La RELACION con el OTRO como OPORTUNIDAD de crecimiento psicológico
por Luís Vasconcellos em STUM WORLDAtualizado em 16/07/2009 12:42:40
Traducción de Teresa - [email protected]
Podemos tomar la RELACIÓN como uno de los ámbitos en que el individuo moderno puede desarrollar la CONCIENCIA de sí mismo, haciendo relativa su personalidad, sus idiosincrasias, sus peculiaridades funcionales; aprendiendo en todo momento con la naturaleza siempre creativa e inventiva del mundo, de las situaciones, del OTRO vivido como NO YO (actos del Inconsciente: ARQUETIPOS, entre ellos la Sombra, impulsos, instintos no reconocidos o no aceptados en el ámbito del Ego).
La base de la Terapia de Polaridades es el retorno gradual a una situación de apertura hacia lo nuevo, lo diferente, hacia el OTRO, que también vive dentro de nosotros y que se encuentra tanto REPRESENTADO en el mundo objetivo, por las innumerables formas que pueden adquirir personas, situaciones y objetos, como en los sueños y manifestaciones inconscientes de modo general. Todavía más cuando consideramos que, con frecuencia, éstas constituyen manifestaciones de Polaridades Opuestas a aquellas con que NOS IDENTIFICAMOS (con las cuales, por lo regular, somos antagónicos, especialmente cuando nos negamos a aceptar la existencia de una SOMBRA PERSONAL). Cualquiera de nosotros puede aprender mecanismos para lidiar con tales conflictos en su ámbito de relación, pues así los resultados son más fácilmente alcanzables que si intentamos lidiar con dimensiones mayores de nuestra existencia (sociedad amplia, Estados, Sistemas de creencias colectivizados). No hay un campo de visión, de concepción o de valor que no pueda ser modificado y no hay adaptación que no pueda hacerse. Todos tenemos la flexibilidad necesaria para introducir en nuestra visión y concepción de nosotros mismos o de los demás, las modificaciones que se hagan necesarias. Puede ser que hayamos perdido esta flexibilidad y adaptabilidad a través de los años de nuestra “maduración”, de los años y años en que nos hemos reducido y endurecido, estrechando nuestro universo existencial, a un tiempo, para adaptarnos a una “realidad” ya previamente compartimentada (como es la humana) y, por otra parte, para negociar con esta “realidad socialmente establecida” una adaptación (o rendición) a sus términos.
En este combate y confrontación de fuerzas, casi siempre vence el punto de vista convencional, la visión colectiva. Con el tiempo nos convertimos en “seres robóticos”, estandarizados, previsibles, conformados, repetitivos, nos cansamos de nosotros mismos y también sometemos a los demás a nuestras propias y asumidas limitaciones y dificultades de adaptación a situaciones nuevas. Nuestra vida pierde el sentido de aventura, pierde la lozanía, pierde el impulso capital de ser lo que es: viva, vital, movida, un continuo aprendizaje, un desarrollo y un crecimiento.
En la práctica, los robots solo aprenden y dominan áreas especializadas (y siempre las mismas), no tienen creatividad, espontaneidad, soltura o elasticidad frente a situaciones nuevas y se limitan a cumplir una programación aburrida, repetitiva y mecánica. En algunas fases de la vida muchas personas viven, por decirlo así, “en modo automático”.
Juzgamos, a partir de nuestras predisposiciones personales, que amamos y odiamos, que creemos y descreemos, “sabemos y “desconocemos”… Creemos que existe un Mal absoluto y un Bien igualmente absoluto, que existe por NUESTRA PARTE la Verdad y por la OTRA PARTE la Mentira y, así, podemos dormir tranquilos pues todo está en orden (el caos está proyectado y parece existir solamente en la figura de los OTROS…) Algunos de nosotros lamentan, de modo al mismo tiempo irónico y trágico, no haber logrado obligar al Universo a someterse a los modos peculiares que GRUPOS ESPECÍFICOS DE SERES HUMANOS han creado para organizarlo en concepciones y creencias “locales” (o incluso Dios, que habría entonces cometido innumerables errores en la Creación). Este tipo de “esfuerzo comunitario” consume buena parte de la vida útil de todos los implicados, con todo esto no impide que, en este exacto momento, colectividades enteras se dediquen a rituales, hábitos y sistemas de vida que son, A LOS OJOS de las concepciones que nutrimos sobre ella, del todo inconcebibles e inaceptables.
Estamos, hoy en día, más inclinados a una riña y confrontación entre los pequeños dioses en que nos hemos convertido y la “Divina Providencia”. Esto posiblemente es uno de los mayores motivos para el sufrimiento humano de cualquier tipo, para las neurosis, para la desarmonía, para las riñas y guerras entre las personas, Estados y sistemas.
La Terapia de Polaridades es una forma de atacar de frente el problema de hacernos más completos, más flexibles, más abiertos hacia lo nuevo, hacia el OTRO, que es diferente de NOSOTROS, hacia lo DESCONOCIDO y hacia la vida de un modo general. Este propósito se alcanza a partir de una mayor integración del campo consciente (ego – vigilia) con la dinámica inconsciente. El ejercicio de este vínculo constituye la CONCIENCIA propiamente dicha. Esta dinámica tiene más de un sentido o dirección: es polifacética, congregando símbolos y significados complejos. Nuestra CONCIENCIA se desarrolla a partir del aumento de la capacidad de interpretación y de vivencia de sus significados, aproximando estos dos reinos y creando la posibilidad de una integración. Uno de los objetivos del presente esfuerzo es crear oportunidades de percepción y de comprensión de la acción de los PARES OPUESTOS, así como de las POLARIDADES PSÍQUICAS, dando a los visitantes del STUM los elementos necesarios para la comprensión/explicación de la acción de los Arquetipos (y sus manifestaciones prácticas) tanto en el ámbito introvertido de las relaciones con el propio Inconsciente, como en el ámbito extrovertido de las relaciones interpersonales más significativas.
Veremos que nuestra existencia práctica es básicamente el resultado de la compleja acción de un MECANISMO DE INTERCAMBIO con el OTRO (el Inconsciente, el Mundo exterior) y que de esta dinámica resultan consecuencias observables y comprensibles en todo y cualquier ámbito de nuestras vidas.