La Suerte es el Merecimiento
por Saul Brandalise Jr. em STUM WORLDAtualizado em 17/03/2008 13:53:35
Traducción de Teresa - [email protected]
Nuestra vida es tan clara y transparente como el vidrio de una ventana. Nada ocurre por casualidad. Nadie tiene suerte, ésta es puro merecimiento.
La suerte no es más que una cosecha.
Pero ¿cómo se planta suerte?
Con buenas energías.
¿Que son buenas energías?
- Buenos pensamientos.
Queda claro, por tanto, que somos verdaderamente lo que pensamos. La gran conquista del ser humano es el control emocional y el cómo CREAMOS nuestros pensamientos.
El primer paso para que tengamos la referida suerte es posicionarnos como eméritos pensadores. Es obvio que hemos de dar calidad de buenos fluidos a los pensamientos. A continuación, éstos se vocalizan.
Hablamos y así creamos y producimos verdaderas “sentencias”. No por casualidad las frases se pueden clasificar así.
En seguida de nuestros pensamientos y palabras van nuestras actitudes. Evidentemente hay una corriente de energía. Nadie habla sin pensar, nadie adopta actitudes sin hablar.
Puesto eso, empezamos a crear nuestro carácter. No es válido, por tanto, dejar a un lado la afirmación de que nuestros pensamientos emanan una secuencia infalible de hechos: Pensamientos, palabras, actitudes, y en seguida el carácter.
Caminando ellos con nosotros, a nuestro lado, delante o detrás, queda evidente que el hábito que poseemos ha venido y ha sido construido antes en nuestros pensamientos.
Las personas tienen la costumbre de hablar mal de los demás. Algunos ya más evolucionados, crean la buena intriga. Difunden las cosas buenas y las buenas actitudes de los demás o incluso las suyas. Si no hay nada que decir... se callan. Jamás propagan chismorreo ni desavenencias. Podemos afirmar que ellos poseen la buena costumbre de, en las dificultades, callarse.
Acabamos, así, de crear nuestra cadena de la suerte.
Los Pensamientos generan Palabras. Las palabras son precedidas de Actitudes, nuestras o de los demás. Pero siempre habrá una actitud.
Éstas, a su vez, acaban moldeando nuestro carácter. Nuestro carácter crea nuestras costumbres y éstas, finalmente, nuestro DESTINO.
Es verdadero decir que nuestro destino está en nuestras manos. Tenemos el Libre Albedrío de alterarlo cuando nos parezca. Una cosa es nuestra misión aquí en el planeta; la otra es: ¿cómo la desempeñaremos?
Con más o menos sufrimiento es nuestra real opción. Obviamente el destino puede ser cambiado. Lo que no se cambia ni se altera es el aprendizaje. Con él es como evolucionamos.
Siendo así, pregunto: ¿Tienen suerte las personas?
No, no tienen. Lo que tienen es merecimiento.
Si un día has comprado algo a un pasante y sabes que es robado... Acabas de crear energía de pérdida. No importa el precio que te ha sido ofrecido. Es robado. No te sirve. Todos los objetos poseen energía. Han sido pensamientos que los han contaminado o iluminado. Tu vida empezará a complicarse...
Si no respetas el paso de peatones, no detienes tu coche para que alguien ejerza la preferencia de paso... Nadie va a detenerse para ti. Eso es energía de aprovechado.
Por tanto, ¿quieres una buena vida?
Empieza a producir buenas energías y a practicar buenos principios. Todo empieza y termina en nosotros mismos. Nada es creado por los demás. Somos nosotros quienes permitimos que sea así.
¿Sabes qué ocurrirá si procedes correctamente?
¡Vas a tener suerte! Podrás incluso crear un “imperio”.
Sé que nos veremos.
Beso en el alma.