Las 70 palabras mágicas que comienzan con P - Parte 10
por Izabel Telles em STUM WORLDAtualizado em 13/02/2005 11:14:06
Traducido por Melissa Park - [email protected]
Hoy, para ustedes, la palabra PEDIDO
Existen en el mundo dos especies de seres: los que piden demás y los que nunca piden.
Los que piden demás están siempre buscando una oportunidad para pedir alguna cosa. Viaja un amigo a algún lugar de peregrinación y ahí está pidiéndole que ore por él, llevar velas para encender por él, lista de pedidos escritos para depositar en las piedras que el viajero fuera encontrando por el camino. El "pedilón" nunca va allá. Queda a la espera que el otro haga todo por él. Tiene miedo o pereza de lanzarse al mundo en busca de sus propias conclusiones sobre todo lo que oye o ve. Pide al otro que le traiga el mundo a sus manos.
Detrás de aquellos que viven pidiendo, puede estar un ser inseguro que no confía en la propia fe y en el poder transformador que esta fe puede procesar en cada uno de nosotros.
Es como si él no tuviese confianza en aquello que piensa y siente y precisa que los otros afirmen sus inseguridades o le llenen el gran vacío que aflora en su alma.
Después existen aquellos que nunca piden. Están siempre cerrados, observando, evaluando y juzgando el mundo. De ellos puede salir una frase como esta:
“Dios me libre incomodar a alguien con mi dolor, con mi resentimiento. Nada podrá ayudarme a salir de esta situación”.
O: "Ropa sucia se lava en casa".
Y se rehúsan a buscar ayuda donde quiera que sea. Terapeutas? Ni pensar. Los que nunca piden ayuda van a decir que estos profesionales no pueden ayudar porque no aquilatan lo que el otro está pasando. Ejercicios con imágenes mentales? Eso no va a funcionar. Es demasiado simple, dirían ellos. Florales? Hay no!!! tienen coñac y detesto el alcohol. Y así por delante, postergando siempre el contacto con la mejora y la cura que está al alcance de cada uno de nosotros.
Saliendo del desequilibrio de los dos extremos tenemos aquellos que realmente saben pedir. Piden con responsabilidad, con verdad y con fe. No es el pedir por pedir. Eso es pedir con el ‘ego tonto’ que sólo quiere más y más y ni sabe por qué quiere. Apenas quiere y por este querer nos lleva a sentirnos seres infelices por no tener eso o aquello.
Hablo de pedir con el alma, con el Gran Ser que nos habita y ve el mundo a través de nuestros ojos. Ese sabe lo que quiere y generalmente consigue todo lo que quiere porque su ligación se hace directamente con la Fuente.
Saber pedir es pedir con el corazón y no con el deseo.
Pedir a través de una oración que cualquiera puede crear con su propia imaginación.
Pedir con equilibrio y con conciencia. Pedir sin invadir el territorio del otro. Pedir sin controlar y sin querer que este pedido domine a alguien o le saque a alguien algo que le pertenece. Pedir siguiendo las reglas básicas del bien merecer. Pedir ayuda a un amigo, a un confidente, a un terapeuta que amorosamente nos abra las fronteras de la mente y nos ayude a encontrar la verdadera luz.
Dejo aquí una oración que cree en este momento que, si quiere, la puede hacer todas las mañanas, al despertar por 7 días. O por siempre. Como quiera, como sienta, como crea que debe ser.
PEDIDO AL GRAN ESPÍRITU
Gran Espíritu
que todo sabe y todo ve
Enséñame a pedir con el corazón
todo lo que yo y todos los míos precisan
para saber ver, sentir, intuir, vivir.
Gran espíritu, me enseña a ver mejor aquello
que aún no consigo saber y me lleva
a abrazar a todo el mundo
envolviéndome en un inmenso sentimiento
de pertenecer.
Gran Espíritu, haga que mi corazón sólo descanse
cuando todos los corazones estuvieran en paz.
Gran Espíritu,
ayúdeme a pedir lo que es acertado para mí y para
todos los seres con quien divido el Planeta y el Universo.
Amorosamente,