La verdad de cada uno
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 20/08/2009 13:05:49
Traducción de Teresa - [email protected]
Pese a que tenemos en común la condición humana, en toda su grandeza y fragilidad, somos, cada uno de nosotros, expresiones únicas y especiales de la existencia. Cuanto más conscientes nos mantengamos sobre ese hecho, más inmunes estaremos a las comparaciones y tentativas de igualarnos a los otros, o a las presiones que buscan hacernos seguir caminos diversos de los determinados por nuestra esencia interior.
Resistir a estas presiones no siempre es fácil, especialmente en la infancia y adolescencia, cuando la conciencia de quién de hecho somos aún no está formada y, por eso mismo, dependemos de la aprobación externa para sentirnos alguien de valor.
Por esa razón, muchos llegan a la edad adulta portando aún esa obsesiva necesidad de reconocimiento, sea ésta consciente o no. Encontrar la propia verdad y saber reconocerla exige coraje y una mirada atenta hacia nuestro propio interior.
Solamente éste puede revelarnos cuál es nuestra verdad, qué es lo que realmente necesitamos para ser felices y qué puede ser descartado porque no es más que ilusión, algo en que durante mucho tiempo hemos creído, pero porque nos lo había impuesto el mundo como lo mejor.
Respetar la verdad de cada uno es un aprendizaje valioso, sin el cual jamás conseguiremos construir un mundo de paz, pues el amor y la armonía solo pueden brotar allí donde estén presentes la compasión y la solidaridad.
Rompiendo el condicionamiento
Depende de cada persona lo que le gustaría hacer con su vida. La vida no está pre-ordenada. Ella es una oportunidad. Lo que harás con ella depende de ti. Esa libertad es la prueba de que tú eres un alma, esa libertad es la dignidad de ser tú un alma.
Tener un alma significa que tienes el poder de elegir lo que deseas hacer. Y lo interesante es que puedes haber pasado por algunos actos y situaciones miles de veces y, aún así, puedes salir fuera de eso, librarte de eso, en este exacto momento, si así lo decides.
Pero lo que ocurre es que la mente tiene una tendencia a seguir el curso que ofrece la menor resistencia. Si derramas un vaso de agua en el suelo de la cocina, después de algún tiempo ella se habrá evaporado, dejando atrás tan solo una mancha seca. Ahora ya no hay ninguna agua allí, tan solo una marca seca, indicando que anteriormente había agua vertida allí. Si vuelves a derramar agua en ese mismo suelo otra vez, hay un noventa y nueve por ciento de probabilidades de que el agua siga el mismo curso, porque le ofrece menos resistencia.
En comparación con las otras partes del suelo, hay menos partículas de polvo en aquella parte seca; fluir por ella es más fácil – el agua correrá por allí.
Cosas que hicimos muchas veces se han convertido en marcas secas, y se las conoce en psicología como nuestro condicionamiento. Repetidamente el acto se produce siguiendo la misma ruta; una vez más la energía es creada y fluye. Buscando el camino de menor resistencia, acabamos siguiendo la misma ruta.
Sin embargo la marca seca nunca nos pide fluir por ella. Ella nunca te dice que si no fluyes por ella, habrá una acción judicial contra ti. Nunca dice que hay una ley que determina que tienes que seguir aquel camino, o que la existencia te ordena que sigas por allí.
Aquella marca seca es simplemente una oportunidad abierta, pero la elección es siempre tuya. Si el agua decide no fluir por aquella marca seca, puede fluir por una nueva ruta. Una nueva ruta, una nueva marca habrá dejado allí; un nuevo condicionamiento se habrá formado.
La religiosidad es la capacidad de decidir. Es un esfuerzo por hacer que las cosas sucedan de modo diferente de cómo han venido sucediendo siempre. Es una elección, una determinación. Repetir lo que ha venido sucediendo siempre hasta ayer, puede ser evitado – a través de la comprensión de esto.
Osho, Inner War and Peace.