La vida no es un bufé autoservicio...
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/06/2014 10:35:52
por Mel Aitak - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
¡El aprendizaje es largo, pide concentración, desprendimiento y mucha calma!
Cuando alguien me dice que su vida no vale la pena o que todo le sale mal, siempre aconsejo a esa persona – cuando tengo intimidad y apertura con ella – a que tenga más paciencia. Por muy grandes que parezcan o sean tus problemas, has de saber que ellos forman parte del proyecto que tú mismo trazaste en la espiritualidad, para, en este plano denso, enfrentarte a tus inferioridades, sanarlas y evolucionar.
Esto no es rollo de espiritualista. ¡Tú, sí creas tu realidad! Si no fuese así, Dios sería un sádico – que controlaría a todos los seres vivos como si fuesen marionetas. Por el contrario, Él nos ofrece cientos de oportunidades para que superemos esas debilidades durante nuestra vida. Así, nos pone en contacto con personas que extraen lo peor y también lo mejor de cada uno. ¡El signo más claro de que hemos aprendido la lección y estamos aptos para ascender de nivel y sufrir menos con cosas y comportamientos que antes nos incomodaban mucho!
Aquellos que tienen mucha prisa no logran comprender esas enseñanzas. Por lo regular, están acostumbrados a obtener lo que quieren, a toda costa, en cualquier momento. Pero la vida no es un bufé autoservicio. Tú no vas allí y eliges lo que deseas para alimentar tu cuerpo y tu alma, sin cargar con el fardo de lo que has elegido.
Estamos conectados por un gran tejido invisible. Y no permanecemos inmóviles en la misma posición indefinidamente. Como en un juego de ajedrez, cada movimiento (que puede ser un aprendizaje espiritual durante el sueño, un curso de perfeccionamiento o incluso una buena acción) altera esa posición y tiene impacto directo sobre el medio y sobre todos los demás en ese tejido.
Si fuésemos capaces de ver lo que producimos siempre que echamos pestes, hablamos mal de alguien o nos quejamos de la vida, observaríamos el fango que se va incrustando en esa conexión y contagia a todos. Imagina, entonces, la energía nefasta que billones de personas son capaces de producir. Piensa también en la energía positiva que esas mismas personas pueden generar cuando elevan sus vibraciones…
No en vano los estudiosos de los libros sagrados dicen que uno de los mayores retos para Jesús, durante su encarnación, fue convivir con los densos pensamientos humanos. Por tanto, siempre que te sientas retado, recuerda que la paciencia es una virtud. Toda situación siempre tiene dos caras. Evalúalas con distanciamiento, pero mantén el corazón abierto para comprender el mensaje y, así, seguir adelante en el camino que te conducirá a Él. Ya sabes ese camino dónde está. Él está ahí, dentro de tu pecho.
Buena jornada.
¡Paz y Luz!
