La Sencillez y la Verdad
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 31/05/2006 16:14:26
Traducción de Teresa - [email protected]
La simbología del cestillo fue el instrumento utilizado por los Espíritus para traer la Doctrina Espírita a la Tierra. En Belén el maestro Jesucristo renace en las pajas. Los Espíritus hablan con los hombres de la Tierra a través del cestillo y de la danza de la mesa.
La simplicidad revela la Verdad. La complejidad, la prolijidad, muestran la Mentira, la Duda.
Hay que observar el sincronismo de la mesa/cestillo/madera con la doctrina druídica, en la que Kardec era sacerdote. La comunicación con la divinidad, entre los druidas, se daba bajo un roble. El movimiento del follaje señalaba la presencia de los Espíritus, de Dios.
Allan Kardec dejó el cuerpo debido a un aneurisma cerebral, habiendo caído su cuerpo sobre una mesa de roble.
Toda fenomenología espiritual se sustenta en la sencillez, que encanta y conmueve. Chico Xavier es un ejemplo de eso. En una huerta, cultivando ajos, él recibe un significativo mensaje de Augusto dos Anjos.
Francisco de Asís deja la riqueza para ser el sencillo andariego que hablaba con los pájaros y vestía a los pobres.
Juana de Arco, todavía jovencita, es convocada por Catalina y Miguel, santos católicos, para salvar a Francia. Y aquella afable niña de Domremy se echa una taleguita al hombro y se marcha diciendo a sus vecinos y familiares: Voy a libertar a Francia. Su tenacidad y sencillez han modificado la historia de ese país.
La presencia de dos niñas, Katie y Caterine, como médiums, auxiliando a Allan Kardec en su misión de codificador, evidencia que la simplicidad y la sencillez facilitan la transición del mensaje espiritual para el mundo físico. Esta sencillez y simplicidad es lo que más me encanta en el Espiritismo y por eso, a pesar de que hoy me encuentro más introducido en las actividades holísticas, toda la base de mi conocimiento y vivencia está en el Espiritismo.
Allan Kardec, desde su primer encuentro con la espiritualidad, a pesar de su gran cultura, se sirvió de los recursos de la simplicidad para codificar la nueva Doctrina. Las preguntas que hacía a los Espíritus eran directas y sencillas, posibilitando a los habitantes del mundo extra-físico elucidar con claridad meridiana tantos asuntos.
Y Jesús, el maestro incomparable, enfatiza que el Reino de los Cielos está reservado para los pequeñitos, porque ellos – los niños – son sencillos, llanos y objetivos en sus propósitos y vivencias.
