Las semillas de lo nuevo…
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 15/05/2006 14:22:54
Traducción de Teresa - [email protected]
He despertado muy temprano y mi mente ha comenzado a recordarme quién soy… o quién estoy haciendo de cuenta que soy, porque sé que entre ser… y “Ser”… todavía falta por recorrer un largo camino.
Sin embargo parece que por la mañana muy tempranito… este Ser se allega algunas veces muy cerquita a nosotros… en un momento pequeño y precioso que se encuentra en el intervalo entre el abrir los ojos y el instante en que la mente comienza a recordarnos que estamos siendo…
Si conseguimos permanecer muy quietos y silenciosos… puede ser que la mente se crea que aún estamos durmiendo y nos dé un mayor espacio para explorar ese “Ser”, todavía no mancillado por los muchos conceptos de quién somos que adquirimos a lo largo de la vida…
Los adquirimos y… creemos en ellos.
Y ahí es donde pueden suceder los milagros… y nuevas posibilidades se tejen en los hilos que traen las memorias creativas de la Luz…
Tener acceso a esos espacios preciosos de silencio, de un vacío que es… extremadamente creativo, puede hacer una gran diferencia en nuestra manera de caminar a partir de entonces.
Estaremos seguros de que todo cuanto está a nuestro alrededor es solamente una pequeña parte de algo mucho más grande… y con eso dejaremos de permanecer tan apegados a las cosas que todo el tiempo intentan arrebatar nuestro poder… como por ejemplo, esa extensa lista de aquello que ‘somos’ y que ‘tenemos’ que hacer… porque somos… que nuestra mente se empeña en recordarnos cada mañana…
Has pensado qué maravilla, si tuviésemos, de vez en cuando, una amnesia que nos hiciera olvidar durante un tiempo, por mínimo que fuese, todo ese peso inútil con que cargamos vida afuera, fardo constituido por la memoria de todo cuanto hemos “aprendido” y consideramos que somos…
Aun la cosas buenas y dignas de ser guardadas y recordadas ya son pasado, y muchas veces también bloquean la creatividad, la que por derecho divino debemos manifestar… Imagina, entonces, aquellos esquemas antiquísimos que nos empeñamos en continuar soportando y que están siempre tirando de nosotros hacia atrás.
Qué bueno sería si cada día pudiésemos nacer nuevamente… no contaminados de conceptos y prejuicios y, como una Tierra pura y fértil, pudiésemos recibir las semillas otra vez…
Mejor aún si… fuésemos capaces de esperar con paciencia que esas semillas germinen y crezcan siendo fieles a su naturaleza…
Que tuviésemos la sabiduría de entender que nada de bueno existe que podamos enseñar a esas nuevas semillas… nada que vaya más allá de lo que ellas ya son…
