¡La radiestesia como instrumento en tu vida!
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 25/09/2009 11:56:17
Traducción de Teresa - [email protected]
Con el paso del tiempo la radiestesia, a pesar de ser una ciencia milenaria, viene haciéndose presente en la vida de las personas. Y como movimiento positivo, muchos vienen sirviéndose de este instrumento que puede ser de mucha valía en nuestra vida.
El aspecto inicial que a todos preocupa cuando oyen hablar de radiestesia es la casa donde vivimos y si hay venas de agua en el lugar, si dormimos en un sitio maléfico. Nuestro cuerpo, como aliado nuestro, siempre nos avisa y de diversas formas nos advierte de que algo no anda bien: la persona no logra dormir durante horas seguidas, duerme mal, tiene pesadillas, grita durante la noche, es sonámbulo, rechina los dientes, tiene sudores o frío repentino durante la noche, padece insomnio, depresión, alergias frecuentes o incluso, por no hacer caso a todo esto, desarrolla una dolencia degenerativa.
Todo esto puede parecernos temible, pero es lo que de hecho ocurre cuando no nos preocupamos por el local donde vivimos.
Este fin de semana he participado en el séptimo congreso de radiestesia y he oído relatos de médicos acerca de los efectos fisiológicos del estrés geopático, o sea, originado por energías presentes en el espacio en que vivimos, los cuales efectos son los siguientes:
- cambios de polaridad en la membrana celular, generando ionizaciones anómalas;
- alteración de la resonancia de la molécula proteica;
- anomalías en las conexiones de hidrógeno;
- desequilibrios hormonales;
- desvíos de los valores del pH;
- aparición de quistes, verrugas y tumores;
¡Todo esto, por más técnico que pueda parecer, nos hace una advertencia! ¿Será bueno para ti el espacio que has elegido para vivir?
Se acude al radiestesista normalmente cuando ya no queda casi otra solución para los problemas que se han encontrado, cuando en realidad deberíamos iniciar nuestra vida en un sitio con la evaluación de las energías allí presentes.
Mi misión de vida es sin duda la de llevar a todos vosotros estas informaciones que han venido transformando paulatinamente la vida a muchas personas.
Mirar o convivir con cosas que no nos gustan hace que nuestra energía se disipe. Nada más imagínese estar todo el tiempo conviviendo con ondas nocivas, de origen cósmico o telúrico, rodeado de objetos y pensamientos negativamente impregnados; si por una parte tenemos conciencia de todo esto, por otra adoptaremos de inmediato la actitud de modificar la situación; para ello la divulgación de todo esto es el mejor medio.
Siempre se llama a un radiestesista cuando la situación ya se encuentra bastante complicada, cuando en realidad debía haber sido llamado al comienzo de nuestra jornada en un local.
Hace algún tiempo yo estaba impartiendo una charla abierta sobre radiestesia y radiónica, y hablaba de la importancia de medir el sitio en que vivimos y la interferencia que este espacio puede tener en nuestra propia energía; como de costumbre, rogué a los presentes que alguno se acercase para hacerle la lectura energética de su campo de energía a fin de verificar los posibles desequilibrios.
Un señor de unos setenta años se ofreció para ello, y yo entonces le pregunté cómo había llegado a conocimiento de la charla y él me dijo: mi cuñado estaba en mi casa y dijo que se marchaba pues tenía un compromiso, que era la charla. De inmediato el señor le dijo que también quería participar, pues ya había oído hablar mucho sobre radiestesia y le interesaba el tema, a pesar de conocerlo poco; y por ese motivo allí estaba.
Empecé entonces a medir al señor y pude así verificar una pérdida de energía increíble por el lado izquierdo de su campo áurico; cuando ocurre esto es un fuerte indicio de que hay algún tipo de energía nociva presente en la casa de la persona, que la está consumiendo energéticamente. En principio nada le dije al señor, incluso porque mi propósito no era exponerlo, ni tampoco causar sensacionalismo; me quedé quieta. Le rogué entonces que sujetase una piedra de cuarzo rosa, la cual estaba previamente energizada por el gráfico desimpregnador y la colocase en su campo áurico. Mi objetivo en ese momento era neutralizar la influencia de cualquier energía presente en el campo del señor, para verificar lo que de hecho podía estar ocurriendo.
Cuando llamo a personas para que se acerquen normalmente observo casos de desequilibrios normales y demuestro cómo equilibrar la energía de la persona. Pero ese día el caso era algo más complejo, y cuando estamos ante muchas personas, hemos de medir lo que hablamos. ¡Bien! Hecho el equilibrio de campo áurico pasé a la medición de chakras; medí uno a uno los siete chakras, siendo que a estas alturas ya no había modo de volver atrás, y todos me miraban deseando saber en qué iba a resultar. Encontré entonces que el último chakra, así como el umbilical, estaban completamente negativos y cerrados, no había entrada ni salida de energía. ¡Otra sale justa! Esto era sinónimo de dolencia degenerativa presente, ¿qué decirle? Con mucha habilidad y midiendo las palabras le dije al señor que había algún problema físico en la región sexual que debía ser verificado, y él de inmediato me dijo: he sido operado la semana pasada de un cáncer de próstata. Todos en la sala se asustaron y yo más aún, pues sabía que a partir de aquel momento yo me hacía responsable de ayudarlo.
Para un radiestesista lo que ya está presente como enfermedad no importa, nos preocupamos de ahora en adelante. Había una necesidad inmediata de curar la vivienda del señor, principalmente la cama donde dormía, pues si no, de nada serviría cualquier tratamiento que se estuviese haciendo, más aún porque él me había dicho que el cáncer se detectó en fase inicial. Yo con toda mi experiencia sabía que si no curásemos el local la enfermedad volvería.
Bien, la charla terminó y el señor se fue; qué lucha para encontrarlo, he tenido que contactar con el cuñado y pedirle su teléfono, pues ni siquiera se había inscrito para la charla.
Como me sentía responsable lo llamé y le expliqué lo que sucedía y la importancia de que verificásemos la vivienda, y él de inmediato estuvo de acuerdo.
Fui al sitio y constaté un cruce de líneas Hartmann con la presencia de una vena de agua exactamente en el emplazamiento donde el señor dormía; curamos ese espacio y la vida continuó.
Todo esto tiene siempre el objetivo de advertir sobre la importancia de verificar las energías presentes en nuestra casa y mantener en mente que el cambio para mejor es siempre posible cuando así lo deseamos de corazón.¡Las respuestas para nuestras preguntas internas y las aclaraciones que necesitamos están en el universo, pide y la solución vendrá hasta ti! ¡Olvida la sintonía de enfermedad y tristeza, tú has nacido para ser pleno y colmado de luz y la radiestesia está aquí al alcance de todos para aportar esto a tu vida!
