perder la vida; la verdad es que tenemos un apego inconsciente a nuestros sentidos físicos. Los sentidos de la vista, olfato, tacto, gusto y oído son nuestra conexión con el mundo. Por medio de los sentidos experimentamos el placer y también el dolor, íntimamente ligados a nuestra supervivencia material y a nuestro aprendizaje como seres humanos.
Todos los sentidos son importantes para la comprensión de nuestro camino, pero no podemos dejarnos distraer por ellos. Constituyen instrumentos para nuestro progreso, no son nuestra verdadera fuente de sustento. Es preciso comprender que el objetivo del que busca es ir volviéndose hacia dentro de sí, interiorizándose y al mismo tiempo desligándose de los sentidos que lo conectan con el exterior. El objetivo de la evolución es la liberación a todos los niveles.
Aparte de esto, hay que tener plena consciencia de la Eternidad y de la Unidad. Otra cosa importante es que el sentimiento que se ha de nutrir hacia las demás personas es el Amor Verdadero, de alma para alma, aquel que extrapola el plano físico. Es preciso creer que no hay límites para el Amor y que nuestros seres queridos estarán ligados a nosotros para siempre.
Una vez, hace algunos años, cuando sufrí una pérdida muy grande, mis orientadores al consolarme me dijeron una frase que aportó a mi alma un alivio profundo y prácticamente inmediato. Me dijeron: “El dolor de la partida es la certeza de un nuevo reencuentro”. Comprendí entonces que los lazos del Amor no se rompen con la muerte y que estaremos siempre encontrándonos por vidas y vidas con nuestros afectos…
Es el Amor, el deseo de compartir lo que nos impulsa por la eternidad.
Namaste,
Márian
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